Rafael García Wakelín, pregonero de la Semana Santa 2011

"Las hermandades tenemos una fuerza social que no somos capaces de medir"

  • El miembro de la junta de gobierno de la Esperanza fue designado pregonero de la Semana Santa del próximo año · El acto se celebrará el 10 de abril en el Gran Teatro

No ha sido en balde que desde bien pequeño sintiera la llamada de las hermandades y se involucrara especialmente, en las dos que han marcado su vida y sus pasos como creyente y cofrade: Judíos y Esperanza. Actualmente pertenece a la junta de gobierno de la Hermandad de Miércoles Santo. Rafael García Wakelín ha recibido como una auténtica bendición del cielo. Onubense de 44 años de edad, casado, padre de dos hijas y director de una sucursal de caja de ahorros en La Joya, sabe que el 10 de abril de 2011 será una de las fechas más importantes de su vida.

-¿Ha sido para usted una sorpresa su designación como pregonero?

-Sabía que estaba en las quinielas pero no quería hacerme ilusiones pues ya el pasado año se rumoreó mi nombre. Por eso, esperaba la llamada del presidente del Consejo. Lo que me ha llamado poderosamente la atención es la enorme repercusión social que tiene todo esto y que trasciende a los límites concretos del mundo cofrade. Esto es algo por lo que los cofrades hemos de sentirnos doblemente satisfechos pues la Semana Santa mantiene una gran trascendencia social en nuestra ciudad, que muchas veces no somos capaces de medir. Esa fuerza nos debe hacer reflexionar sobre las posibilidades que tenemos como colectivo.

-Usted cuenta con experiencia como pregonero...

-He pronunciado el pregón de la Sagrada Lanzada, que fue mi primero, la Exaltación a la Virgen del Amor, el pregón de Navidad de las Tres Caídas y el de la Semana Santa de Moguer.

-¿En qué momento cofrade y personal le encuentra la designación como pregonero.

-Me encuentra en un momento de relativa madurez. He tenido el privilegio de vivir momentos muy importantes, como formar parte de la junta de gobierno de la Esperanza el año de su coronación canónica o de la junta de la Hermandad de la Cinta el año de la visita de Juan Pablo II y aparte, con tan sólo 21 años fui vicepresidente del Consejo de Hermandades y Cofradías.

-¿Su vocación cofrade le viene de familia?

-Provengo de una familia creyente pero no cofrade. Todo empezó de pequeño. Vivíamos cerca de La Merced y fue la típica curiosidad de un chiquillo la que me arrastró hasta la Hermandad de los Judíos y allí es donde empecé. La Esperanza fue otra cosa, fue por auténtica devoción. Lo que me pasó fue que me enamoré de la Virgen. En mi familia, mis hijas están vinculadas con el mundo cofrade y pienso que la forma de expresar mi sentido religioso y cristiano encuentra en las hermandades la fuente de la que se nutre.

-¿No considera que se habla más de lo negativo que de lo positivo de las hermandades?

-La Semana Santa es solo la culminación de muchas experiencias que se viven durante todo el año en una hermandad. El día a día, acudir a misa con los hermanos y otras iniciativas son las que dan sentido a mi experiencia cofrade.

-¿Cuál cree que es la temperatura actual del mundo cofrade onubense?

-El mundo cofrade nunca está frío. El cofrade es una persona llena de sentimientos y eso nos evita caer en la frialdad. De este modo, pienso que no estamos fríos aunque lo que sí nos está pasando es que la crisis nos está afectando a todos y el mundo cofrade no es una excepción. Pienso sin embargo, que el futuro no debemos verlo desde un punto de vista negativo pues nunca cesará la necesidad humana de tener una búsqueda espiritual.

-¿Puede adelantarnos algo sobre el pregón?

-Desde que el presidente del Consejo me anunció que había sido designado pregonero todo lo que he vivido ha sido una vorágine. Ya pronto llegará el momento en que comience mi reflexión y mi introspección para pensar en cómo será el pregón. Lo que sí está claro es que tengo ilusión, conocimientos y muchas vivencias que compartir.

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