Días de cómic

Este gorila no está en venta

  • Mytek el Poderoso (1964), de Tom Tully y Eric Bradbury, es una serie publicada en la revista británica Valiant, que es protagonizada por un gigantesco robot con apariencia de gorila

  • El thriller histórico más influyente

Mytek el poderoso.

Mytek el poderoso. / M. G.

La teleserie de dibujos animados Maguila Gorila (1964) fue creada por los estudios Hanna-Barbera y emitida por la televisión estadounidense, desde donde pasó a otros países, como España. Maguila está a la venta en una tienda de mascotas, pero nadie desea comprarlo.

En ese mismo año, 1964, en Gran Bretaña, el guionista Tom Tully, a quien se le deben clásicos como El ojo mágico de Kelly, crea una serie de cómic protagonizada por un gorila: Mytek el Poderoso, que debuta en la revista Valiant. Se trata de otro gorila, pero, a diferencia de Maguila, no está en venta, sino que es robado por el villano de la serie.

Tom Tully crea un título heredero de la ciencia ficción (con elementos como el ingenio robótico que se rebela contra su creador, los grandes gigantes metálicos que siembran la destrucción a su paso y las bestias procedentes de tiempos y continentes remotos) y lo pasa por el tamiz del pulp.

Dos años antes del debut de Mytek el Poderoso, se estrenó la película King Kong contra Godzilla, dirigida por Ishiro Honda. Son también los años en los que irrumpen con fuerza desde Japón los primeros mecha, cuyo representante más conocido es Mazinger Z (1972), de Go Nagai. Los mecha son robots implacables que, si caen en las manos equivocadas, como las del Doctor Infierno, siembran el caos. Aunque la creación de Tully no vive sus aventuras en Japón, narrativamente no está alejada de los mecha. Mytek es un robot gigante con apariencia de gorila que el profesor Arnold Boyce construye a imagen y semejanza de una deidad a la que adora la tribu de los Akari en África, para convencerles de que depongan su violenta actitud. Sin embargo, el robot cae en manos del ayudante de Boyce, Gogra, que utiliza al robot para llevar a cabo sus maléficos planes.

Tully sienta las bases de la rivalidad entre Boyce –siempre acompañado por el aventurero Dick Manson- y su adversario, el malvado Gogra, que acabará a escala planetaria. De la mano de su lacayo robótico, Gogra pasa de saquear poblados nativos, a idear planes de destrucción mundial con amenaza nuclear.

Tully amplía a su propia conveniencia los poderes de Mytek, según encaje en los fines narrativos. Así, el robot se vuelve progresivamente de capaz de proyectar luz por sus ojos, hacer fluir energía por las palmas de sus manos o, más adelante, provocar vientos huracanados. También se modifica su grado de autonomía en función de los desvíos y atajos argumentales. Aunque el gorila es capaz de desarrollar una suerte de conciencia robótica a medida que procesa las órdenes, llegando incluso a sentir algunas emociones como los celos, también sufre regresiones que le limitan a la condición de pelele que sigue sin rechistar los dictados de Gogra. Solamente se mantiene inalterable durante este primer volumen el talón de Aquiles de Mytek: cada semana ha de recargar sus baterías solares para continuar funcionando a pleno rendimiento.

A medida que aumentan los desafíos a los que se enfrenta el gorila robótico, también se incrementa el sentido de la maravilla de la obra, gracias al formidable trabajo a los lápices de Eric Bradbury, que parece sentirse cómodo en las secuencias de acción, en las que apuesta por contrapicados que amplifican las viñetas en las que el simio se quita de encima misiles como si fueran mosquitos, arrasa poblados sin piedad y sortea las infinitas trampas que le tiende Boyce. Destaca el toque a lo Jack Kirby que tiene el rostro de Gogra, protagonista junto al gorila; un personaje que se aleja del perfil de antihéroe tan popular en las revistas británicas de la época para ocupar directamente el papel de villano.

Dada la condición serializada en la que se publicaron estas aventuras y su periodicidad semanal, tienen un formato en el que en dos o tres páginas se recapitulan brevemente hechos anteriores, se presenta un desvío argumental y se concluye en continuará. Esto no impide a Tully introducir nuevos y sorprendentes giros casi en cada página, que permiten que el interés no decaiga en ningún momento, e imprimir un ritmo narrativo frenético en el que no hay tiempos muertos. Mytek el Poderoso es un clásico indiscutible del serial de aventuras; se trata de una lectura adictiva con la firme vocación de entretener a los lectores.

La próxima semana: Frankenstein (1994), de Junji Ito, una adaptación en viñetas de la conocida novela que Mary Shelley publicó en el año 1818.

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