La figura blanca que visitó a un niño tras la muerte de su abuela en Huelva: "Era como si la conociera"
Huelva Paranormal
Un menor asegura haberse despertado y ver a una mujer de blanco que lo miraba desde uno de los rincones de la habitación
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En una vivienda de Huelva, a las afueras de la ciudad, una familia atravesaba días de enorme tristeza. La abuela materna había fallecido y había dejado un vacío profundo en todos.
Para Alfonso, de apenas 12 años, la pérdida fue un golpe duro -por la unión que tenía con ella- que aún no lograba comprender del todo. Desde entonces, había empezado a dormir con su madre como una forma de sentirse más seguro.
Fue en una de esas noches, aparentemente tranquilas, cuando ocurrió algo que marcaría su vida. Mientras el silencio embargaba toda la casa y su madre descansaba a su lado, Alfonso abrió los ojos y percibió algo imposible de ignorar: una figura femenina de pie junto a la cama.
La silueta blanca
El niño describe con claridad lo que vio. Se trataba de una figura humana –aparentemente- cubierta por una especie de túnica blanca, sin rostro definido y con un contorno ligeramente difuso. No había detalles nítidos, ni manos ni pies claramente visibles, pero todo en ella daba la impresión de que era una mujer. “Sentí que era una mujer”, recuerda Alfonso. “No sé explicar cómo lo supe, pero lo sentí dentro de mí”.
Lo más llamativo es que, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de relatos paranormales, el niño no sintió miedo o sorpresa. Más bien una extraña serenidad, como si esa presencia no fuera una amenaza, sino algo familiar, incluso protector.
Alfonso asegura que no gritó, no se movió, no intentó despertar a su madre. Simplemente permaneció quieto, observando con mucha curiosidad aquella silueta blanca que parecía mirarlo desde un rincón del dormitorio.
Esa neutralidad emocional es un detalle llamativo, pues muchos encuentros de este tipo suelen estar acompañados de terror, mucho miedo, de angustia o la sensación de estar siendo atacado. “Era como si la conociera”, explica el niño. “No me dio miedo, sentí paz”.
La madre, al escuchar posteriormente el relato, no pudo evitar pensar en la abuela fallecida. La pegunta en su mente era: ¿Podría tratarse de su espíritu, manifestándose para transmitir tranquilidad al nieto que tanto la quería?
El momento más inquietante del encuentro llegó cuando la figura empezó a desvanecerse poco a poco. Alfonso relata que, en ese instante, escuchó una risa que parecía provenir del mismo lugar donde estaba la silueta.
Era una risa breve, clara y perfectamente reconocible, pero al mismo tiempo extraña, porque no pertenecía a nadie conocido. Esa mezcla de inocencia y desconcierto provocó un escalofrío en el pequeño, que todavía hoy recuerda el sonido con una mezcla de asombro y mucha confusión.
El peso del duelo en las percepciones
Los especialistas en fenómenos de la mente señalan que experiencias como la de Alfonso pueden estar relacionadas con el duelo. Tras la muerte de un ser querido, la mente atraviesa diferentes fases de profunda sensibilidad y puede generar sensaciones de presencia, apariciones o incluso voces como parte del proceso emocional.
En muchos casos, estas experiencias ocurren en estados intermedios entre el sueño y la vigilia, conocidos como fenómenos hipnagógicos. En esos momentos, el cerebro mezcla imágenes oníricas con la percepción del entorno real, creando visiones tan vívidas que parecen auténticas.
Sin embargo, lo que resulta difícil de explicar es la coherencia del relato de Alfonso como es la descripción de la figura blanca, la ausencia de miedo y, sobre todo, la risa infantil, un detalle inesperado que dota a la experiencia de un carácter inquietante.
El caso de Huelva no es aislado. En todo el mundo existen testimonios de personas que afirman haber visto siluetas femeninas blancas o luminosas en sus habitaciones, especialmente en momentos de vulnerabilidad emocional.
Son relatos que se repiten con patrones similares como es la presencia de figuras sin rostro, túnicas blancas, posturas estáticas y la sensación de ser observados. En muchos de ellos, la persona que vive la experiencia asegura que no sintió terror o pánico, sino calma, como si aquella presencia estuviera vinculada a alguien cercano.
La conexión que hay con la energía femenina es un elemento constante en estos encuentros. Para algunos, representa la figura materna o protectora. Para otros, la imagen de seres espirituales que cuidan a los vivos.
Uno de los aspectos más desconcertantes de la experiencia de Alfonso es la risa que escuchó al final. Ese sonido, tan propio de la inocencia, suele aparecer en otros relatos catalogados como “encuentros del dormitorio”.
Los expertos en lo paranormal sostienen que las risas infantiles generan un efecto ambiguo ya que podrían resultar entrañables, pero también profundamente inquietantes cuando ocurren en contextos inesperados.
En Huelva, como en muchas otras partes de España, abundan los relatos de apariciones tras la muerte de un familiar y de la “no conciencia de muerte”. Sin embargo, la mayoría de quienes las viven guardan silencio por miedo a no ser tomados en serio o a que se les considere “locos”.
El caso de Alfonso salió a la luz porque su madre decidió contarlo en un pequeño círculo familiar, sorprendida por la coherencia del testimonio y por el impacto emocional que causó en su hijo.
¿Aparición real o construcción de la mente?
Para unos, lo que Alfonso vio aquella noche fue la presencia de su abuela, regresando para transmitirle un mensaje de paz en medio del dolor.
Para otros, se trató de una proyección mental, una manifestación natural del duelo combinada y del anhelo del niño junto con un estado de semivigilia.
Lo cierto es que, más allá de las explicaciones, el niño vivió la experiencia como algo real. Y esa vivencia, cargada de emociones, ha quedado grabada en su memoria con una intensidad que difícilmente se desvanecerá.
El caso de Alfonso se suma a esa lista de misterios, recordando que lo inexplicable no siempre se manifiesta en lugares abandonados o escenarios dramáticos, sino en la intimidad de un hogar cualquiera, en medio de la noche, cuando la frontera entre lo real y lo onírico se vuelve muy difusa.
*Si tienes una experiencia paranormal o has sido testigo de un fenómeno inexplicable, escríbeme a contacto@josemanuelgarcíabautista.net
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