El fandango de Huelva ya es BIC

Cultura

La Junta acuerda inscribir el palo flamenco más característico de la provincia onubense como Bien de Interés Cultural

Destaca su peso como eje vertebrador de diferentes rituales festivos

Paco  Toronjo  sonríe, posando junto a un cartel de uno de sus homenajes, en 1998.
Paco Toronjo sonríe, posando junto a un cartel de uno de sus homenajes, en 1998. / H.I.

El fandango de Huelva ya es Bien de Interés Cultural (BIC). El Consejo de Gobierno ha acordado inscribirlo con tal en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía (Cgpha), debido a su "especial relevancia como expresión músico-oral y su gran tradición como patrimonio cultural vivo de la provincia onubense".

A propuesta de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, el acuerdo destaca la importancia del fandango como eje vertebrador de diferentes contextos rituales festivos, como sucede en los municipios de Almonaster laReal, Alosno o El Cerro de Andévalo, entre otros.

Es en la provincia onubense donde el fandango adquiere mayor significado y se constituye en seña de identidad, trascendiendo las poblaciones donde tiene una mayor relevancia y creando y manteniendo contextos para su difusión y salvaguarda.

Paco Toronjo es la razón de ello. Sus fandangos fueron únicos, llenos de arte y embrujo, “con genio y seriedad, poniéndole tó el sentío y su sello personal, así conseguía que fueran únicos y especiales, por lo que todos los flamencos cantan queriéndolo imitar, algo muy difícil de efectuar”, como escribíó en este periódico el experto y estudioso del flamenco Camilo Gómez Cruz. Por eso, el fandango de Toronjo ha pasado a la eternidad, porque “fue el auténtico creador de las letras y de los fandangos que queremos cantar los flamencos de esta tierra, que siempre recordaremos al que cantó con ese estilo único”.

La difusión del fandango ha permitido su conocimiento y expansión más allá de los límites provinciales, alcanzando su extensión a toda Andalucía y pudiéndose encontrar actualmente diferentes estilos en localidades como Lucena (Córdoba), Peza y Güéjar Sierra (Granada) o en Cómpeta (Málaga).

Alrededor del fandango existe una importante cultura material, que viene representada por la gran cantidad de registros sonoros, audiovisuales, documentos, material bibliográfico y otros que pueden encontrarse en poblaciones, agrupaciones, peñas y otras instituciones, con un valor patrimonialde suma importancia para entender esta expresión del flamenco en todas sus dimensiones: creativa, simbólica, histórica, etc.

En la provincia onubense en general y en particular en algunos municipios, el fandango se convierte en símbolo de la identidad local y de reafirmación colectiva como comunidad culturalmente diferenciada. De esta forma, según la localidad, pueden constituir referentes de máxima intensidad, como las Cruces de Mayo o en el desarrollo de sus correspondientes romerías, mientras que en otros municipios se circunscriben a encuentros, certámenes, reuniones de grupos o peñas flamencas.

Entre los diferentes estilos, destacan los de Almonaster la Real (con hasta nueve variedades), Alosno (con un gran número de estilos personales y variedades, como el cané o el parao, Cabezas Rubias, Calañas (único de la provincia que cuenta con partitura), El Cerro de Andévalo (vinculado a la romería de San Benito Abad), Encinasola, Huelva, Minas de Riotinto, Santa Bárbara de Casa, Valverde del Camino y Zalamea la Real.

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