Flujos migratorios

La falta de agua es el principal problema de los asentamientos

  • Un informe de la Universidad señala la vulneración de los derechos humanos en los campamentos, que califica de "lugares aislados, inseguros e insalubres"

Dos migrantes subsaharianos levantanuna chabola tras un incendio en un asentamiento de Huelva.

Dos migrantes subsaharianos levantanuna chabola tras un incendio en un asentamiento de Huelva. / H. Información (Huelva)

Las condiciones paupérrimas de habitabilidad son un factor determinante de la salud de la población de los asentamientos de chabolas, calificados como lugares aislados, inseguros e insalubres, según un estudio de la Universidad de Huelva, que constata la vulneración de los derechos humanos y la dificultad de acceso al agua como el problema más acuciante.

El informe titulado, Análisis de la situación de salud de los inmigrantes de los asentamientos de Huelva, fue presentado ayer en el salón de actos de la Facultad de Enfermería por el grupo de investigación Higia de la Onubense y Cáritas Diocesana de Huelva.

El decano de la Facultad de Enfermería, Francisco José Mena; el vicerrector de Planificación Estratégica, Calidad e Igualdad de la Onubense, Juan Antonio Márquez; la directora de Cáritas, Pilar Vizcaíno; el técnico de Exclusión Social de Cáritas Juan Manuel Breva; Francisca María García, como investigadora principal del estudio; y Sadou Cisse, persona procedente de Burkina Faso que reside en un asentamiento, expusieron los resultados y conclusiones del estudio.

Los representantes de Cáritas pusieron de manifiesto que la realidad de los asentamientos de inmigrantes que existe en Huelva “no se puede abordar exclusivamente como un problema de inmigración, sino como un fenómeno vinculado al trabajos de los temporeros y a la precariedad de las condiciones que estas personas encuentran cuando llegan buscando empleo”.

El estudio revela también que la alta probabilidad de incendios es uno de los elementos principales de dicha inseguridad

Esta precariedad se concreta, según Cáritas, en la falta total de recursos de primera acogida, la carencia de alojamiento alternativo y la vulneración de derechos humanos básicos, tales como el acceso al agua y saneamiento, a la vivienda, la protección social, un trabajo decente y participación social.

Entre las conclusiones, el estudio constata que en materia de salud y seguridad, el entorno donde residen, así como su situación, la accesibilidad a los servicios, las características urbanísticas y los dispositivos de higienización, hacen de los asentamientos lugares “aislados, inseguros e insalubres”.

De hecho, las condiciones de pobreza en la que viven “se asemeja a un entorno de un país subdesarrollado”, lo que se denominaría “cuarto mundo” porque se trata de una situación de pobreza que subsiste en un país desarrollado, indicó la investigadora Francisca García.

La investigación revela también que la alta probabilidad de incendios es uno de los elementos principales de dicha inseguridad, y que el acceso a agua potable supone “el problema básico principal de esta población ya que condiciona en gran medida su día a día”.

Presentación del informe en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Huelva Presentación del informe en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Huelva

Presentación del informe en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Huelva / H. Información (Huelva)

Otro de los aspectos destacados en el estudio se refiere a que los inmigrantes de los asentamientos realizan “un uso limitado” de los servicios sanitarios, principalmente las urgencias de los centros de salud y que las principales enfermedades guardan una estrecha relación con el contexto en el que viven, en concreto los dolores osteo-articulares y traumatismos.

En cuanto al ámbito social, el estudio señala que la mayoría de estas personas viven de lo que ganan con su trabajo esporádico y que sólo una cuarta parte aproximadamente de ellos utilizaron ayudas externas.

De las personas encuestadas, entorno al 50% tenían su situación regularizada. La imposibilidad de acceder a esta regularización de documentos condiciona su presente, pero, sobre todo, su futuro.

El informe analiza variables sociodemográficas, familiares, sanitarias y condiciones de vida de estas personas, además de las necesidades que ellas mismas han manifestado. Todos estos datos se han obtenido a través de la observación, encuestas y entrevistas, con el fin de conseguir la máxima objetividad posible.

El estudio contempla dos unidades de análisis; por una parte, los asentamientos y, por otra, las personas que habitan en ellos. De esta forma, se han observado un total de 23 asentamientos, se han encuestado a una muestra de 221 inmigrantes y se han entrevistado en profundidad a 13 personas inmigrantes.

Un migrante observa las pocas pertenencias que le quedan tras un incendio en las chabolas. Un migrante observa las pocas pertenencias que le quedan tras un incendio en las chabolas.

Un migrante observa las pocas pertenencias que le quedan tras un incendio en las chabolas. / H. Información (Huelva)

Francisca García destacó que el colectivo de migrantes mantiene relación con su familia pero “le oculta” las condiciones en las que vive, por diversos motivos como “la vergüenza, la sensación de fracaso personal o para evitar que se preocupen” dada las dificultades y problemas que hay en sus países. Pese a todo, señaló que su autopercepción de su salud es “positiva” y destacan “la sensibilidad” con la que son tratados por el personal sanitario”

En la presentación intervino Sadou Cisse, natural de Burkina Faso, que lleva 16 años en España y que lamentó que, a pesar de todo este tiempo todo sigue igual y en nada ha mejorado su situación, debido en parte a la complejidad de los trámites que les solicitan para poder regularizar su situación. Como ejemplo puso que les piden un contrato laboral de un año cuando en las campañas agrícolas los contratos no duran tanto.

Cisse dijo que se marchan de sus países por la situación que se da en ellos, con matanzas, violencia y escasas posibilidades de sobrevivir, por lo que vienen, “no para aprovecharnos de nada, sino para trabajar”. Sin embargo, cuando llegan aquí se encuentran que no tienen casa y que tienen que dormir “entre cartones y plásticos”, en peores condiciones incluso que en sus países de origen.

Por ello, Cáritas solicita medidas de choque, como son la limpieza de las zonas en las que se encuentran los asentamientos, la recogida de basuras, la instalación de contenedores y el abastecimiento de agua potable en aquellos alejados de fuentes o puntos de agua.

También pide la puesta en marcha de alternativas reales de alojamiento, adaptadas a la realidad de las personas temporeras que acuden y trabajan en la provincia, así como que los municipios faciliten la posibilidad de empadronamiento a las personas que viven en los asentamientos, tal y como señala la legislación vigente. Una reflexión sobre el procedimiento de regularización administrativa de las personas inmigrantes, específicamente en el ámbito agrario es otra de las propuestas.

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