Fin de una era: ¿Qué pasa ahora con la emblemática Patrulla Águila tras su despedida?

La Patrulla Águila, emblema acrobático del Ejército del Aire y símbolo aéreo de España durante cuatro décadas, realizó este fin de semana su última exhibición con los icónicos aviones CASA C-101, cerrando así un capítulo inolvidable en la historia aeronáutica del país. El relevo se concreta tras años de servicio en los cielos y una transición tecnológica que marcará el futuro de la formación.

El festival aéreo Aire25, celebrado en la Academia General del Aire, fue el escenario elegido para el adiós oficial. Miles de asistentes, entre ellos el rey Felipe VI, observaron con emoción las últimas maniobras de los siete culopollos -como se conoce coloquialmente a los C-101 por su característico diseño- antes de su retirada definitiva.

El Ejército del Aire ha comenzado una profunda transformación de su flota de entrenamiento con la incorporación de los Pilatus PC-21, aeronaves suizas que suponen un salto tecnológico respecto a los veteranos C-101. Estas nuevas unidades ya forman parte del programa de instrucción de los futuros pilotos militares españoles. De hecho, la princesa Leonor se formará en una de estas nuevas aeronaves durante se formación castrense a partir del próximo 1 de septiembre.

Durante los próximos 18 a 24 meses, el personal de la Academia General del Aire se dedicará a adaptar procedimientos, desarrollar nuevas rutinas acrobáticas y preparar a los pilotos para lo que se perfila como una nueva generación de exhibiciones aéreas.

La formación 'Mirlo' y el futuro de las acrobacias

Mientras tanto, una nueva unidad provisional, bautizada como formación Mirlo, será la encargada de mantener vivo el espíritu acrobático en los actos de renombre, como los desfiles del 12 de octubre o del Día de las Fuerzas Armadas (DIFAS). Aunque carece de un nombre oficial y de la espectacularidad del humo tricolor que ha caracterizado a la Patrulla Águila (solo usan humo blanco ya que el multicolor aún está en desarrollo para los PC-21), esta formación servirá como puente hacia el futuro.

Los planes a medio plazo contemplan la creación de una nueva escuadra acrobática que podría conservar el nombre Patrulla Águila. La decisión final recae en el Consejo Aeronáutico del Ejército del Aire, que deberá evaluar el rendimiento de los nuevos aviones en maniobras complejas y su capacidad para asumir el legado de una patrulla que ha volado en más de 1.000 exhibiciones y representado a España en decenas de países.

Más allá de lo técnico, la jornada de despedida fue un homenaje al esfuerzo, la precisión y el simbolismo que durante 40 años representó la Patrulla Águila. Con sus maniobras sincronizadas y la estela de la bandera española surcando el cielo, los pilotos ofrecieron una última postal que quedará grabada en la memoria colectiva. La Patrulla Águila no ha desaparecido: ha entrado en una fase de transformación.