Huelva toma la delantera para ser referente verde en el sur de Europa con un plan inédito en España

Huelva/Cuando Pilar Miranda tomó hace dos años el bastón de mando del Ayuntamiento de Huelva lo hizo con un mensaje claro que ha repetido en no pocas comparecencias. "Asumo el desafío de convertir a Huelva en la ciudad verde del sur de Europa", se comprometía la alcaldesa antes del mediodía del sábado 17 de junio de 2023. Un reto que exige un plan tan ambicioso como el objetivo en sí.

Por ello, Huelva contará con un plan de infraestructura verde pionero en España. "No se ha hecho nada igual en este país", aseguran a este periódico desde la Consultoría Estratégica de Servicios y Territorios (Cesyt) y la Universidad de Sevilla (US), responsables de su ejecución. Un documento que está ya en su fase final y que proporcionará al Consistorio "herramientas muy buenas para ser candidata real a convertirse en ciudad verde del sur de Europa", según Manuel Enrique Figueroa, catedrático de Ecología y uno de los impulsores de un proyecto "único" en el país por estar enfocado en la funcionalidad del sistema verde y por su dimensión humana.

El plan está diseñado bajo la filosofía de la ciudad de los 15 minutos, según la cual "todos los vecinos tienen que tener un espacio saludable de calidad -con sombra, puntos de agua, luz natural, áreas infantiles o circuitos biosaludables- a menos de un cuarto de hora de su domicilio". Bajo esta premisa, explica Figueroa, "hemos generado una cartografía de los espacios de oportunidad que tiene Huelva, desde pequeños jardines de barrio hasta solares, plazas, calles o descampados que puedan ser parte de una red de espacios conviviales urbanos a escala de barrio". En total, fueron identificados 139 espacios de oportunidad repartidos en los diferentes distritos de Huelva.

A la pregunta de por qué este plan sitúa a Huelva a la cabeza de la infraestructura verde en el país, el catedrático no deja lugar a dudas y justifica su afirmación en que "nunca antes se había hecho un análisis tan pormenorizado para conocer la funcionalidad del sistema verde y, sobre todo, de la relación directa con sus ciudadanos". A lo que se suma, prosigue Figueroa, "el rigor metodológico de hacer in situ un tipo de plan que en muchas ciudades se elaboran mediante imágenes de satélites".

El equipo conformado por la Consultoría Estratégica de Servicios y Territorios (Cesyt) y la US -integrado por Enrique Figueroa Luque, del Cesyt, y Elena Mateos Martínez, de la Hispalense- emplea una herramienta propia de análisis, la Matriz de Metabolismo Verde (MMV), que mide los beneficios ecosistémicos que genera la infraestructura verde actual. "Nos permite generar información detallada sobre especies arbóreas y arbustivas, y sus características, resiliencia y su capacidad de absorción de contaminantes o de mejora del confort ambiental", según expone Figueroa, quien destaca que la Matriz traduce estos datos en beneficios para la salud, el confort ambiental, la biodiversidad, la biofilia y las relaciones sociales. O dicho de otro modo, "un análisis de cómo la vegetación contribuye a reducir la contaminación, el estrés térmico y la degradación ambiental", especifica el catedrático de Ecología en declaraciones a esta Redacción.

A fin de cuentas, es dotar al Ayuntamiento de una información muy útil para definir una estrategia de adecuación de la infraestructura verde municipal en parques, calles, avenidas y todo tipo de espacios públicos "con el fin de mejorar los servicios ecosistémicos que presta la vegetación actual o introducir nuevas especies más adecuadas", destaca Manuel Enrique Figueroa.

El plan comienza con la revisión y la actualización del inventario de arbolado y zonas verdes

El plan arrancó con la revisión y actualización del inventario de árboles y zonas verdes municipales, paso imprescindible a la hora de valorar el patrimonio natural de la ciudad. En este sentido, según los datos remitidos por el Ayuntamiento a este periódico hace apenas dos meses, las zonas verdes de titularidad municipal se extienden a lo largo de 1.539.000 m² y, de ellas, más de la mitad corresponden a los parques urbanos (31,5%) y forestal (21,7%). Además, casi el 20% corresponden a los parterres, algo más de un 10% a las zonas verdes de las plazas y otro 10% a las de los bulevares y rotondas. El porcentaje restante se encuentra en las medianas, jardines del cementerio o en isletas. A su vez, el informe elaborado por Parques y Jardines recoge que Huelva contabiliza unos 33.000 pies, 180 especies y 44 familias. La especie más común es el naranjo amargo (Citrus aurantium), con 4.956 pies (15% de representatividad), seguido por otras especies como la tipuana, el aligustre, el plátano de sombra y la jacaranda.

Una cuestión relevante sobre los árboles es su capacidad para dar sombra y mitigar la exposición a la radiación solar y ultravioleta, lo que redunda en la disminución del estrés térmico en el entorno urbano. Por ello, el plan contempla una revisión específica de la infraestructura verde "en relación con su capacidad atenuadora de los rigores térmicos y radioativos solares", apunta Figueroa, quien añade que "esto permitirá generar espacios compatibles con una vida urbana confortable y libre de estrés térmico".

También son objeto de estudio los parques públicos por la relación directa que guardan con la salud física y mental de los ciudadanos, de ahí que se evalúe la calidad ambiental de estos parques y jardines públicos mediante parámetros de calidad del aire, el ruido o radiaciones electromagnéticas. Un estudio que abarca una quincena de espacios, entre los que figuran el parque Moret, el de la Esperanza, el Alonso Sánchez, el de Zafra o los jardines del Muelle, entre otros.

El referido análisis también pone el foco en los parques infantiles y circuitos biosaludables de la ciudad, que cuenta con 62 de los primeros y una veintena de los segundos. "Incluimos en el estudio indicadores relacionados con la calidad del aire, la contaminación acústica y electromagnética, la atenuación de la radiación solar y el confort térmico", en palabras del catedrático de Ecología, que destaca de este estudio que cuantifica incluso la temperatura que alcanza un columpio o los aparatos deportivos, tanto al sol como a la sombra, y en distintos tramos del día.

De otro lado, también se estudia la calidad ambiental del casco urbano, "afectada por el aumento de contaminantes procedentes del tráfico y de otras actividades urbanas", sostiene Manuel Enrique Figueroa, quien también pone de manifiesto que el plan cuantifica el papel de la infraestructura verde como sumidero de CO₂. Al respecto, los expertos dejan claro que la expansión verde no solo ofrece una mejora paisajística, sino que también tiene repercusión en la salud, el confort, en la sociabilidad y en la calidad de vida de los vecinos. Así, para calcular el sumidero de carbono que representan los árboles de la ciudad, se ha llevado a cabo un estudio biométrico y un análisis de fotosíntesis y extinción de luz por especies.

La infraestructura verde urbana se ha consolidado como un pilar fundamental para construir ciudades más saludables, sostenibles y justas. Lejos de ser un elemento meramente ornamental, hoy representa una herramienta clave frente al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y las desigualdades sociales. En Huelva, este plan, que pronto dejará resultados concluyentes, refleja "el compromiso por avanzar hacia un entorno más equitativo, resiliente y habitable para todos", concluye Manuel Enrique Figueroa, catedrático de Ecología.