Los extranjeros internados en la cárcel aumentan un 216% desde 2008

La ocupación del centro se sitúa en 1.636 reclusos, de los que el 30'3% no son nacionales · La prisión se adapta para que 267 internos musulmanes practiquen el Ramadán

Varios internos paseando en uno de los patios del centro penitenciario onubense.
Varios internos paseando en uno de los patios del centro penitenciario onubense.

El aumento de la población reclusa en la macrocárcel de Huelva va directamente ligada al incremento de los internos extranjeros en los últimos dos años, cuando la sobreocupación ha llegado a tocar techo. En esto momentos, los reclusos que cumplen condena en la prisión onubense se sitúan en 1.636 personas, de las que un 30'3% (un total de 496) proceden de fuera de nuestras fronteras.

Según las estadísticas facilitadas por la dirección del centro, en los últimos cinco años (desde 2005), los extranjeros internados en Huelva se han multiplicado por seis. En aquel momento, el número de no nacionales no llegaba al centenar (fueron 82 internos) y, desde entonces, el incremento ha seguido una progresión anual al alza (102 extranjeros en 2006 y 141 al siguiente año), a la que siguió un periodo de estabilización entre 2007 y 2008, año que se cerró con 157 presos no nacionales. El mayor salto en términos numéricos se ha dado a lo largo de este año, cuando se ha producido un incremento del 216%, situándose en estos momentos en 496 reclusos extranjeros, de los que el 53,8% (267 personas) son musulmanes.

Precisamente ante la alta presencia de internos que practican esta religión, la penitenciaría ha tenido que adaptarse en momentos puntuales, como es el caso del Ramadán (que finaliza estos días), adaptación que, según el director de la prisión, Francisco Sanz, no ha supuesto problema alguno en el normal funcionamiento del centro.

Tras la experiencia de años anteriores, tiempo antes del Ramadán la dirección reparte una especie de solicitud entre los internos musulmanes para que confirmen si seguirán o no el ayuno voluntario, teniendo en cuenta -explica- que se trata de un acto voluntario en el caso de los reclusos, que quedan eximidos de la práctica.

La población reclusa musulmana no se concentra en un único módulo sino que está distribuida entre varias de estas dependencias y los funcionarios al cargo de las mismas tienen instrucciones para permitir y respetar las horas de rezo varias veces al día.

El Ramadán se hace notar en los paréntesis que los internos realizan al cabo del día (actividades, trabajo o talleres) para rezar, momentos en los que suelen apartarse del centro del bullicio para buscar intimidad (en los módulos, el patio o la escuela) y especialmente en el almuerzo. A esta hora (13:30 aproximadamente), los internos musulmanes no acuden al comedor sino que se retiran a sus celdas, acompañados por un funcionario.

En cocina, se les guarda el almuerzo, que le es servido junto con la cena (en bandejas precintadas y térmicas) cuando el sol comienza a ponerse y se les permite, entonces, romper el ayuno que realizan durante el día.

stats