“A las organizaciones sociales es tiempo de pedirles programas concretos, verdaderos, y hombres capaces de realizarlos”
Crónicas de otra Huelva
Ponce Bernal insta a los onubenses a acudir a los actos políticos para oír y también para “mirar a la cara y a los ojos de quien habla y quienes le rodean para conocer hasta donde llegan las palabras del orador”

La Introducción
CAMBIOS EN LA CONCIENCIA NACIONAL
Es necesario actuar de manera más consciente y crítica
Este artículo representa una crítica profunda y mordaz a la manipulación política y a la falta de autenticidad en los procesos electorales, especialmente en contextos de regímenes dictatoriales. Ponce expresa su escepticismo sobre las promesas de elecciones "purísimas" y la posibilidad de un cambio verdadero en la conciencia nacional.
Se pone de relieve cómo muchas personas, engañadas por ilusiones de legitimidad democrática, están dispuestas a seguir patrones de comportamiento que perpetúan la corrupción y el clientelismo político. La ironía se hace evidente cuando se menciona que los ciudadanos podrían tener una oportunidad real de cambiar la situación si tan solo decidieran actuar de manera más consciente y crítica.
La llamada a exigir programas concretos y a involucrarse en la política de manera informada es un aspecto clave del mensaje. Al final, se deja entrever un pesimismo profundo sobre las posibilidades de una verdadera transformación en el país, sugiriendo que seguir este camino sin cuestionar podría llevar a España a un callejón sin salida.
Es posible extrapolar ciertas ideas y preocupaciones del texto a la situación actual en España. Al igual que en el pasado, hoy en día existe una cierta desconfianza hacia las instituciones políticas y electorales. Los escándalos de corrupción y la percepción de que los partidos políticos no siempre actúan en el interés del ciudadano pueden generar un escepticismo similar al descrito en el texto.
El discurso sobre elecciones perfectas y un cambio auténtico puede parecer vacío para muchos, lo que puede llevar a la creencia de que, independientemente de quién esté en el poder, las cosas no cambiarán significativamente.
La crítica a la manipulación de la voluntad popular y el uso de favores y compromisos en la esfera política sigue siendo relevante hoy. A menudo, los ciudadanos sienten que sus voces no son escuchadas o que su participación se reduce a cumplir con un deber cívico sin impacto real en las decisiones políticas.
La aparición de nuevos movimientos sociales y políticos en España es un reflejo de un cambio en la manera en que algunas personas buscan expresar su descontento y exigir cambios. Sin embargo, el desafío sigue siendo encontrar líderes que realmente representen los intereses y las necesidades de la gente.
Si bien hay similitudes, también hay diferencias significativas, como el contexto económico, social y cultural actual, así como las dinámicas globales que afectan a España. Cada época tiene sus particularidades, pero las luchas por la democracia, la transparencia y la justicia social son constantes en la historia.
Sin que podamos remediarlo nos hace mucha gracia leer algunas arengas telegráficas que en la forma de “entrefilet” van apareciendo en algunos periódicos –especialmente de los simpatizantes con los regímenes dictatoriales y de excepción- con las cuales se pretende prevenir gravísimos males. En ellas se advierte a los buenos ciudadanos para que se cercioren si tienen voto y esta certeza la adquirirán acudiendo a los centros informativos organizados por esos elementos confesionales.
Nos hace mucha gracia porque este es un síntoma definitivo de lo que no tiene que pasar. Y lo que tiene que pasar es, ni más ni menos, que a la vuelta de un cierto tiempo estaremos en las mismas circunstancias, posiblemente peores, que antes del dictador jerezano.
Con las mismas tablas y por los mismos fusteros se comienza a preparar el tinglado político de siempre. Hay en el pueblo una muy importante que cree a pie juntillas en que pronto habrá unas elecciones purísimas, inmaculadas por las cuales podrá manifestarse el verdadero estado de la conciencia nacional. ¿Qué engañados viven! Y, sin embargo, qué fácilmente podría tener realidad su creencia. Con solo mantener la basta con no ir a comprobar las listas electorales a ningún centro informativo, recontador de posibles electores y por consecuencia de los duros que habrá que gastar en la elección; tantos votos, tantos duros…

Es lógico y lícito que los componentes de partidos políticos establezcan sus programas y realicen cuantas propagandas de sus idearios estimen oportunos. Al menos lince no se le ha de escapar la verdad o mentira de los que esas propagandas digan. El ciudadano que quiera obrar en conciencia debe acudir a todo acto de propaganda y oír lo que en ellos se dice. Pero al mismo tiempo de oír debe mirar a la cara y a los ojos de quien habla y quienes le rodean para conocer hasta donde llegan las palabras del orador. Para comprobar si se tiene o no se tiene voto, basta con ir a las oficinas oficiales de la Junta del Censo. Con esto no hay compromiso y se estropean los cálculos.
Amigo lector: a las organizaciones sociales es tiempo de pedirles programas concretos, verdaderos, y hombres capaces de realizarlos. Comprometer la conciencia con estos o aquellos para presenten a un don fulano que podrá ser muy buena persona pero que es una pantalla para ocultar negociejos y embrollos es mal que te haces a ti y a los demás.
Pero todo esto es un sueño. Y nosotros nos reímos mucho porque todos acudiréis como corderitos a cumplir con un compromiso de amistad o a pagar un favor, vendido de antemano.
España: Por este camino no tienes remedio.
BLANQUI-AZUL
Diario de Huelva, 21-11-1930
También te puede interesar
Lo último