Hace año y medio la vida cambio de manera radical. Hace uno, también. Hoy se cumple un año desde que los más mayores comenzaron a recibir la primera dosis de la vacuna contra la Covid. Hoy, justo doce meses después, la mayoría de ellos tienen ya la tercera. Fue Emilia, una residente en Santa Teresa de Jornet que recibiera la dosis en la provincia de Huelva, aunque el primer onubense, apenas momentos antes, fue Melchor García, un vecino de Riotinto que debido a la distribución de las dosis y a que residía en Sevilla donde llegaron antes, tiene el honor de ser el primero de los nacidos en la provincia en recibirla.

Fueron apenas 200 las dosis que llegaron a la residencia y al hospital Juan Ramón Jiménez destinadas al personal sanitario que, hoy al igual que entonces, combaten en primera línea de la batalla contra la propagación y las consecuencias del virus. Las vacunas fueron recibidas en un almacén de Guadalajara en un dispositivo sin precedentes. De ahí, fueron transportadas y custodiadas hasta Granada de donde se distribuyeron a todas las provincias andaluzas. De ellas, el 11,4% fueron destinadas a Huelva según los criterios poblacionales. Se trataba de los envíos realizados por la farmacéutica estadounidense Pfizer, en aquel momento un nombre desconocido, hoy familiar en cualquier conversación sobre la pandemia.

El objetivo de la Consejería de Salud era conseguir vacunar a los más de 2.400 usuarios de las residencias de mayores, así como a todo el personal que les cuidaba. Eran el colectivo más vulnerable en unas jornadas en las que los número se asemejaban a un parte de guerra, con fallecidos entre las personas de mayor edad, con un sistema inmunológico más debilitado y con patologías previas. Fueron los más afectados en los primeros meses de la pandemia y a ellos iban destinadas las primeras vacunas para tratar de evitar la sangría de víctimas. En las horas previas al suministro de las vacunas, la provincia sumaba 91 contagios (en los últimos tres días han sido más de mil) y dos fallecidos (en lo que llevamos de mes han sido tres).

A sus 93 años, Emilia se convirtió en el rostro (cubierto con mascarilla eso sí) protagonista de la esperanza para todos los afectados por la pandemia en Huelva. Llevaba en Santa Teresa de Jornet tres años y aquel era su momento esperado desde el mes de marzo del año pasado. Con sus mejor vestido, la ilusión y la emoción pudo con ella. Sencillamente hizo historia. Arturo de 91 años fue el siguiente y así todos los residentes y cuidadores que ese día comenzaron a vivir de otra manera.

Reparto de las primeras vacunas en la residencia Santa Teresa de Jornet.

En el Juan Ramón Jiménez, los protagonistas fueron Silvia y Javier, enfermero y auxiliar respectivamente. Ambos trabajaban en la unidad de hospitalización de pacientes Covid. La primera de ellas, confesaba que "es un orgullo contribuir y colaborar para seguir avanzando. Ser la primera sanitaria en Huelva en ser vacunada, es un honor"; el segundo señalaba que "hay una esperanza muy grande puesta en marcha en esta vvacuna para que nos ayuden a todos a conseguir la meta que venderá a este virus".

Lo que se les inyectó, además de una inmunización que ha salvado miles de vidas, era tal vez una dosis de esperanza que la necesitaban todavía más, después de meses en los que la enfermedad, el miedo a un contagio que podía costarles la vida y el aislamiento al no poder relacionarse con sus familias, pintaban un panorama que, a pesar de todos los nuevos casos que la variante ómicron ha traído de la mano hoy tiene otro color.

Llegada de las primeras vacunas al hospital Juan Ramón Jiménez.

Desde aquel día se han inoculado en la provincia de Huelva, 939.923 dosis, lo que hace que 453.311 onubenses tengan una de ellas (el 88% de la población total de la provincia) y 433.582 la pauta completa (el 84,5%) porcentajes en ambos casos superiores a la media andaluza. En lo que se refiere a las personas con la tercera dosis se ha llegado a las 123.987, de ellos 92.943 mayores de 60 años y 12.237 niños entre 5 y 11 años con una de ellas.