Huelva

Las obras culminan con la reforma de la cuesta de la ermita de la Cinta

  • La subida al santuario resultó siempre bastante complicada, necesitando varias reformas desde la realizada en 1888 Unas amplias aceras llevan hoy a los peregrinos hasta su Patrona

"Al Norte, y media legua corta de la Villa, está uno de los santuarios de mayor devoción de la Villa, y de toda la Comarca. Este es la capaz Iglesia de Nra. Sra. de la Cinta". Juan Agustín de Mora, nos sitúa así a la ermita en su libro Huelva Ilustrada, (1762).

El objetivo de este nuevo trazado era acercar a la ciudad el santuario de la Cinta a la vez que proporcionarle un paseo de esparcimiento en un lugar tan privilegiado como El Conquero. Una vez alcanzada la meta de llegar a este punto quedaba mejorar la subida desde el Humilladero, que estaba "a el pie de una larga y penosa cuesta, que sube para ella", dice el mismo Juan Agustín de Mora.

Los alrededores de la ermita constituían un lugar para el esparcimiento y recreo de los onubenses, como lo señala Amador de los Ríos en Huelva, (1891). Reconoce en su recorrido por la ciudad que el santuario está "colocado en lugar amenísimo, a donde suelen con frecuencia acudir los habitantes de Huelva buscando agradable solaz y esparcimiento, cercado de frondosas huertas y pinares, de tierras de labor y de viñedo, y con tierna solicitud velando desde tal paraje por la moderna ciudad". Mientras está "sombreado por crecidos árboles parte del camino que desde el Humilladero allí conduce".

Hacer cómoda la subida al santuario fue siempre una inquietud de todos los ayuntamientos y de la propia hermandad. Para las fiestas de 1888 se había arreglado la cuesta. Así lo refleja La Provincia en su crónica del 8 de septiembre: "El desmonte y paseo de la cuesta hace ya muy accesible la subida al santuario. El camino hecho a su alrededor, la explanada y el porche o anden ante la sala de la hermandad y otras cuantas reformas, han dado un bonito aspecto al santuario y aquel sitio constituirá de aquí en adelante un paseo de invierno para esta capital". Con las reformas se conseguía una mayor participación en las fiestas: "Estas reformas hacen que puedan ir ya a la popular velada muchas personas que antes se veían privadas de asistir por lo incómodo que se hacía allí la estancia". Aquel año, además, llega desde La Placeta la Cruz de los Ángeles, que preside la entrada hasta hoy en la plaza de los Capellanes.

La cuesta era siempre una preocupación para la hermandad y más cuando se acercaba las fiestas de la Virgen. Así, por ejemplo, el 14 de agosto de 1895 se dirige al Ayuntamiento para "poner en su conocimiento el mal estado del camino vecinal que desde el humilladero conduce al santuario".

Concluido el paseo que unía la ciudad con la ermita por la zona alta, el interés pasa a mejorar el camino de subida. Un proyecto que firma el arquitecto José María Pérez Carasa, el 26 de mayo de 1919.

Con el tiempo, la cuesta de la Cinta tendrá varias reformas. Una de ella y más importante es la que se lleva a cabo para comunicarla directamente con la barriada de la Orden, ya que esta había terminado siempre en los aledaños del santuario, primero respetando la explanada de recepción donde se celebraba las fiestas y la procesión de los marineros y más tarde uniendola con el paseo alto de la avenida de Manuel Siurot. De esta forma, la carretera acabaría pasando delante del santuario privándole de ese espacio de recepción del peregrino que siempre tuvo.

En agosto de 1975 la Hermandad de la Cinta recibe la comunicación del Ayuntamiento del proyecto de desvío de la carretera que hasta entonces pasaba por delante del santuario, para realizar el trazado que tiene en la actualidad.

El espacio de recepción se completa con las obras del mirador que se incluye dentro de las mejores del Plan Andalucía 92, aunque desde el primer momento fueron contestadas por la Hermandad de la Cinta al ser un diseño que en nada estaban en relación con el entorno y, además, construido con materiales de escasa calidad.

Lejos quedará el proyecto de 'Parque de la Cinta' que siempre apoyó la hermandad y cuya maqueta se expuso muchos años en la ermita, para la mejora de la cuesta y el escarpado del santuario, que en la actualidad vuelve a acaparar el interés de la hermandad. La maqueta fue presentada a finales de 1982, por el concejal Francisco Domínguez, un proyecto del arquitecto Carlos Hermoso, en el que se trataba el espacio de recepción que siempre tuvo el santuario y se ordenaba el escarpado de la ladera del cabezo, donde ha ido creciendo arboleda invasora.

En 1998, a la gran cuesta de la Cinta con sus cuatro carriles, se le proporciona un amplio acerado para facilitar el tránsito de los peatones hacia el santuario y la barriada. Todo quedó listo para el traslado de vuelta de la Virgen de la Cinta a su santuario en la noche del 8 de septiembre de aquel año. Más tarde, en 2009, se proyecta la rotonda del cruce de la cuesta de la Cinta, avenida Manuel Siurot y Diego Morón.

No hay que olvidar el punto de arranque de la cuesta, que no es otro que el Humilladero. La sencillez del mismo queda de alguna forma afectada por la gran rotonda que se crea en 2009 en la zona para regular el tráfico de la avenida Cristóbal Colón, carretera de Gibraleón, el Paseo Marítimo y la propia cuesta hacia el santuario; se convierte entonces en la rotonda más grande de la ciudad. El Ayuntamiento había realizado en 1997 obras de acondicionamiento en el Humilladero, con la creación de un muro para protegerlo del gran desnivel existente, que lo aísla del nuevo trazado de la carretera; creando una zona de descanso en el entorno.

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