"Los chiringuitos generan más de mil empleos directos por temporada"
El presidente del sector, Juan Díaz Castaño, dice que existen setenta en la costa


La pérdida de banderas azules en Huelva, tres de ellas en Punta Umbría, ha caído como un jarro de agua fría en el sector hotelero. Los datos hechos públicos por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) y por su presidente apuntan con el dedo a un sector, el de los chiringuitos. El máximo responsable de ADEAC, José Sánchez, dice que este tipo de establecimientos permanecen abiertos más tiempo del que tienen estipulado, utilizan más espacio del autorizado o tienen problemas con las aguas residuales que han generado.
Sin embargo, el presidente del Consejo Empresarial de Chiringuitos adscrito a la Federación Onubense de Empresarios, Juan Díaz Castaño, niega las responsabilidades y asegura que el sector necesita "instalaciones fijas, buenos accesos, aparcamientos dignos controlados, por ejemplo, a través de asociaciones como la de parados mayores de cuarenta años, para convertir estos establecimientos en lugares privilegiados para el visitante".
La costa de Huelva desde Almonte hasta Ayamonte alberga setenta chiringuitos a los que la Ley de Costas amenaza como una espada de Damocles. Al fin y al cabo la mayoría se encuentran afectados por la zona de dominio público marítimo terrestre y si la Dirección Provincial que dirige Gabriel Cuena se empeña quedarían al pairo. En teoría, los chiringuitos deberían tener veinte metros y ser desmontables. Solamente funcionarían en temporada alta, julio, agosto y septiembre.
La realidad es más oblicua. En cada chiringuito trabajan de media quince personas, por lo que se generan anualmente más de un millar de empleo directos.
Juan Castaño subraya que en veinte metros "es imposible instalar una cocina" y añade que los chiringuitos le pagan sus impuestos a los ayuntamientos aunque se queja porque "al contrario de lo que podría parecer, esta situación no genera solidez". Además, Castaño insiste en que "si los chiringuitos se pudieran mejorar darían empleo a muchas más personas".
Los chiringuitos se reparten desde la zona de Matalascañas, donde se instalan 26; Mazagón, que cuenta con tres; Punta Umbría, catorce; Cartaya, cuatro; Lepe, ocho; Isla Cristina, siete; y Ayamonte, ocho.
El 40% de ellos se mantiene abierto todo el año, según datos aportados por el sector, y los que cierran lo suelen hacer por falta de rentabilidad al estar peor situados.
Juan Díaz asegura que "prohibiendo la instalación de chiringuitos se margina a los bañistas porque estas instalaciones suponen un lugar de disfrute y si estamos ahí es porque el público los reclama año tras año".
Por eso, el sector no entiende que la Dirección Provincial de Costas pretenda llevar los chiringuitos hasta el final de la línea de deslinde. Y advierte que en muchos casos la instalación habría que colocarla en una línea que alcanza 300 metros de servidumbre marítima.
Si Costas se tomara la Ley de 1988 a la tremenda, tendría que levantar hasta los aparcamientos situados en la zona de La Bota. La Dirección Provincial de Huelva, de las más restrictivas, no concede licencia a ningún chiringuito de los setenta existentes y es así desde hace cuatro años. De momento, los establecimientos que se llevó el mar en el mes de abril lo tienen crudo para abrir esta temporada.
El presidente del Consejo Empresarial de Chiringuitos de la Federación Onubense de Empresarios reclama que la interpretación de la Ley se haga igual en toda España y asegura que los únicos que están en contra de estos establecimientos son los dueños de chalés que en algunos casos han intentado privatizar las playas.
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