Si las estadísticas aseguran que el dos por ciento de la población es superdotada, eso supone que unos 3.000 onubenses poseen un cociente intelectual superior a 130. Es decir, que son superdotados y muchos, la mayoría, no son consciente de ese importante detalle, que seguro les marcará o ya la ha marcado su vida.

Con el objetivo de despejar esa importante incógnita a todos aquellos que tenían la mosca, o no, detrás de la oreja, la Asociación Internacional de Superdotados Mensa realizó ayer varias pruebas para buscar a esos onubenses, que sin saberlo, superan dicho coeciente arriba mencionado, el mínimo que se considera para que una persona sea superdotada intelectualmente.

"También hemos convocado esta prueba con el fin de dar a conocer nuestra asociación a las personas superdotadas de Huelva, para que sepan que tienen un lugar donde acudir cuando quieran o lo necesiten. Un lugar donde encontrarán a personas con sus mismas inquietudes y, sobretodo, con sus mismos problemas...", explica Reyes López, una de las organizadoras de esta prueba y supervisora de Mensa en Huelva.

Y es que un diagnóstico a destiempo puede acarrear problemas muy serios. "Mientras que la mente de los demás va montada en un tren de vapor, la del superdotado corre a la velocidad del AVE. Vamos siempre por delante, prevemos lo que se va a decir, cómo se va actuar, y eso, tarde o temprano, llega a aburrite, revelándote ante ello. Además, tenemos un profundo concepto de la justicia y un sentido sobre la solidaridad muy acentuado, que no siempre encajan bien con los del resto", apunta López, una mujer superdotada que hasta que supo que lo era, iba desarrollando mecanismos de defensa para contrarrestar su diferencia.

Una diferencia que, según López, no parece tener buena fama entre la sociedad. "Hay que empezar a desterrar muchas ideas preconcebidas sobre las personas con una superior capacidad intelectual. Por el simple hecho de ser superdotado no significa tener la vida resuelta. Es más, quizás te la complica un poco más si no sabes como encarrilar esa alta capacidad", destaca, a la vez que argumenta que no existe un perfil concreto de esta clase de personas: "se puede dar el caso de serlo y tener dificultades para solucionar operaciones matemáticas simples".

Un mundo complejo que puede serlo menos "cuando conoces a gente como tú. Es muy liberador" asegura Reyes, antes de comenzar una prueba, a la que se presentaron unos 38 onubenses, de edades comprendidas entre los 14 y 68 años, y que se desarrolló, en la tarde de ayer, en una de las aulas del edificio Galileo, de la Universidad de Huelva.

"Van a realizar es una serie de test básicos, para que sepan, en primer lugar, si son o no superdotados. Si luego quieren profundizar en ello, de forma voluntaria se podrá acoger a nuevos exámenes más concretos, que determinarán su grado de inteligencia", informa esta supervisora de Mensa en Huelva, donde sólo cuenta con cuatro socios.

Sin embargo, Mensa es una organización internacional que agrupa a 100.000 socios en los cinco continentes, y el único requisito de admisión es obtener, en una prueba de inteligencia acreditada, una puntuación por encima del 98% de la población general.

Sus objetivos son la identificación y promoción de la inteligencia, en beneficio de la humanidad, proporcionar a sus socios un entorno social e intelectual estimulante, facilitando contactos sociales e intercambio intelectual por medio de conferencias, discusiones, publicaciones, grupos de interés especial e impulsar la investigación en psicología y ciencias afines, especialmente en lo que se relaciona con la naturaleza, desarrollo y uso de la inteligencia humana.

Los dos grupos principales son American mensa, con 55.000 socios, y British Mensa (Reino Unido e Irlanda), con unos 25.000 miembros en sus filas.

Mensa España funciona desde 1984 y cuenta con alrededor de 1.300 socios. En habla hispana existen otros grupos nacionales reconocidos en Argentina, con unos 300 miembros y Colombia.