Huelva

La campaña de poda incluye en Huelva 13.000 árboles

  • La plantilla se refuerza con tres equipos de tarde conformado por once operarios

Poda de palmeras en el Paseo de Santa Fe.

Poda de palmeras en el Paseo de Santa Fe. / M.G. (Huelva)

El Ayuntamiento de Huelva inicia una campaña intensiva de poda en la ciudad, porque como ha explicado la concejal de Hábitat Urbano e Infraestructura, Esther Cumbrera, “aunque estos trabajos se realizan durante todo el año, de noviembre a mayo se reactivan los equipos para la poda tanto en altura, como desde el suelo”. En este sentido, Cumbreras ha informado que “este año, además, se ha reforzado la plantilla, integrando 11 operarios, para incorporar tres equipos que trabajarán por la tarde, para aligerar los tiempos”.

El refuerzo ha sido posible gracias a la ampliación del Plan de Acción de Mejora de la Limpieza en la ciudad aprobada en Pleno el pasado mes de julio, que supuso el incremento de un 15% de la plantilla en Parque y Jardines, así como el aumento de la inversión mensual en unos de 40.000 euros para cubrir 483 jornadas más de trabajo distribuidas en turnos de mañana, tarde y noche.

Esther Cumbrera ha explicado que “abordamos unos 13.000 árboles incluidos en el calendario de poda anual de mantenimiento, adaptado a las necesidades de cada especie, en función de su ciclo biológico, la retirada de frutos, el control de enfermedades o la ornamentación”. En este sentido ha puntualizado que “evitamos las podas extremas y drásticas que dañan las especies y atendemos principalmente las podas de riesgo para generar espacios verdes que generen confort térmico, aprovechando sus efectos descontaminantes”. Desde el Ayuntamiento de Huelva “consideramos la arboleda frondosa y de buen porte como un aliado fundamental para ornamentar la ciudad”.

Según la ubicación y fisonomía de los ejemplares, las tareas de poda se realizan tanto en altura, como desde el suelo. Para la poda en altura, la ciudad cuenta actualmente con tres equipos provistos de plataformas elevadoras de 8, 12 y 18 metros de altura respectivamente. Cada equipo está integrado por oficiales podadores con vehículos de poda, camión de brigada o pulpo de recogida con conductor, además del apoyo de uno o dos peones para la recogida de restos.

Se encargan de los árboles y arbustos que debido a su porte no pueden podarse desde el suelo, incluyendo todas las palmeras, unas 2.000 unidades aproximadamente al año y los árboles de medio y gran porte de hoja caduca, como olmos, plátanos o melias, pudiendo abarcar unas 3.000 unidades al año. En cuanto a la arboleda de hoja perenne, como naranjos o ligustrum, necesitan de poda anual los 5.000 naranjos de la ciudad, mientras que se realiza una poda de recorte en unos 1.500 ejemplares más, de distintas especies.

En cuanto a las labores de poda desde el suelo, se llevan a cabo por cinco equipos integrados por dos o tres operarios y un camión brigada para la recogida de restos que realizan el pinzado y refaldado de árboles de porte pequeño como tipuanas, prunus o jacarandas, principalmente de noviembre a mayo, cubriendo unas 1.000 unidades e incorporándose después al dispositivo de poda de naranjos, con la utilización de andamios.

Por otro lado, además del refuerzo de personal, canastas y camiones de caja abierta para la recogida de restos, este año se ha incorporado una canasta de 26 metros para arboleda de gran porte, que cubre las necesidades de poda de unos 150 ejemplares de distintas especies y palmeras que exceden de la altura estándar.

En el arbolado urbano, la poda es necesaria para prevenir el riesgo de caída de ramas y para controlar el tamaño de árboles cuya ubicación no permite su desarrollo completo. En cuanto a circunstancias de riesgo, se incluyen elementos que obstaculizan el tránsito de peatones y vehículos o tapan señales de tráfico. Además, las labores se aprovechan para adecuar los árboles al espacio en el que se encuentran, suprimir ramas afectadas o secas y sanear las copas. Por último, en la programación de estas actuaciones, es importante adelantarse a la caída de los frutos del árbol al suelo, como los dátiles o las naranjas, para evitar los riesgos de accidentes y la suciedad que provocan.

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