La madrugada del 20 de diciembre de 2006 quedará para siempre en la memoria de la afición recreativista como la noche más trágica que ha vivido la familia del fútbol onubense. Esa noche, un autobús cargado con las ilusiones de un grupo de aficionados chocó contra un camión que previamente había volcado en la autopista A-49. El conductor del autocar, que falleció en la colisión, no vio el remolque y no pudo parar a tiempo para evitar el choque. Otras tres personas además de él murieron en el fatal accidente, todos miembros de una misma familia, y 35 personas más resultaron heridas de diversa consideración. Una de ellas no pudo superar los daños provocados por el accidente y murió meses más tarde.

Los aficionados se dirigían a Madrid para disfrutar del partido entre el Recreativo, de nuevo en Primera División desde el mes de junio y el Real Madrid. El humilde contra el todopoderoso, toda una fiesta que se vio truncada por la fatalidad.

El equipo albiazul, de luto como toda la sociedad onubense, solicitó que se aplazara el encuentro y el Real Madrid aceptó sin reparos. Sin embargo, la Federación decidió tras una larga reunión que el partido tenía que jugarse a pesar de todo. Fue una noche terrible que comenzó con cuatro ramos de flores sobre el césped en recuerdo de los cuatro aficionados fallecidos en la carretera. Paradójicamente, el Recre hizo historia al ganar al Real Madrid por tres goles a cero. Equipo y afición se tragaron la celebración con amargura y honraron en todo momento a las víctimas.

La carretera fue protagonista en otros aspectos durante 2006. Además de incidirse en el desdoble de la peligrosa e imprescindible N-435 desde las localidades limítrofes, el 17 de noviembre, empresarios de Huelva, Sevilla y Cádiz protagonizaron en Isla Mayor una ceremonia simbólica de colocación de primera piedra para exigir la Huelva-Cádiz, una comunicación solicitada desde los años sesenta sin éxito y que así continuaría, ya que la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, se apresuró a afirmar que esa sería "la primera y última piedra que se coloque".

Pero no era esta la única infraestructura en el aire después de años. La presa de Alcolea seguía pendiente de su financiación y los accesos a la costa desde la autovía Huelva-Ayamonte continuaban sin ejecutarse. La estación que supuestamente habría de albergar la llegada del Ave aún no se había adjudicado y era el motivo de enfrentamiento favorito entre el PP y PSOE.

Más positivas eran las expectativas sobre el aeropuerto. En agosto se alcanzó un acuerdo con una entidad financiera para buscar inversores y en octubre se encargó un nuevo informe de viabilidad. También avanzaba la unión con Portugal: en noviembre, Costas aprobó la construcción del puente entre El Granado y Pomarao.

La política provincial era un auténtico hervidero durante aquellos meses y la palabra tránsfuga, una de las más escritas. En Punta Umbría, Rocío Vélez y José Garrido abandonaron el PP y pasaron al Grupo Mixto, aunque nada parecido al culebrón que aún vivía Gibraleón. Al final, Juan Serrato, que en 2005 se hizo con la alcaldía junto a otros siete ediles tránsfugas del PSOE y el PP, anunció su candidatura por el partido que él mismo había abandonado.