Huelva

Una mañana con toques de ilusión

  • Sus Majestades de Oriente comparten la mañana con ancianos y niños

Baltasar en una residencia de mayores

Baltasar en una residencia de mayores / Valentín López (Huelva)

Los hospitales y residencias de Huelva rebosaron de magia e ilusión con la visita de los Reyes Magos de Oriente y la Estrella de la Ilusión. Para poder cumplir con todos los compromisos previstos para la jornada matinal, los Magos invirtieron su horario de trabajo y madrugaron para disfrutar de un desayuno en el Salón de Chimeneas de la Casa Colón con el objetivo de reponer fuerzas antes del comienzo de los actos planificados.

La primera pausa del recorrido seguido por la comitiva fue la residencia de ancianos que se ubica en la calle Artesanos del barrio de Santa Marta. Desde bien temprano, mientras el coro Voces del Conquero entonaba el popular villancico Ya vienen los Reyes Magos, los más mayores esperaban con júbilo y alegría a los reyes. Éste era el caso de Francisco Cubillo, quien era incapaz de ocultar su felicidad tras abrir la nueva agenda que le había regalado el Rey Melchor.

Por su parte, su compañero Baltasar se cercioraba de que ningún anciano se quedase sin su regalo. ¡Allí, allí!, señalaba hacia una mesa situada al fondo para que su compañero Gaspar se acercase.

Pese al entrañable momento que estaban viviendo los Reyes Magos y sus anfitriones, el horario marcaba un nuevo destino. La Hermandad de Emigrantes esperaba la llegada de Sus Majestades a las 09:30, quienes repartieron regalos a los hermanos más pequeños.

Seguidamente, los reyes pusieron rumbo hacia la residencia de discapacitados María de Nazaret, donde desfilaron entre todos los residentes para regalar dulces y caramelos. Sin demora, la siguiente parada era la residencia de las Hermanitas de la Cruz. En estas instalaciones, el Rey Melchor sacó a relucir su acento onubense con los niños que se dieron cita allí. “¡Hay que ser del Recre!”, exclamó el Rey ante la atenta mirada de dos chicos.

Precisamente, Melchor quiso dejar constancia de que en Oriente están muy contentos, pues “somos conocedores de la calidad de vida que aportáis las hermanas a los ancianos. Muchas gracias por cuidar de nuestros mayores”. En este centro eran numerosas las peticiones a los Magos, pero Pilar Torrado, que trabaja en la residencia desde su inauguración, quiso resumirlas en “felicidad y salud para todos los que viven aquí”.

Baltasar con las monjas. Baltasar con las monjas.

Baltasar con las monjas. / Valentín López (Huelva)

Los compromisos continuaban y la residencia de ancianos Santa Teresa Journet era la siguiente parada donde, debido a las grandes dimensiones y a la cantidad de residentes, se hacía necesario un mayor tiempo de visita.

Precedidos por una Estrella de la Ilusión que, repleta de luz y energía, lanzaba caramelos a los pequeños, los Magos recorrieron los diferentes pasillos y salas que alberga el asilo ubicado en las Tres Ventanas. En la residencia los mayores se convirtieron en magníficos anfitriones, pues alentaron a Sus Majestades con varios villancicos.

Entre tanto, los familiares de los ancianos tampoco quisieron perderse este recibimiento, haciendo de este momento uno de los más entrañables del itinerario de los Reyes Magos. Por su parte, pese a que algunos de los nietos más pequeños se mostraban cautelosos ante la imponente figura de los Magos de Oriente se podía atisbar una tímida sonrisa en la mayor parte de los niños en el momento en el que conocían a los Reyes Magos.

Así, Sus Majestades se dirigían a ellos para saber si querían algún juguete del cual se hubieran olvidado en la carta, así como para animarles a asistir a la cabalgata. “Por la tarde queremos veros a todos y acordaos de gritar nuestros nombres para saber donde lanzar caramelos”, explicaba Baltasar a los chicos.

En relación a la visita a los mayores, el rey Gaspar, mientras entregaba a la abuela Catalina su nuevo abanico, fue incapaz de ocultar su emoción. “Me llegan al corazón estos momentos con los ancianos. Es un recuerdo imborrable”. Igualmente, para Baltasar fue una “auténtica explosión de emociones compartir estos momentos con nuestros mayores y con las personas que necesitan de cariño en estas fechas tan señaladas”.

Tras un intenso recorrido por las diferentes residencias de la localidad, el protagonismo recayó en los niños que se encuentran estos días en los hospitales Vázquez Díaz y Juan Ramón Jiménez. Y no es para menos. Esta noche mágica la esperan desde hace mucho tiempo y, tal y como sostiene Rafael López, subdirector de enfermería, “es el momento estrella para ellos. Les hace mucha ilusión”.

Como consecuencia del gran número de salas y consultas del hospital Juan Ramón Jiménez, era necesario que los Reyes Magos se dividiesen para tener un encuentro con todos los chicos. Si bien es cierto que varios niños eran curiosos y miraban por la puerta cuando se acercaba su rey, otros muchos permanecían en las habitaciones para terminar siendo sorprendidos.

Así, con un sutil toque en la puerta, el Rey Gaspar recorría los coloridos y vistosos cuartos pertenecientes al área de Pediatría. Además, también resultó ser un momento muy especial para la Estrella de la Ilusión, pues se encontraba “muy feliz por ver como los chicos hospitalizados te esperan con una gran sonrisa en sus habitaciones”.

Los reyes no quisieron dejar pasar la oportunidad de dar ciertos consejos a los más pequeños. Mientras el Rey Baltasar advertía de lo necesario que era “acostarse temprano para que podamos dejar los juguetes en todas las casas”, el Rey Melchor recordaba lo importante que es dejar comida y bebida para los camellos que portan los presentes, pues “sois muchos niños buenos en Huelva y vamos a necesitar toda la noche para visitar las casas de todos”.

Gaspar con un niño en el área de Pediatría del Juan Ramón Jiménez. Gaspar con un niño en el área de Pediatría del Juan Ramón Jiménez.

Gaspar con un niño en el área de Pediatría del Juan Ramón Jiménez. / Valentín López (Huelva)

Asimismo, el Rey Gaspar aseguraba ser “conocedor de lo buenos que habían sido este año los niños onubenses”.

Seguidamente, la comitiva se volvió a poner en marcha para cumplir con sus últimos compromisos matinales. A los hospitales le siguieron la residencia Virgen del Rocío y el centro social de La Orden, donde los Reyes Magos pudieron disfrutar de sus últimos encuentros personales con niños y mayores.

Por último, Sus Majestades de Oriente partieron hacia el Santuario de la Cinta para subirse a las carrozas que les llevaron por las calles de la ciudad para repartir caramelos, serpentinas y, sobre todo, mucha magia.

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