Da toda la impresión de que se ha cerrado un círculo vicioso que afecta a la Sanidad onubense: el uso de las Urgencias hospitalarias. Según los datos facilitados por el Hospital Juan Ramón Jiménez, la frecuentación de este servicio no solo no se ha estancado sino que sigue un crecimiento imparable. Las cifras que hacen referencia a los meses de enero a septiembre del presente año, hablan de que este servicio atiende 380 casos de manera diaria.

La cifra contrasta con las alcanzadas en los dos años anteriores. En 2018, la media de pacientes atendidos fue de 354 mientras que en 2017 se quedó en 351. Aunque es fácil de percibir la evolución que se experimenta, el dato porcentual es bastante revelador: el crecimiento del uso de las Urgencias del Juan Ramón Jiménez ha sido del 7,6% en tan solo dos años. Esto contrasta con el estancamiento que solía darse en esta área asistencial en la que se percibían de un año a otro, ligeros altibajos.Conscientes de este fenómeno, los responsables de la Sanidad pública onubense pusieron en marcha el mes pasado, una campaña para el buen uso de este recursos asistencial. En ese momento, advirtieron de su sobreutilización. El Servicio Andaluz de Salud esgrime la estadística de que cada 10 casos que llegan a los servicios de Urgencias, 9 no tienen esa naturaleza. Esto significa que ese no es el lugar adecuado para que la inmensa mayoría de los pacientes sean atendidos.

La situación lejos de mejorar, impulsó a los responsables del SAS en Huelva, a poner en marcha una campaña de concienciación con el ánimo de que se fomente la educación sanitaria entre la población que haga efectivo un uso correcto de los recursos asistenciales en los que también hay que contar los otros dispositivos de Urgencias como son los de los centros de salud y el situado en el Manuel Lois. La campaña, que aunque estaba directamente pensada en este tipo de Urgencias y no las hospitalarias, recuerda que estos dispositivos han de usarse han de usarse solo ante aquellas situaciones que puedan poner en peligro la vida. Los datos del Juan Ramón Jiménez parecen demostrar que mucho riesgo para la vida no hay en la inmensa mayoría de los casos que atienden. Eso se desprende si se tiene en cuenta que, en este mismo año, solo el 11,14% de los casos atendidos precisaron de una posterior hospitalización.

Dos años atrás, ese porcentaje era del 13,18%. Ello significa que hay menos ingresos en una reducción del 7,47%, porcentaje nada baladí en una evolución que solo tiene en consideración los últimos dos años. Desde el Distrito Sanitario Huelva-Costa se sostiene que la población acude a estos dispositivos por patologías menores o procesos que no son urgentes, provocando una elevada frecuentación en los mismos que dificulta la atención a las personas que de verdad lo necesitan. Muchos lo hacen porque desconocen los recursos asistenciales disponibles para consultar por patología no urgente o demorable, porque éstos tienen demasiada espera o, simplemente, porque desconocen el significado del concepto de urgencia, incluso hay un sector de la población que incluso desconoce que cuenta con un médico de familia.

El tiempo de espera en los centros de salud se plantea en este otoño, en términos en los que la demora de 15 días para conseguir una cita se está repitiendo con excesiva facilidad. En la búsqueda de una razón para explicar este fenómeno, tanto el SAS como los sindicatos coinciden aunque por diferentes causas: la falta de profesionales.Para los responsables de los distritos sanitarios de Atención Primaria, el uso incorrecto de Urgencias conlleva incluso peligros para la salud ya que se crea una falsa sensación de seguridad, se potencia el sobrediagnóstico y el sobretratamiento y se pierde la longitudinalidad en la atención. Defienden que la gente debe ser atendida preferentemente por su médico y enfermero.