Huelva

El Servicio de Control de Plagas comienza sus trabajos contra los mosquitos

  • Integran medidas de inspección física, biológica y tratamientos con biocidas

Tratamiento con biocidas contra los mosquitos

Tratamiento con biocidas contra los mosquitos

Hay tradiciones que forman parte de la liturgia del verano, o desde que empieza a llegar la estación, que por estas tierras ronda el mes de mayo: la crema protectora, la barbacoa, el tinto con Casera, las noches más largas… y los mosquitos. Como en todo, hay tradiciones y tradiciones, y la de los mosquitos no es la misma ahora que hace 20 años. De hecho, hace 20 años en los veranos de la provincia había menos tintos, cremas y barbacoas que mosquitos. Los pequeños y molestos insectos lo dominaban todo, tanto que se hablaba de los turistas hablaban de la ‘costa de los mosquitos’ cuando se referían al litoral onubense. Venir a Huelva requería pertrecharse de kilos de ungüentos variados (pocos por entonces, excepto el incombustible Aután) y de mucha paciencia.

En 1985 la Diputación Provincial de Huelva empezó un camino que le daría la vuelta a la situación. El Servicio de Control de Plagas puso en marcha el primer plan de control de mosquitos, una iniciativa innovadora que aún hoy es un referente en la lucha contra el bichito.

El trabajo del plan de control de mosquitos integra medidas de inspección física, biológica y tratamientos con biocidas. Para saber en qué momento es necesario aplicar un sistema u otro de control, el Servicio realiza un monitoreo de las poblaciones de insectos y su relación con factores ambientales (lluvias recientes, calor, etc.) desde la llegada de la primavera y emplea en cada circunstancia un tratamiento, o varios a la vez, adecuado a la misma: larvicidas, aplicaciones adulticidas, control de la vegetación, restauración hidrológica de caños y esteros, etc.

Contra lo que se realizaba hace 20 años, ahora la forma de mantener a raya a los mosquitos es muy distinta. Más especializada, con mejor tecnología y, sobre todo, más respetuosa con el entorno. El Servicio de Control de Plagas utiliza elementos como la estación meteorológica, un laboratorio entomología molecular y 16 estaciones de trampeo de mosquitos en toda la costa, y sus tratamientos se realizan con biocidas que no dañan el medio ambiente.

Con todo, siempre pueden aparecer, especialmente en determinadas situaciones en las que hay que ser especialmente precavidos, por ejemplo en las zonas de estancamiento de agua. Los mosquitos se multiplican en zonas húmedas. Las riberas de los ríos, las orillas de pantanos y embalses o el césped recién regado son caldo de cultivo para que lleguen por miles dispuestos a picarnos. Al igual que estas zonas peligrosas, conviene evitar actitudes que ayuden a los mosquitos, como por ejemplo dejar las luces encendidas, ya sea las lámparas u otros dispositivos como los móviles y tablets, ya que los atraen. Siempre es recomendable procurar no realizar actividades al aire libre en las horas en que los mosquitos pican más, que habitualmente es a la caída de la tarde y hasta la noche, aunque en algunas circunstancias también los hay al amanecer. Antes y después de entonces hay tiempo de sobra para salir a la calle o al campo sin necesidad de encontrarse con el temido insecto.

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