GENTE INTELIGENTE

Necesito distancia emocional, ¿es eso un problema?

  • Distanciarse emocionalmente es a menudo una salida inteligente para gestionarnos bien, pero es muy importante también vigilar cómo lo hacemos y cuánto tiempo lo necesitamos

Necesito distancia emocional, ¿es eso un problema?

Hay veces en la vida -no pocas veces-, que pensamos o decimos que necesitamos marcar distancias. Es una forma de protegernos, un mecanismo defensivo en el que imaginamos la distancia física, pero perseguimos otro tipo de distancia: la emocional. Y si ahora mismo piensa usted "necesito distancia emocional, ¿es eso un problema?", la respuesta es no, al menos no a priori. Pero vigile muy de cerca la perdurabilidad de esa necesidad. Esa es una de las claves.

El distanciamiento emocional es un proceso personal en el que alguien esconde consciente o inconscientemente sus emociones, y, además, mantiene las distancias con las emociones de las demás personas. Y eso es algo que, como estrategia temporal o instrumental, puede ser una herramienta inteligente de autorregulación que nos permite reflexionar y entender o entendernos mejor. Pero si se vuelve constante y perdura en el tiempo, ese distanciamiento emocional le puede secuestrar sus habilidades para relacionarse con las demás personas, o incluso llevarle a distanciarse emocionalmente de su propia persona. Y eso ya no es positivo.

También puede pasar que sea usted un poco distante de serie, quiero decir que tiende a distanciarse emocionalmente como parte de su personalidad, quizás porque es la forma en la que se siente menos vulnerable. Pero entonces recoge consecuencias que probablemente tampoco le gusten, como que las demás personas le perciban como un ser lejano y no logre afianzar relaciones de calidad.

Distancia física y distancia emocional

Las distancias son necesarias. Tienen el poder de la modulación emocional, incluso cuando la observamos entre objetos. Piense, por ejemplo, si no es diferente la sensación de entrar en un sitio recargado de cosas o muy desordenado. de la que se da al entrar en uno con espacios diáfanos y ordenado. Y entre personas, ese poder es mucho más intenso. Así que, observar las distancias es fundamental para organizar un armario o para aparcar el coche, pero también para avisar sin palabras de que vamos a besar o de que no queremos tener nada que ver con alguien... Gestionamos las distancias para protegernos y para comunicarnos mejor.

Si no nos queremos involucrar, nos quedamos en la distancia pública, observando desde, como mínimo, más de tres metros y medio. Sin embargo, para hacernos presentes en las relaciones, aunque sin llegar a implicarnos demasiado, nos situamos como muy cerca a más de un metro; es la distancia social, esa con la que nos han machacado los últimos dos años para prevenir lo contagios por coronavirus.

La distancia personal es la que establecemos cuando tenemos o queremos generar confianza. Es menor del metro, y se va acortando a medida que se refuerza el vínculo. Eso permite tocar o que nos toquen las personas con las que nos relacionamos hasta llegar a colocarnos en la distancia íntima, que no es mayor de los 45 centímetros de separación.

¿Está usted siendo emocionalmente distante?

Como en casi todos los procesos de crecimiento personal, lo primero es tomar conciencia de su propia realidad. ¿Cree usted que es una persona emocionalmente distante en estos momentos? ¿Desde cuándo? Empiece observando qué distancia física tolera y con quién, eso le dará las primeras pistas. Recuerde después cómo eran esas distancias antes, ¿con quiénes han cambiado más? ¿Cómo eran en su infancia? ¿Y antes de ese hecho determinante en su vida? Observe incluso cómo eran antes de la pandemia, porque sobre todo las personas más emocionales estarán acusando cómo las medidas sanitarias han cambiado la forma de manejar las distancias a la hora de relacionarnos.

Y ahora, si identifica que ya hace bastante tiempo que anda distanciándose o sospecha que es demasiado, revise en usted algunos rasgos típicos del distanciamiento emocional sostenido.

Las personas emocionalmente distantes levantan paredes cuando se trata de hablar de sus propios sentimientos o preocupaciones. Y tampoco se interesan demasiado por las emociones de las demás personas. Pueden conversar normalmente de cualquier otro tema, pero no de reflexiones más profundas en las que puedan sentirse expuestos o expuestas, así que el resto de personas tienen la sensación de conocerle poco.

La desconfianza en general, y especialmente en el amor, es otro rasgo típico de las personas emocionalmente distantes. No tienen por qué expresar esa desconfianza con hostilidad, de hecho no suelen hacerlo. Lo que persiguen es no generar ningún vínculo, ni siquiera el del enfado, y para eso adoptan actitudes pasivas con las que pasar desapercibidas.

Cuando una persona está distante emocionalmente, parece que pocas cosas le afecte ni en positivo ni en negativo. Por tanto, no suelen tener grandes vaivenes emocionales y expresan una emocionalidad bastante plana.

Tampoco suelen expresar demasiados signos de afecto fuera del entorno más cercano, porque el distanciamiento emocional lo reflejan de forma directa en el distanciamiento físico, y así es habitual que eviten el contacto con otras personas. Y como no se sienten cómodas conociendo a gente nueva, las personas emocionalmente distantes suelen tener pocas amistades y llevar a la práctica pocos planes en grupo.

¿Cree que podría estar usted distanciándose emocionalmente? ¿Está considerando que lleva demasiado tiempo así? ¿No se siente bien con lo que está observándose después de leer este artículo? Pues a lo mejor le suena de otras veces, pero hay una fórmula y no es mágica: póngase manos a la obra.

Puede empezar por entrenar su empatía. Preocúpese de hacer sentir escuchadas y entendidas a las personas con las que se relaciona, eso le servirá para abrir canales muy nutritivos de comunicación y empezar a romper hábitos. Y tome la iniciativa de organizar algún plan con su gente querida, por ejemplo, o de comenzar conversaciones en las que diga usted cómo se siente. O pida ayuda, que también puede. Pero, sobre todo, tenga paciencia con usted. El mismo tiempo que le distanció será su aliado para acercarle.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios