El aplauso más prolongado y cálido del público, que se reunió ayer en el Gran Teatro de Huelva, fue para el padre de la pequeña Mari Luz que murió asesinada hace once meses. Juan José Cortés fue uno de los homenajeados por la Diputación Provincial, institución que le entregó una de las nueve Medallas de Oro de la provincia por su entereza, lucha y la forma en que ha hecho frente a una de las situaciones más trágicas a las que se puede enfrentar un ser humano. Así lo entendió ayer el público que, en pié, no dejó de aplaudir el valor de este hombre hasta que hizo ademán de dirigirse al público. No estaba previsto pero el padre de Mari Luz habló con el mismo valor que ha utilizado durante todos estos meses. "Yo quería aportar algo más y no quedarme en el simple hecho de recibir esta medalla", comenzó diciendo Cortés. Afirmó sentirse muy "onubense, esperanzado y con la sensación de haber cumplido con mis obligaciones como padre y también con la sociedad".

En un discurso improvisado, tal y como suele hacer, Juan José Cortés hizo referencia a un acto reciente al que asistió en Barcelona para señalar que uno de sus grandes sueños infantiles fue el de "ser recreativista y dar todo lo que tenía por el Recre", sin embargo ahora reconoce que "el sueño de mayor prestigio es el de ser padre, el de ser un buen padre". a partir de aquí, recuerdo a Mari Luz diciendo que su mayor ilusión era que "mi hija estuviera orgullosa de mí como padre y con lo que yo llamo la siembra invisible". Esta siembra invisible es la lucha que ha llevado a cabo a lo largo de este 2008 para evitar que "no vuelva a ocurrir lo que sucedió a mi hija y que ninguna familia vuelva a sufrir lo que ha sufrido la mía". Sus despedida fue una puerta abierta a la esperanza porque su "siembra invisible empieza a dar frutos". Terminó con un deseo, que "nuestros hijos sean lo más felices que puedan".

También han reunido méritos suficientes los otros ocho homenajeados que representan distintos ámbitos de la vida cotidiana como el deporte, la salud o la empresa.

No todos pudieron estar presentes pero a todos les llegó el galardón. Uno de los colectivos reconocidos fue el centenar de profesionales que forma parte de la Unidad Funcional Oncológica de Mama del hospital general Juan Ramón Jiménez. Los especialistas han permitido la realización de la técnica quirúrgica del ganglio centinela a un total de 282 mujeres de la provincia afectadas de cáncer de mama. Esta práctica mejora la calidad de vida de las pacientes al evitar el vaciamiento total de los ganglios de la axila en más de dos tercios de los casos.

Un total de 224 pacientes del Juan Ramón Jiménez, 31 del Infanta Elena y 27 de Riotinto se han beneficiado hasta el momento de esta técnica que está indicada en estadios precoces de la enfermedad. La Medalla de Oro de la provincia la recogió el jefe de la Unidad de Cirugía Mamaria, Diego Ladrero, que hizo extensivo el reconocimiento a todo su equipo y a las mujeres que han participado en el programa porque "aprendemos de ellas todos los días y nos ayudan a conseguir nuestro objetivo".

Las Medallas de Oro para el deporte se repartieron este año entre los atletas que han logrado llegar a los Juegos Olímpicos desde 1980. Algunos de ellos en plena actividad no lograron llegar ayer hasta el Gran Teatro para recoger el galardón como José Kelvin de la Nieve, que hoy luchará en Liverpool por conseguir el oro del Campeonato de Europa de Boxeo en la categoría minimosca. Así que la medalla la recogió su hermano Julio quien recordó "el gran aprecio que mi hermano tiene a Huelva". Kelvin ha participado en los Juegos de Pekín 2008.

Unas circunstancias bien distintas hicieron que la Medalla de Oro de la paraolímpica Carmen González (Sidney 2000) la recogiera su madre. Un esguince en un pie impidió a la atleta llegar a Huelva.

Si acudieron Francisco Peralta y José Prieto, ambos compitieron en tiro con arco en Moscú 80 y en Los Ángeles 84, respectivamente. Después de muchos años fuera de Huelva Sixto Jiménez (Atlanta 96) ha vuelto a su Huelva natal a recibir este premio que "me llena de satisfacción".

La gimnasta Verónica Ruiz (Pekín 2008) también recogió su medalla como "uno de los reconocimientos más grandes que puede recibir un deportista".

La Medalla a bodegas Sauci la recibieron Montserrat y Begoña Sauci que desde 2003 están al frente del negocio familiar. Este premio "ha sido muy emotivo -dijo Begoña Sauci- porque se reconoce todo el trabajo que ha hecho mi padre por mantener la calidad de nuestros vinos".