La Hermandad de la Esperanza ha acordado conceder la Medalla de Oro de esta corporación nazarena a la Compañía de Hermanas de la Cruz al cumplirse el centenario de llegada a nuestra ciudad, según acuerdo tomado por aclamación en la última reunión del cabildo de oficiales de gobierno de esta cofradía del Miércoles Santo.

Con este gesto la Hermandad de la Esperanza quiere dejar constancia de agradecimiento por todo lo bueno llevado a cabo a lo largo de estos cien años por las hermanas en su encomiable y perseverante labor de ayuda al prójimo y dejar constancia veraz y exacta de la vinculación existente entre la hermandad y las que son camareras de Nuestra Señora de la Esperanza y madrinas de su coronación canónica, de cuyo acontecimiento la hermandad celebra igualmente en el presente año su décimo aniversario.

La Hermandad de la Esperanza desde su llegada a la calle Padre Andivia, para levantar templo a sus sagrados titulares ha venido manteniendo una estrecha cercanía con el convento de las Hermanas de la Cruz, colaborando en muy distintas cosas y estando siempre dispuestos a atender las necesidades de las Hermanas de la Cruz durante todo el año, más allá de la visita que sus sagrados titulares puedan realizar en su estación de penitencia.

La Hermandad de la Esperanza ha vivido momentos muy intensos de vida en el propio convento con la presencia de sus sagrados titulares con motivo de obras de ampliación de la capilla que fueron bendecidas en 1992, quedando al culto el Cristo de la Expiración y la Virgen del Mayor Dolor en las dependencias conventuales, mientras que la Virgen de la Esperanza quedó al culto en la capilla de las Hermanas de la Cruz. Otro de los acontecimientos importantes se vivió tras la coronación de Nuestra Señora de la Esperanza en 2000, fue entonces y tras este acto cuando la sagrada imagen de la Esperanza fue trasladada desde su capilla hasta el convento de las hermanas, donde quedó al culto para celebrar la acción de gracias. Las Hermanas de la Cruz fueron madrinas de la coronación pero no pudieron acudir a este acto y hasta su casa llegó la Esperanza.