Huelva

Llevar la transformación digital a la gestión integral del agua, clave para asegurar la resiliencia de las ciudades

  • El impacto del cambio climático exige un mayor nivel de resiliencia y de coordinación en la gestión integral del recurso hídrico para cumplir con la legislación y evitar situaciones irreversibles

  • El exhaustivo control analítico que realiza Aguas de Huelva en la potabilizadora de El Conquero y su capacidad de reacción evitaron que el suministro se viese condicionado.

Embalse de Olivargas.

Embalse de Olivargas. / Jordi Landero

Las lluvias torrenciales acaecidas hace dos semanas en la provincia de Huelva han supuesto que septiembre de 2021 registrase la punta más alta en la zona en los últimos 20 años, concentrados en sólo dos días. Esto, en un momento del año en que el que la capacidad de los embalses se encuentra más baja y en época de uso masivo de pesticidas, provocaron el arrastre de determinados elementos derivados de fitosanitarios a los embalses del Distrito Tinto Odiel Piedras. Este arrastre, que aparentemente sólo debiera preocupar desde un punto de vista ambiental, produjo un aumento relevante y repentino de las concentraciones de un compuesto plaguicida en esas masas de agua, que se trasladó al agua de entrada en las estaciones potabilizadoras de los municipios que se abastecen aguas abajo, condicionando el suministro de la ciudad de Huelva.

La detección temprana y el seguimiento continuo de la evolución de la contaminación, hizo posible poner en marcha un rápido y complejo plan de acción para que la planta respondiese ante un episodio imposible de prever. La rápida respuesta, coordinada con el Ayuntamiento de Huelva, e informando en todo momento a las autoridades sanitarias incluyó un control analítico exhaustivo en tres puntos diferentes de la red durante tres momentos diferentes del día y contrastados tanto en el laboratorio local como en el laboratorio ambiental del que dispone el socio tecnológico en Madrid, de forma ininterrumpida todo el fin de semana. Se movilizó el equipo local en una disponibilidad 24 horas, siete días a la semana, y también expertos en potabilización que se desplazaron para hacer un acompañamiento in situ al equipo local. Un plan que pudo controlar el episodio sin consecuencias para el consumidor.

Si bien se trata de una situación puntual y derivada del lavado masivo de los compuestos en zonas de cultivo, estos episodios pueden ser cada vez más frecuentes debido a los efectos del cambio climático, y exigen una capacidad de resiliencia al conjunto del sistema hídrico muy superior al que se venía considerando “suficiente”. Como ya se ha constatado en algún otro episodio este último año, como el sucedido en Marchena por problemas en el agua suministrada en alta por Areciar, la actuación del gestor de agua en alta puede comprometer el suministro a toda una población.

Esta absoluta dependencia, exige que los organismos de cuenca, y cualquier otro operador en alta, asegure la disponibilidad de sistemas de monitorización, análisis y alarmas, como responsables que son de la gestión de las masas de agua bajo su competencia. Del mismo modo que los operadores del ciclo urbano del agua dan continuo cumplimiento de la regulación que determina los parámetros que aseguran la calidad del agua servida, las entidades responsables de gestionar agua en alta deben cumplir con su propia normativa. Se debe disponer de programas de control que permitan determinar el estado de las masas de agua y cumplimiento medioambientales dentro de parámetros, y evaluar posibles cambios en el estado de las masas de agua. Es imprescindible abordar una transformación digital que incorpore herramientas que permitan gestionar fenómenos adversos en un modelo en el que se coordine con la mayor anticipación posible tanto las medidas a implantar como la relación con las entidades responsables de la gestión a nivel municipal, asegurando la disposición y protección del recurso de su responsabilidad.

Es cierto que se cuenta con la seguridad que proporciona tener, en el caso de los dos episodios mencionados, gestores del sistema de abastecimiento de agua que realizan controles con mayor frecuencia y completitud de los exigidos por la normativa, con capacidad analítica propia en laboratorios punteros a nivel nacional, y con una capacidad de anticipación y movilización de expertos desde cualquier lugar no sólo de Andalucía, sino de España. Gestores que trabajan para no comprometer nunca la salud de la ciudadanía. Sin embargo, el suministro sí podría llegar a verse comprometido. Y esto siempre es una cuestión de gravedad, pero más si hablamos de una ciudad de casi 150.000 habitantes como es Huelva. La capacidad de anticipación y reacción de Aguas de Huelva ha permitido estos últimos días evitar cualquier corte en el agua servida por motivos de agua no apta para el consumo.

Se evidencia, por tanto, la necesidad de apostar por una transformación digital del ciclo de gestión del agua, que permita aumentar la resiliencia de los sistemas a través de la sensorización y de actuaciones que garanticen planes de contingencia efectivos (como el by pass entre embalses en el Distrito Tinto Odiel Piedras) ante este tipo de episodios. En definitiva, una gestión del ciclo del agua con visión integral en un modelo de mayor colaboración y comunicación entre administraciones.

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