Aunque no quiso echar mas leña al fuego, el portavoz provincial de Ciudadanos, Julio Díaz, reconoció ayer que hay "disonancias" en el grupo municipal de este partido en el Ayuntamiento de Huelva, compuesto por la portavoz, María Martín, y los ediles Ruperto Gallardo y Enrique Figueroa.

Estas diferencias de criterio vienen de atrás y se han confirmado con la puesta sobre la mesa de la dirección del partido del cambio de la portavocía del grupo, que sería asumida por Figueroa.

Tanto es así que la pasada semana Gallardo atribuyó a la situación personal de Martín (de baja con un embarazo de riesgo) el cambio de portavocía, extremo negado por Martín. Llama la atención, en este sentido, que el cambio ya apareció en el orden del día del pleno de julio, aunque el punto fue retirado a petición de la formación.

Tras dejar claro que los cauces del partido "son los que son" y que él, como portavoz, no tiene responsabilidad ni competencia alguna en este tema porque "los grupos institucionales son autónomos y responden a la estructura orgánica y política del partido", Díaz aseguró que ninguno de los tres ediles (o de los dos bandos -Gallardo y Figueroa frente a Martín-) le ha pedido su apoyo: "Yo no admito presiones absolutamente de nadie. Ninguno se ha dirigido a mí ni tan siquiera para comentarme alguna posición. Mi postura y mis ideas están claras. Pertenezco a la línea ortodoxa del partido y así me mantendré".

En todo caso, el también parlamentario andaluz por Huelva señaló que Ciudadanos tiene las cosas muy claras, que siempre han tenido una sola voz y la seguirán teniendo. En este sentido, insistió en que "no hay bandos" y "no hay ninguna familia", sino "un proyecto con una sola voz, muy claro y diáfano".

De sus palabras, además, se deduce que desde los órganos de dirección tomarán alguna decisión, toda vez que indicó que "parece que hay alguna disonancia que tendrán que arreglar con responsables institucionales a nivel regional y entiendo, por lo que me dicen, que están trabajando en ello".