Días de Cómic

El Imperio Romano en una galaxia muy, muy lejana

  • El Imperio de Trigan (1965), de Mike Butterworth y Don Lawrence, es una serie británica sobre una cultura alienígena que mezcla tecnología futurista con la estética del Imperio Romano

  • Una odisea del espacio

El Imperio de Trigan.

El Imperio de Trigan. / M.G. (Huelva)

El cómic El Imperio de Trigan (1965), de Mike Butterworth y Don Lawrence, es un clásico británico que entremezcla el drama shakesperiano con la fantasía de Tolkien. Se trata de una serie sobre una cultura alienígena futurista, con una estética inspirada en el Imperio Romano, que se adelantó en veinte años a los cómics pintados de los años ochenta. Cada página de Lawrence es espectacular, con un dominio impresionante de la anatomía y unos fondos cuidados al más mínimo detalle.

El Imperio de Trigan es heredero de conocidas novelas de ciencia-ficción, como Dune y El Señor de los anillos, donde el contraste entre la tecnología y el atrezzo del Imperio Romano crea un universo fascinante.

Destacar la cuidada edición de Dolmen, que reproduce las pinturas de Lawrence con gran calidad. Una edición a la altura de un cómic que asombra con sus imágenes, que parecen sacadas de una película de Serie B de los años cincuenta, pero ejecutadas con un presupuesto del cine de Marvel de la actualidad.

El cómic cuenta el auge y caída una civilización alienígena, que reside en el planeta Elekton, y que se inspira en el Imperio Romano y en space operas como Flash Gordon. Una civilización situada a años luz de La Tierra, dividida en pequeñas tribus hasta la aparición de hombre llamado Trigo que las unió y las llevó más allá de las estrellas.

A pesar de ser una obra de ciencia ficción, la serie se inspira en nuestra Historia y en antiguas culturas, como el mencionado Imperio Romano. Incluso la ciudad de Trigan, el epicentro de la historia, estaba edificada sobre cinco colinas, en referencia a las siete colinas donde se construyó Roma. Y los triganos visten togas y armaduras romanas, a pesar de que luego disparen con pistolas láser.

Hericon, el Imperio que rivaliza con Trigan, tiene una apariencia basada en los Imperios Bizantino y Persa. Un contraste entre la Historia y la ciencia ficción que es uno de los puntos fuertes del cómic.

Amparándose en un mundo de fantasía, el cómic se atrevió a denunciar problemas del mundo real como el racismo, la diferencia de clases o el trato vejatorio a algunas minorías sociales.

El guionista Mike Butterworth era toda una estrella del cómic británico en aquella época. Mike empezó escribiendo guiones para cómics del oeste, como Billy el niño y Búfalo Bill, que eran muy populares en la época. E incluso escribió las hazañas del popular bandolero británico Dick Turpin.

Participó en Britons, Never, Never, Never Shall Be Slaves, una serie ambientada durante la ocupación romana de Inglaterra, que narraba las aventuras de una aldea que resistía ante el invasor gracias a una poción mágica y donde vivía un repartidor de menhires. Por supuesto, se trataba de una versión de Astérix el Galo para los británicos.

Mike Butterworth siempre será recordado por los guiones de El Imperio de Trigan, al igual que Don Lawrence siempre será el artista cuyas fabulosas ilustraciones popularizaron la serie en todo el mundo.

Don Lawrence (Londres, 1928-Jevington, 2003) estudió en una Academia de Arte hasta que se vio seducido por los grandes clásicos del cómic, como El Príncipe Valiente de Harold Foster, cuyo realismo le inspiraría para sus ilustraciones. Lawrence aplicó un estilo realista y detallado, que serviría de inspiración a otros autores como los británicos Brian Bolland, Dave Gibbons y Chris Weston, y al estadounidense Alex Ross.

Para empezar profesionalmente en el cómic, un editor le pidió que dibujase el personaje de Miracleman, el cual posteriormente protagonizaría uno de los cómics más famosos de los ochenta, con guion de Alan Moore y dibujos de Gary Leach.

Lawrence continuó dibujando historietas del Far West, pero su primer éxito fue Karl the Viking (1963), un cómic donde dio muestras de su espectacular realismo a la altura de sus ídolos de la época: Frank Hampton (Dan Dare), Frank Bellamy (Fraser of Africa) y Ron Embleton (Wulf the Briton). La diferencia con esos artistas era que Lawrence todavía no trabajaba a color.

Lawrence publicó las primeras páginas de El Imperio de Trigan el 18 de septiembre de 1965. Dibujaría cuarenta aventuras para la serie, cambiando para siempre la historia del cómic mundial.

La próxima semana: El pecado original de Takopi (2021), de Taizan5, la historia de un alienígena que aterriza en la Tierra, proveniente del planeta Happy, con la misión de esparcir la felicidad.

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