Huelva

Seis artistas de Huelva reinterpretan en ARCO la costumbre de 'mujeres al fresco' de la Sierra

Seis artistas de Huelva reinterpretan en ARCO la costumbre de 'mujeres al fresco' de la Sierra

Seis artistas de Huelva reinterpretan en ARCO la costumbre de 'mujeres al fresco' de la Sierra / M.G. (Madrid)

La tradición, mayoritariamente de las mujeres, de sacar en las tardes y noches de verano las sillas “al fresco” en los municipios de la Sierra de Huelva protagoniza la propuesta con la que Diputación Provincial participa desde en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO en Madrid. Seis artistas onubenses vinculados a la comarca Sierra de Aracena y Picos de Aroche reinterpretan esta costumbre desde artes visuales, rindiendo en el proyecto tributo a sus familiares, a la memoria y los recuerdos de infancia, a las labores artesanales que están en vías de extinción y reivindicando el valor de la colectividad y la cadena de favores que propicia.

La diputada de Cultura, Gracia Baquero, ha acompañado a los artistas participantes en la inauguración en ARCO de la propuesta: “un conjunto de obras de cerámica, fotografías, videos, instalación textil y gráfica digital, establecen un diálogo y capturan la esencia, belleza y emoción de esta costumbre y de sus protagonistas”. Según ha subrayado Mujeres al fresco es un homenaje “a un legado, a una costumbre atemporal y enriquecedora que forma parte de nuestra cultura no solo patrimonial, sino emocional”.

Comisionado por Antonio Jiménez-García y María JL Hierro, el proyecto está integrado por una selección cuidada de obras de María Alcaide, Juan Luis Rod, Clara Carrasco, Enrique Rivero, Ana Escobar y María JL Hierro. También cuenta con la participación de la diseñadora gráfica Granada Barrero.

La comisaria María JL Hierro ha explicado que la idea “nace de observar, en las calles de un municipio de la Sierra, donde vivo, cómo cuando alguna de las mujeres que se reúne al fresco fallece, la calle se quedaba huérfana, planteando la duda de si estaremos ante el fin de una tradición”. De ahí “nace todo este proyecto, que en el fondo es un homenaje a ellas, y también es una investigación sobre por qué no hay relevo generacional, cómo le afectan las redes sociales, las nuevas tecnologías, etc. y con esta idea, seleccionamos a artistas relacionados con la Sierra para dar vida a este proyecto”.

Por su parte, el comisario Antonio Jiménez-García, ha agradecido a la Diputación “el habernos permitido hacer este maravilloso proyecto y mostrarlo en el mayor escaparate de arte contemporáneo español e internacional y a los artistas, por vuestro gran trabajo y por haberos involucrado en el proyecto, por abriros en canal y dejaros ver vuestro interior, tanto de mente como de tripas, siempre desde la libertad”.

El fotógrafo Juan Luis Rod ha indicado aborda el proyecto “a través de experiencias y recuerdos vividos con mis abuelas, trasladando mi estudio fotográfico al mítico zaguán de la casa de mi abuela Luisa, el mismo que tantas tardes cruzaban para salir a la calle a sus tertulias y diversos  quehaceres al fresco”. Así, “hoy mi abuela no está, pero si sus amigas y vecinas, Lola, Concha, Dolores... y en todas ellas está inspirada esta obra”.

Seis Menos es la propuesta de Ana Escobar “una reflexión poética que apunta a lo que no hay, copias directas cerámicas de los asientos de enea que sostuvieron cuerpos de mujeres que ya no están, mujeres que se sentaban en comunidad al fresco de las noches de verano en el pueblo de Galaroza”. Mediante silenciosas piezas blancas, invita a considerar temas como la despoblación rural, el cambio de paradigma social, la muerte de las artesanías o la notable ausencia del frescor de las veladas estivales.

María Alcaide, artista visual, habla en Cuerpo de trabajo de la queja femenina, “que raramente es escuchada, tejiendo un discurso que nos acerca a los corrillos de mujeres en las puertas, a las posibilidades del lenguaje y la flexibilidad que permite la oralidad. En su pieza "Abrigo para cuerpos sin forma: "aparecen bordados de partes del aparato fonador, el que usamos al hablar, al reír, al llorar y, por supuesto, al quejarnos”.

El director de cine Enrique Rivero presenta ¿Hasta cuándo?, “una obra viva que busca mostrar temas persistentes que afectan a las mujeres a lo largo del tiempo y su inexorable desaparición y en la que las mujeres que se sientan al fresco se convierten en símbolos de resistencia silenciosa”.

La artista María JL Hierro, su obra Recuerdos entretejidos “busca capturar la esencia de sus vivencias a través de la representación visual y la reinterpretación de cuatro historias únicas y entrañables, encapsuladas cada una en una palabra clave que se transforma visualmente en una composición que simula la textura de un tejido”.

La fotógrafa Clara Carrasco ensalza “a aquellas mujeres que hicieron y siguen haciendo de tomar el fresco un momento y un espacio propios que les pertenecen; en el que sacar de la casa y lo privado aquello personal, individual y familiar para socializarlo, contarlo, verbalizarlo”.

La comisaria y artista María JL Hierro observó en Cortelazor, uno de los pequeños pueblos de la comarca de la Sierra onubense, cómo cuando llega el calor, mayoritariamente las mujeres sacan las sillas a las puertas de sus casas, una vez que el sol baja su intensidad y comienza a correr por las calles una brisa que aprovechan hasta el anochecer, incluso hasta la media noche. Durante este tiempo, las mujeres reunidas en grupos hablan, vigilan a sus hijos y nietos mientras éstos juegan en la calle, hacen labores, comen y comparten confidencias.

La despoblación rural y los cambios de hábitos generacionales (con el avance tecnológico e internet), hacen que este fenómeno tienda a desaparecer, rompiéndose así una cadena de conocimiento, educación y lenguaje verbal con el que expresar las necesidades, pensamientos, sentimientos y emociones que tienen un efecto sanador y las hacen sentirse parte de la comunidad.

Es un proyecto que busca a través de los artistas y sus investigaciones documentar la tradición de estas mujeres al fresco de la Sierra onubense y preservar así su legado cultural. Una oportunidad para honrarlas y mostrar su importancia. De hecho, en poblaciones de Castilla la Mancha, Murcia, Extremadura y en todas las provincias andaluzas, se han creado movimientos ciudadanos para promover que esta tradición sea reconocida como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

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