Huelva

Huelva echa el cierre a la campaña de 2017 con 163 incendios forestales

  • El incremento interanual de fuegos ha sido del 56,7%

  • La negligencia se sitúa como la causa más concurrente por primera vez desde 2012 y duplica su volumen en solo 12 meses

Un ciudadano cruza la carretera huyendo en el fuego en las inmediaciones del camping Doñana de Mazagón, en junio de 2017.

Un ciudadano cruza la carretera huyendo en el fuego en las inmediaciones del camping Doñana de Mazagón, en junio de 2017. / canterla

La masa forestal de la provincia de Huelva sufrió el pasado año 163 incendios, 59 más que en la campaña precedente, lo que se traduce en un significativo incremento del 56,7% con respecto al ejercicio 2016. Así consta en el Balance de 2017 de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) de la Junta de Andalucía, al que ha tenido acceso Huelva Información y en el que se compendian las conclusiones sobre las causas que motivaron los fuegos en el campo onubense.

La negligencia se estableció como la más repetida una vez que los agentes de medio ambiente de la BIIF lograron esclarecer el siniestro. En concreto, 65 incidentes tuvieron detrás un descuido, el 39% del global registrado en todo el año. De ellos hay que destacar el más grave de todos, el que en junio del pasado año arrasó más de 10.000 hectáreas de los municipios de Moguer, Palos, Lucena y Almonte, y que llegó a afectar gravemente al entorno natural de Doñana tras la negligencia presuntamente cometida por Carbones Fergón en Las Peñuelas.

El 36% de los siniestros ha sido causado por un incendiario o, en menor medida, por pirómanos

El inventario cronológico de la Consejería de Medio Ambiente, en el que figuran los datos desde 2012, nunca había constatado una incidencia tan voluminosa de las negligencias. Ni siquiera hace seis años estas rebasaron a los incendios intencionados, pese a que el número total de fuegos en el campo llegó a ser entonces de 186, 23 más que en la campaña pasada (+12,4%), el peor año del último lustro analizado.

La segunda causa más concurrente en la estadística de 2017 es la intencionalidad: 58 siniestros fueron provocados por incendiarios (los pirómanos son los menos), personas que pueblan de llamas el campo de forma premeditada, con afán de lucro o, sencillamente, para hacer daño. Los fuegos intencionados conforman el 36% de los que se dieron en nuestro territorio el año pasado y son ocho más que en 2016 (+16%).

La intencionalidad como causa alcanzó su récord cuantitativo en 2012, cuando se fijó como origen en 75 desastres forestales.

Hubo otros nueve siniestros que calcinaron el monte durante la campaña pasada del Plan Infoca y que la Brigada de Investigación etiquetó como fuegos accidentales, el 6% del total, dos más que en 2016. En estos incendios no hay deliberación o negligencia en su inicio y propagación.

Las causas naturales -rayos fundamentalmente- están detrás de otros cuatro siniestros el pasado año (el 2%). Hace dos ejercicios no se produjo ninguno por este motivo, según se desprende el estudio realizado por los investigadores. Además, hubo un incendio reproducido. Esto quiere decir que hubo un siniestro que no se extinguió correctamente y rebrotaron las llamas cuando se pensaba que estaba apagado.

Si no se puede probar cuál ha sido su origen, la BIIF lo clasifica como desconocido. Así ocurrió en 14 incidentes en 2017 (el 9%), a los que hay que sumar otros 12 que ni siquiera fueron investigados por su escasa entidad, ya que en la estadística también se contabilizan los conatos (en los que arde menos de una hectárea), el 7% del total.

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