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Huelva, ante los años más importantes para su desarrollo

Superluna sobre el parque energético de Cepsa en Huelva.

Superluna sobre el parque energético de Cepsa en Huelva. / Josué Correa

LA década actual va a ser determinante para el futuro de la provincia de Huelva. Debe serlo. El horizonte hasta 2030 está por delante, y llega a 2050, más a largo plazo. Pero va a ser en estos siete próximos años cuando se invertirá más en Huelva que en las últimas décadas. Es una fuerte apuesta privada, de la industria, que propiciará una nueva revolución con impacto directo en el empleo, en la economía onubense. La necesaria búsqueda de energías limpias y nuevos combustibles es una realidad en todo el mundo, y a esta provincia la va a convertir en protagonista. El desarrollo de este nuevo modelo energético se ha traducido en una serie de etapas que van a marcar decisivamente el desarrollo de la economía mundial, y para el que Huelva va a tener un papel destacado en Europa.

Todo este trasfondo hace que se mire al futuro de la provincia con mucha esperanza. Hay algunos sectores que están convencidos de que éste es el momento de Huelva. Es su oportunidad, la que se estaba esperando de algún modo para que pueda desplegar todo su potencial y convertirse en una realidad.

Cansados ya de que se hable de las potencialidades de esta tierra, los onubenses apuestan por aprovechar todos sus puntos favorables y sacarles un rendimiento en forma de progreso y prosperidad.

Pero esas buenas perspectivas necesitan de una correspondencia por parte de la Administración. Faltan inversiones públicas desde hace años, en los que Huelva ha destacado por ser la cenicienta de España y de Andalucía. Por eso ahora hay confianza en que desde fuera se aprecie la oportunidad que surge esta década para acompañar la materialización de grandes proyectos con dotaciones de infraestructuras muy necesarias que faciliten y favorezcan el desarrollo del territorio onubense en todos los ámbitos.

Porque no es sólo la industria. La agricultura lleva años sosteniendo gran parte del empleo generado en la provincia, después de que en las últimas décadas, también desde principios de los años ochenta, haya desarrollado un extraordinario modelo de explotaciones innovadoras y muy eficientes para la producción de frutos rojos. Y aunque la investigación y las técnicas que aquí se desarrollan son pioneras en muchos aspectos, sigue chocando el sector con la necesidad de un recurso esencial, el agua, para lo que necesita de una red de infraestructuras al alcance pero en manos de la acción pública, que se hace esperar mucho más de lo deseado.

Faltan inversiones públicas desde hace años, en los que Huelva ha destacado por ser la cenicienta de España

Es lo que sufre también el sector turístico, convertido en otra pata de la economía provincial pero lastrado por la falta de comunicaciones y condenado a una estacionalidad que no permite un desarrollo mayor y más variado. De nuevo el transporte sale a la palestra, con más significación en un ámbito que depende de manera muy directa de la llegada de visitantes a una provincia costera y serrana, con mucha diversidad que ofrecer a todo tipo de visitantes.

La deficitaria conexión ferroviaria, en este sentido, hace que el destino Huelva pierda competitividad ante otros similares y cercanos. Es un hecho que nadie puede negar. Tampoco la carretera ayuda, con una autovía que recorre la provincia a lo ancho, entre Sevilla y Portugal, que ha terminado por marcar la prosperidad de los municipios costeros y el declive del interior, sólo con perspectivas de salida a través de la minería y de los planes para repoblar pueblos con mucho que ofrecer para vivir con calidad.

Otra cosa es el aeropuerto, que abriría la provincia al exterior, a un turismo extranjero con mayor poder adquisitivo y con mayor impacto económico en la economía local. Pero sigue el Gobierno sin dar permiso a un proyecto totalmente privado, con profundos estudios de viabilidad favorables y cuya espera está posponiendo, al mismo tiempo, la llegada de más inversiones en materia turística que pueden contribuir en gran medida al despegue del sector onubense.

La deficitaria conexión ferroviaria hace que el destino Huelva pierda competitividad ante otros similares

En una provincia como ésta, con la mayor parte de su territorio de gran valor ambiental y grandes joyas naturales como Doñana, Marismas del Odiel o la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, ya ha calado la idea de que cualquier desarrollo que se precie debe ir acompañado de una adecuada conciliación con el entorno. Es una premisa que se tiene muy en cuenta desde la Administración pero que también ha frenado, en un exceso de celo en su aplicación, algunos proyectos para los que se podrían encontrar fórmulas alternativas para garantizar su viabilidad.

Ese carácter natural, de autenticidad, que ofrece todo el territorio onubense es también concebido como una oportunidad para el desarrollo, y que toma forma también en la excelencia de los productos de alimentación que aquí tienen una calidad y singularidad extraordinarias.

Es así como la gastronomía aparece como otro factor para generar riqueza en Huelva. Igual que la mirada a las tradiciones, a la artesanía, a su rica historia de conexiones mitológicas y siempre ligadas a un talante pionero, a un modo de vida único en una provincia con perfiles diferentes pero complementarios, que tienen mucho que ofrecer a los propios onubenses y a los visitantes, que tienen todavía esta provincia por descubrir.

Cualquier desarrollo que se precie debe ir acompañado de una adecuada conciliación con el entorno

Ese es el sentir para un futuro al que se avanza con gran ilusión, por el orgullo propio de la provincia pero más si cabe por la necesidad de que un completo desarrollo llegue a poco más de medio millón de habitantes, que llevan muchos años sintiéndose apartados y alejados del resto de Andalucía y del resto de España.

No son pocos los que apuestan por plantarse y reivindicar con fuerza en la calle lo que no ha sido posible estos años en cámaras parlamentarias ni despachos. Son quienes defienden que no hay que esperar sentados a que lleguen respuestas a sus necesidades de tantos años. Confían en que las inversiones traigan otras más mientras salen al encuentro del futuro.

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