Los centros educativos alcanzan ya su máximo rendimiento con la incorporación de alrededor de 55.200 alumnos de Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional Básica, Ciclos Formativos, Educación para Personas Adultas y otro tipo de Enseñanzas de Régimen Especial, véase la Escuela Oficial de Idiomas o el Conservatorio de Música y Enseñanzas Artísticas y de Diseño.

El horario, el profesorado y las asignaturas copan las conversaciones de los estudiantes que se congregan en pequeños grupos en los alrededores de los colegios e institutos a la espera de ser recibidos a la hora estipulada. Así lo expresa Mariuca Salas, alumna de 3º de ESO del Colegio Santo Ángel, uno de los más madrugadores de la ciudad de Huelva, que hace suposiciones junto a sus amigas sobre quién será su tutor este curso.

En su primer día los alumnos recibieron nociones de convivencia en el centro educativo

El alumnado regresa a la rutina de forma escalonada y con emociones contrapuestas. Mientras la inquietud se apodera de aquellos que entran en segundo de Bachillerato ante la dificultad que presenta el último curso antes de ingresar en la universidad, la ilusión invade a los jóvenes que comienzan una nueva etapa en esta modalidad. "¡Este curso tenemos mucho que aprender, pero nos vamos a divertir!", exclama el profesor de Pedagogía Terapéutica en el Colegio Santo Ángel, Javier López, a su grupo de alumnos, que escucha con entusiasmo las palabras de su tutor. El aprendizaje anexionado con una convivencia agradable es, de este modo, la consigna que tratan de implementar los centros educativos a sus planes de estudio con objeto de que los alumnos crezcan en lo académico, pero también en lo personal.

El Instituto Rábida, el más antiguo de la provincia con 160 años de antigüedad, recibe a las 10:30 a sus alumnos de Bachillerato, que se agolpan frente a las listas de clase para averiguar si compartirán aula con sus amigos. Kiko Rodríguez y Alejandro Monreal, compañeros de clase, conversan acerca de las optativas escogidas. Ambos señalan que "ya nos han advertido sobre la complejidad del curso", pero se muestran confiados, pues tal y como apunta Kiko, "si estudiamos el tiempo adecuado no debemos tener problemas para sacar el curso". Ambos finalizarán este año Bachillerato y esperan poder matricularse en Ingeniería Informática el próximo curso en la Universidad de Huelva. A diferencia de estos dos jóvenes, Rocío Pérez, que cursará la modalidad de Ciencias Sociales, y Marta Bravo, matriculada en Ciencias de la Salud, llegan por vez primera al instituto, tras su anterior etapa en el Colegio San Vicente de Paúl. Ambas se muestran ilusionadas ante la novedad que supone en sus vidas comenzar un nuevo ciclo en un centro diferente.

Media hora después, el protagonismo recae en los estudiantes de Secundaria. Patricia Burgos es una de las alumnas que ingresa este curso en el instituto, tras su anterior estancia en el Colegio Juan Luis Vives. "Quería cursar el Bachillerato aquí y veía útil un primer año de adaptación", explica Patricia.

No obstante, no es solo un reencuentro de estudiantes, sino también del profesorado. Juan Antonio Gómez, profesor de Lengua, conversa junto a sus compañeros de trabajo sobre el verano y el inicio del curso en la puerta del centro. "Nosotros enfocamos el curso de cara a la Selectividad para que los alumnos obtengan los mejores resultados", manifiesta Juan Antonio. En relación a la PEvAU, las novedades para este curso se notificarán a los profesores aproximadamente en un mes para planificar los exámenes con tiempo. "Nosotros sufrimos mucho con los alumnos de segundo de Bachillerato porque queremos que alcancen la nota que necesitan. Eso es lo más gratificante", añade el docente.

El Instituto Diego de Guzmán y Quesada es otro de los que ha registrado mayor afluencia de alumnos durante el primer día. Ángela Saponara, profesora de Plástica y Dibujo Técnico, recuerda la dinámica que sigue la primera jornada escolar. "En primer lugar, los profesores debemos detectar que no haya fallos en los alumnos inscritos en las clases y en las diferentes optativas".

Igualmente, una vez que el personal docente se cerciora de que todo es correcto en el apartado administrativo, se dictan las normas de convivencia que velan por una relación agradable entre los alumnos y los empleados del centro. Por último, muchos de los institutos y colegios que cuentan con una jornada más larga proponen dinámicas que permiten "conocerse a los alumnos, pues siempre hay chicos nuevos", explica Ángela.

En el patio del Alto Conquero, Claudia Fernández, Manuel Márquez y Claudia Márquez revisan sus horarios tras ser recibidos por su tutor. Los tres compañeros inician el último curso antes de ingresar en la universidad con el objetivo de alcanzar una nota elevada para poder entrar en grados relacionados con la salud como Medicina o Enfermería. No obstante, la facultad no comporta la única salida académica para los estudiantes de este curso. José Cárdenas comienza su curso con la ilusión de aprobar para acceder al Grado Superior de Animación de Actividades Físicas y Deportivas.

Igualmente, el alumnado relativo a la Formación Profesional inicia también su andadura académica. Iván Prado, estudiante de TAFAD, se muesta ilusionado con el segundo curso, pues "este año no es tan teórico. Vamos a poder realizar muchas actividades como tenis, pádel o salvamento".

En el centro Diego de Guzmán y Quesada, los estudiantes de los Ciclos Formativos son también los últimos en incorporarse durante la mañana. Carmen Gordón, tutora en 2º de Grado Medio de Artes Gráficas se prepara para dar la bienvenida a sus alumnos a los que enseñará "una profesión que, cada vez más, incorpora habilidades informáticas para desempeñarla".

Tras un primer día de reencuentros e indicaciones acerca de cómo se estructurará el curso, hoy regresan los centros educativos al ritmo habitual de las clases para abordar de la mejor manera un nuevo curso que se antoja ilusionante.