Lo que durante el pasado fin de semana y la jornada de ayer lunes fueron solo controles esporádicos de aproximadamente una hora y media y de forma intermitente por parte de la Guardia Nacional Republicana (GNR) y el Servicio de Extranjeros y Fronteras del Gobierno portugués en el paso fronterizo entre Ayamonte y Castro Marim, desde las doce de la pasada noche, el cierre de la frontera entre España y Portugal es ya una realidad.

Ello después de que el ministro del Interior del Gobierno de España, Fernando Grande-Marlaska, anunciara a primera hora de la tarde de ayer el restablecimiento de los controles de los puestos fronterizos terrestres mientras dure el estado de alarma con el objetivo de " proteger la salud y la seguridad de los ciudadanos y contener la expansión del coronavirus".

Mientras esté en vigor la medida, sólo podrán cruzar la frontera ciudadanos españoles y personas residentes en España, trabajadores transfronterizos y aquellos que acrediten documentalmente causas de fuerza mayor o situación de necesidad.

Según aclaró el titular de Interior, el cierre de las fronteras terrestres tampoco afectará al personal diplomático extranjero [en desplazamientos vinculados a su actividad] ni al transporte de mercancías, para "asegurar la continuidad de la actividad económica y preservar la cadena de abastecimiento".

Grande-Marlaska precisó que la decisión se ha adoptado en coordinación con los países miembros de la UE y que se ampara en el artículo 28 del Tratado de Schengen, que permite imponer restricciones en las fronteras dentro de la Unión Europea en situaciones de alarma o emergencia como la actual.

Además de estas restricciones, Portugal y España han decidido suspender las conexiones aéreas y ferroviarias entre ambos países desde la pasada medianoche, y en cuanto a la frontera terrestre sólo funcionarán nueve pasos por los que se autorizará la circulación de mercancías y por motivos de trabajo.

Este cierre de fronteras va a afectar al tradicional e intenso flujo comercial entre ambas orillas del Guadiana, y que se encauza fundamentalmente a través del puente internacional del Guadiana.

Así lo señaló a Huelva Información ayer la presidenta de la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Ayamonte, Bella Carballo, quien no obstante mostró su apoyo a la medida porque "lo importante ahora mismo es frenar la expansión del virus, y este cierre puede contribuir a ello". La presidenta de los empresarios ayamontinos también indicó que esta medida "va a apuntillar el parón que desde hace ya días padece toda la actividad turística y comercial en Ayamonte, donde los empresarios ya habíamos decidido por responsabilidad cerrar nuestros comercios y empresas antes de la entrada en vigor del decreto de alarma".

No obstante añadió que el "esperamos que el esfuerzo y sacrificio que estamos realizando se vea compensado posteriormente con medidas de apoyo a los empresarios, especialmente a los autónomos, porque lo peor para nosotros va a venir después".

A pesar de ello incidió en que el cierre de la frontera va a suponer un "refuerzo" de las "medidas de protección que de cara a proteger la salud de los ciudadanos ya había adoptado anteriormente el Gobierno", a lo que añadió que "ahora solo tenemos que pensar en pasar esto cuanto antes para regresar a la normalidad.

Bella Carballo subrayó finalmente los efectos que todo esto tiene para el "brutal flujo económico y de personas que diariamente se produce entre ambos lados de la frontera", especialmente en los sectores comercial "por la gran cantidad de empresarios que venden sus productos en Portugal, y viceversa"; y turístico "ya que Faro es el aeropuerto natural de entrada de turistas en Huelva". "Para Ayamonte cerrar la frontera es como si cerrasen nuestro barrio más grande", concluyó.

Finalmente la alcaldesa de Ayamonte, Natalia Santos, subrayó que se trata de un "cierre temporal en una situación extraordinaria" a lo que añadió que "ahora lo verdaderamente importante es frenar el avance del coronavirus".

"Somos conscientes de que la medida va a tener importantes consecuencias socioeconómicas para muchos ayamontinos y españoles que trabajan en Portugal y viceversa" prosiguió la primera edil fronteriza, quien añadió que "también hay una gran relación comercial, por lo que esto afectará a numerosas empresas y al transporte, que verá en buena medida limitada su actividad". No obstante, concluyó, es una medida "necesaria".

Por su parte, la empresa Transporte Fluvial del Guadiana ha anunciado el cierre, por orden del Gobierno luso, de su servicio de transbordador/ferry que une Ayamonte con la localidad portuguesa de Vila Real de Santo Antonio. El cierre de este servicio será a partir de mañana martes y se prolongará por espacio de un mes.