Andrés López | Coronel jefe de la Guardia Civil de Huelva

“Es raro el día que en Huelva no hay 3 ó 4 denuncias de violencia de género”

  • Lleva cinco meses al frente de los 1.500 efectivos que conforman la plantilla onubense y ya ha triplicado el personal de los equipos ROCA para combatir los robos en el campo

El coronel jefe de la Guardia Civil de Huelva, Andrés López, en el COS de la Comandancia.

El coronel jefe de la Guardia Civil de Huelva, Andrés López, en el COS de la Comandancia. / Alberto Domínguez (Huelva)

Tras la sobria apariencia del coronel Andrés López se esconde un enorme y sorprendente sentido del humor. La conversación se hace amena, plagada de anécdotas, refranes y alguna que otra carcajada. López sabe ganar enteros mostrándose cercano, mirando al interlocutor a los ojos, sin guardarse casi nada.

–Llegó a Huelva en julio. ¿Ha venido para quedarse?

–A no ser que me asciendan, amenazo con quedarme. Porque toda la gente que conozco que vino aquí por avatares del destino o de la profesión no se ha movido. Viendo que mis antecesores se han quedado en Huelva, tanto Feijoo, como Hurtado y Ezequiel Romero, no voy a ser menos. Algo bueno tendrá esto.

–¿Qué es lo que más le gusta de ser guardia civil?

–Lo de la ayuda al ciudadano y la variedad del trabajo, que tan pronto estás haciendo una cosa como la contraria. Recuerdo el día que se cerraron los pozos de Lucena por la noche para intentar evitar alteraciones del orden público. Mandé al teniente coronel a hacer el operativo y me quedé aquí controlando en el despacho. Estuve toda la noche, me acosté a las 8:00, pero se me pasó volando.

Andrés López, en su despacho de la Comandancia de la Benemérita en Huelva. Andrés López, en su despacho de la Comandancia de la Benemérita en Huelva.

Andrés López, en su despacho de la Comandancia de la Benemérita en Huelva. / Alberto Domínguez (Huelva)

–¿Cómo recuerda su estreno en Huelva?

–Me incorporé a mediados de julio y coincidió con la explotación de una operación en Lepe y Ayamonte, con numerosos registros contra el narcotráfico y con 15 ó 20 detenidos. La droga se había aprehendido días antes. Tenía previsto incorporarme al día siguiente, pero no me parecía estar aquí en el despacho poniendo cuadros y tener a media Comandancia de servicio.

–Tengo entendido que el día siguiente también fue movido.

–Mucho. Fui por la mañana a ver al general a Sevilla y, cuando llegué a mediodía, se habían cogido dos embarcaciones con 4.500 kilos de hachís en el mar, que estaban llegando a Ayamonte. Por la tarde había una procesión de la Virgen del Carmen y ese mismo día hubo un asesinato en Lepe. Y me dije, ¿va a pasar todo el mismo día? Fue el 19 de julio. Me tuve que salir de la procesión y nos fuimos a ver el levantamiento del cadáver de este hombre polaco en el asentamiento cerca del cementerio lepero, por unos carriles. De allí nos fuimos a Ayamonte, que estaban descargando las dos embarcaciones con el hachís. Terminamos a las 4 o las 5 de la mañana. Fue un día intenso pero entretenido.

–¿Qué conocía de esta provincia y en qué le ha sorprendido?

–Lo desconocía todo. Había venido a Huelva estando en el GRS a algún Rocío y fui escolta del Papa en los 90. Pero fueron temas puntuales. Realmente no conocía Huelva. Lo que más me llama la atención de aquí es su gente, que es muy acogedora.

–¿Y desde la perspectiva de la seguridad?

–Me llama la atención la violencia de género. Es raro el día que no hay tres o cuatro denuncias. Uno no es consciente de que hay tanto hasta que no lo ve. Está controlado, normalmente la mujer violentada sabe quién es el agresor y se le detiene prácticamente sobre la marcha, pero eso es así hasta que no es así. Nos preocupa mucho. Además, no veo tampoco una solución policial a esto porque no puedes ponerle escolta a todo el mundo. Creo que es un tema de educación, de colegios, de poquito a poco concienciar, educar en la igualdad. Hay muchos asuntos graves. Agresiones físicas son las menos, la mayoría son psicológicas, pero temes que cualquier día puedan saltar.

–¿Es Huelva un territorio seguro?

–Lo es. Hablamos también de seguridad objetiva y subjetiva. Porque claro, al que le han robado le han hecho la puñeta y me dirá que lo de que Huelva es segura se lo cuente a Rita. Pero la delincuencia que hay no es violenta, son casi todo hurtos, hay robos pero suelen ser con fuerza en las cosas, no en las personas. La mayor parte de los delitos que hay son leves.

–¿Pensaba que el tráfico de drogas sería tan activo por estos lares?

–No tenía una imagen preconcebida, pero tampoco pensaba que hubiese tanta droga. Ten en cuenta que venía de Ceuta, donde también había mucha. Sí que es cierto que en los últimos seis o siete años los movimientos de drogas son más voluminosos. Antes una semirrígida se movía con 1.000 ó 1.500 kilos y ahora lo hace con 3.000 ó 4.000. Con lo cual, cuando coges una se disparan las estadísticas. Hay un pensamiento de que el hecho de aumentar la presión en el Campo de Gibraltar está desplazando a los narcos hacia los extremos, a Cádiz, Huelva, Málaga y Granada.

Andrés López sonriente en un instante de la entrevista. Andrés López sonriente en un instante de la entrevista.

Andrés López sonriente en un instante de la entrevista. / Alberto Domínguez (Huelva)

–¿Y usted está de acuerdo?

–Hasta donde yo sé, las redes que tenemos aquí son las que había antes. En las detenciones de mediados de julio, la gente tenía grandes posesiones. Ya habían comprado fincas y eso no es una cosa de un año para acá. Los medios que tenemos, como el Centro Operativo de Servicios (COS), son prácticamente los mismos que hay en el Campo de Gibraltar. Muchas cosas se cogen en la costa a través del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) y de la patrulla del Servicio Marítimo. También tenemos a nuestra Policía Judicial y a la unidad de investigación del plan Carteia, que dirige la Jefatura regional. Ahí hay un grupo de unos 150 hombres que se dedican a la investigación del narcotráfico, moviéndose entre Huelva y Granada. Es el Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON), que es el grupo operativo, y luego hay un centro de análisis de la información que obtienen.

–¿En Huelva hay personal suficiente para hacer frente a los narcos?

–Esto es como la carta a los Reyes Magos. ¿Quieres más guardias? Por supuesto. ¿Más medios? Sí, y el que diga que no miente como un bellaco. ¿Hacen falta más guardias? Como necesidad, no. Pero si vienen más, vendrían bien. Ahora mismo hay una plantilla de 1.500, pues una plantilla de 1.600, 1.700 ó 2.000, que es un número redondo y bonito, estaría bien. Pero hay que ser conscientes de las limitaciones presupuestarias. ¿Como estamos, estamos bien? Sí. ¿Mejorable? También. Pero hay suficiente gente para controlar la problemática que hay. La costa es la que está mas reforzada, porque es donde están prácticamente los puestos principales, es donde la Usecic hace la mayor parte de los servicios...

–¿Cuánta droga se ha incautado en lo que va de año?

–Unas 32 toneladas de hachís, 13 más que el año pasado. En cocaína en 2018 no se cogió casi nada y hace unas semanas tuvimos un alijo de 1.297 kilos. Al inicio de este mes hubo registros en los que se cogieron, entre otras cosas, 886 dosis de MDMA.

–¿La interceptación de esa cocaína les ha sorprendido?

–Huelva suele ser entrada de hachís. La cocaína no es normal que entre. De hecho, el año pasado fue testimonial lo que se interceptó. Sí que llama la atención la cocaína que se coge en registros de menudeo. Hemos hecho hace poco algunos en Lepe y otro por Cortegana, y en cada uno de ellos cogimos como medio kilo. Que para ser cocaína es mucha cantidad. Y mucho dinero.

–¿En cuánto se puede traducir en el mercado negro?

–Cuando uno piensa en menudeo, piensa que al camello que vas a coger le vas a intervenir medio kilo de hachís o algunos gramos de cocaína. Es minorista, no limpia pescado (risas). Pero coger medio kilo de cocaína... Un gramo vale unos 50 euros. Así que son 25.000 euros por medio kilo. En La Línea las redes del tabaco se usan para el hachís y aquí las redes del hachís se usan para lo que quieran meter. Yo voy a parar a toda la planeadora que venga, traiga lo que traiga: hachís, cocaína o relojes de oro.

Un momento de la entrevista en el despacho del coronel de la Guardia Civil de Huelva. Un momento de la entrevista en el despacho del coronel de la Guardia Civil de Huelva.

Un momento de la entrevista en el despacho del coronel de la Guardia Civil de Huelva. / Alberto Domínguez (Huelva)

–¿Están diversificando el negocio o ha sido algo puntual?

–Tenemos a la vez la suerte y la mala suerte de estar al lado de Marruecos. Es una suerte porque es un país encantador, pero también es uno de los mayores productores de hachís. Los narcos entran más por Andalucía que por Cataluña por una cuestión de logística. Así que esa cocaína que llega aquí es más que probable que venga de un alijo de Marruecos, que haya entrado legalmente a un puerto marroquí en contenedores y luego, desde Marruecos, la metan a España a través del mismo sistema del hachís. No creo que venga directamente desde Colombia. Creo que no se diversifica, que es un caso puntual, porque la cocaína que se vende en Huelva viene del interior, de Sevilla. Ha entrado por otro conducto.

–¿Qué se hace con la droga incautada?

–No nos la fumamos (bromea entre risas). La droga al mes, aproximadamente, la destruimos. Llevamos los alijos a los depósitos de Sevilla. Si están llenos, nos la quedamos aquí. Se destruye, si no recuerdo mal, en Asturias, generalmente en hornos cementeros.

–¿Cuántos detenidos llevan por narcotráfico este año?

–En 2018 fueron 122 y 21 investigados; este año van 177 y 31 investigados. Hay que tener en cuenta que estas son nuestras cifras, a las que habría que sumar lo que hayan hecho Policía Nacional y el DAVA (Vigilancia Aduanera).

–Se han registrado 17 agresiones sexuales con penetración entre enero y septiembre. Se ha duplicado la cifra con respecto al año pasado. ¿Las víctimas denuncian más?

–Creo que sí. Antes la mujer pensaba que le había pasado porque le tenía que pasar y ahora tiene clarísimo que no y lo denuncia. Creo que las agresiones son las mismas pero se denuncian más porque la víctima tiene más información.

–Llevamos cinco crímenes en este 2019: el doble asesinato de Cartaya, el crimen del salón de juegos, el asesinato del asentamiento de Lepe y el machista de Costa Esuri.

–Es coyuntural. Alguno ha sido un ajuste de cuentas. En el caso de Lepe fue una pelea entre dos vecinos que vivían en condiciones prácticamente infrahumanas. En el 90% de los homicidios se sabe quién ha sido el autor o se tiene medio centrado. Creo que no es algo que deba preocuparnos. Que una pelea entre dos personas acabe con resultado de muerte va a seguir sucediendo mientras el mundo sea mundo.

El coronel jefe de la Guardia Civil onubense revisa uno de los libros de su estantería. El coronel jefe de la Guardia Civil onubense revisa uno de los libros de su estantería.

El coronel jefe de la Guardia Civil onubense revisa uno de los libros de su estantería. / Alberto Domínguez (Huelva)

–Tras el hallazgo del cuerpo sin vida del hombre desaparecido en Sanlúcar del Guadiana, seguimos sin conocer el paradero de otros dos: Kiko y Lorenzo.

–Continuamos trabajando. Pistas no hay ninguna. Cada vez que tenemos un desaparecido contemplamos las dos opciones: que se haya ido voluntariamente o que no. En este caso abrimos investigación de Policía Judicial, por si ha podido haber algo extraordinario. En principio, en estos dos casos nada apunta a que sean desapariciones forzadas. Kiko, que desapareció en La Antilla, es un hombre mayor y con alzhéimer. También tenemos testigos con versiones contradictorias, que dicen haberlo visto en Sevilla o en el puerto de El Terrón. De hecho, hace dos fines de semana estuvimos con el helicóptero buscando por las marismas de la zona por si hubiese algo. Hemos hecho búsquedas con perros que detectan cadáveres debajo de agua, se ha batido la zona por ahí.

–No se le busca vivo.

–En la zona no. Como tiene alzhéimer no se descarta que pueda estar en Huelva o en Sevilla deambulando y viviendo de Cáritas o algo así. Pero en el campo, después de un par de meses, no se le espera con vida. Igual que a Lorenzo, de Riotinto, que era también un hombre de grandes caminatas. Así que, si está en la zona, mal. Otra cosa es que haya seguido caminando. Puede haber cogido un autobús e irse a cualquier parte. Seguimos buscando.

–En octubre aparecieron restos cadavéricos entre Campofrío y Minas de Riotinto.

–En principio se planteó que pudiera ser Lorenzo, pero por los tiempos se descartó. Estamos pendientes de la prueba de ADN porque sí había un hombre desaparecido desde hace 5 ó 6 años y podría ser él. Se esta pendiente de ese resultado. Pero no es fácil obtener el ADN, porque esos huesos habían ardido después de que hubiera un incendio por la zona.

–La aplicación Alercops es una gran herramienta para la geolocalización si te pierdes.

–Todos estamos expuestos a salir al campo, que te dé un esguince en mitad de ningún sitio y a no saber ni dónde estamos. Pues tener la aplicación que te pueda geolocalizar es importante.

Andrés López, en su escritorio de la Comandancia. Andrés López, en su escritorio de la Comandancia.

Andrés López, en su escritorio de la Comandancia. / Alberto Domínguez (Huelva)

–Los regantes de Lucena les plantaron cara durante la clausura de los pozos ilegales.

–Estamos para cumplir y hacer cumplir la ley. Al principio hubo un cierto enfrentamiento y se denunció a varios de ellos. Pero para evitar el empleo de la fuerza decidimos intervenir por la noche, cercando los pozos para que los operarios de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) pudiesen trabajar. También es cierto que los agricultores le pusieron cabeza, viendo lo que se les podía venir encima. Entiendo que había mucha gente usando ese agua desde hace años, pero no podía hacerlo. Cometer una ilegalidad mucho tiempo no hace que sea legal.

–Todo esto es consecuencia del gran trabajo realizado por el Seprona en los últimos años.

–Se sigue trabajando. Normalmente denunciamos ante la CHG, pero cada vez más los agricultores lo están asumiendo como algo que no está bien. Aparte, dañaba la imagen de Huelva. La ley hay que cumplirla y acatarla. Si vemos algo ilegal, lo denunciamos.

–No se puede poner puertas al campo. ¿Pero cómo se hace frente a los robos en las explotaciones agrícolas?

–Se están produciendo robos, sí, pero no demasiados. Teníamos tres equipos ROCA, con tres hombres cada uno, y ahora tenemos cinco equipos con cinco hombres cada uno. Hemos pasado de nueve a 25 efectivos. Prácticamente hemos triplicado el personal. Aracena y Picos de Aroche y en la Cuenca Minera y Andévalo carecían de estos equipos y ahora tienen uno en cada compañía.

–Han intervenido toneladas de frutos.

–Tenemos miles de kilos de piñas y unos 2.000 de naranjas aprehendidos. De castañas también unos 150 kilos. La gente cree que el campo es de todos y no, no lo es.

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