Entrevista al pregonero de la Semana Santa de Huelva

Jesús Flichi: "Le voy a entregar a Huelva mi alma y mi corazón"

  • "Vestir el hábito nazareno es la gran asignatura pendiente de la Semana Santa de Huelva"

  • El de hoy (12:00) será un pregón “clásico, de los que nos gusta a los cofrades”

Jesús Flichi Redondo durante la entrevista concedida a ‘Huelva Información’.

Jesús Flichi Redondo durante la entrevista concedida a ‘Huelva Información’. / Josué Correa

Hoy es el protagonista absoluto de la Huelva cofrade. No habrá una butaca libre en el Gran Teatro de Huelva para escuchar a Jesús Flichi Redondo pregonar la Semana Santa de Huelva. Es el año de la vuelta de la procesiones y su responsabilidad es incluso mayor porque quiera o no este pregón será recordado en el tiempo a sabiendas que, por fin, el domingo que viene se verán capirotes rojos por el porche de San Pedro. El pregonero será uno de ellos. Es hermano desde el día que nació, literalmente. Ha conocido como pocos una Semana Santa en Huelva que poco o nada se parece a la de hoy. Y lo contará en un pregón clásico y con alguna que otra sorpresa en la que esta entrevista da alguna pista. 

-¿Cómo late el corazón de quien va a pregonar en hora la Semana Santa de Huelva?

-A mil por hora. La verdad que estoy acelerado, tengo momentos de tranquilidad y momentos de muchos nervios. Ya no estoy tocando el pregón -la entrevista se realizó el pasado jueves-, la última vez que lo leí fue el lunes pasado, que hice un ensayo general con una parte íntima de mi familia. Y la verdad es que lo tengo bastante controladito, pero los nervios están ahí. Soy consciente de que el compromiso es muy grande, pregonar la Semana Santa de Huelva es muy importante para cualquier que se le encomiende ese cometido. Por lo tanto, los nervios están, sobre todo cuando salgo a la calle y veo el cariño de la gente y ese empuje, y la expectación, que de verdad, me sigo preguntando por qué tanta expectación hacia mi persona cuando me considero uno más. 

-Es un año especial, la vuelta de las procesiones.

-Sí, la verdad es que ha querido Dios que sea así, que me tocara a mí. Pero el otro día decía yo en una Tertulia que Eduardo Sugrañes también lo tuvo difícil porque tuvo que pregonar una Semana Santa que no había en la calle. Él consiguió transmitirnos esa ilusión. A mí me toca la vuelta. Pero es tan sencillo como verlo desde otra óptica: Volvemos a la calle. Es tan fácil como decirle a la gente que volvemos, que volvemos a mostrarle a la Huelva sencilla y humilde lo que son nuestras cofradías y nuestra manera de entender la fe. Me ha tocado a mí, que es el año de la vuelta y es ilusionante. Eso sí, la Semana Santa nunca se fue, nos faltaron las cofradías en la calle. Y sobre todo va por ahí un poquito el inicio del pregón, lo demás ya será un poquito más normal.

-Si no fuera pregonero este año, ¿Diría que el que lo da tiene más responsabilidad por darlo este año?

-El pregón en sí ya te inculca una responsabilidad sea el año que sea. Sí es verdad que este, con las ganas y expectativas que está mostrando Huelva, es especial. Y estoy ilusionado porque estoy viendo que está Huelva muy ilusionada conmigo. No conmigo en sí, sino con el pregón. 

-Pero el regalo de ponerse tras el atril, ¿tiene comparación?

-Yo todavía no lo he asimilado. Sí que es verdad que es un regalo porque, además, hay quien lo pide: "yo quiero ser pregonero". Pero me voy a quedar con un regalo que me va a permitir que se lo comente: el regalo es el que me está dando Huelva. El cariño que estoy recibiendo de toda la ciudad, de todos los cofrades y de todas las hermandades.

-Y el culmen será este domingo. ¿Qué va a hacer desde que se levante?

-Está planificado. Voy a empezar, como no puede ser de otra manera, bien tempranito, escuchando misa con mi familia y mis amigos más íntimos y los hermanos mayores de mis hermandades: Borriquita, Esperanza, Redención y Cinta. Después iré a mi casa, me meteré dentro del chaqué, que esperemos que entre (risas), y después tengo previsto hacer una visita antes del Teatro, pero me va a permitir que no se la desvele. Pero sí, me voy a ir a ponerme a las plantas y en manos de unas de mis titulares más queridas y señaladas. 

-Todo cofrade tiene un pregón de la Semana Santa de Huelva en su cabeza a sabiendas que lo normal es que nunca lo dé. Usted es uno de los privilegiados, ¿ese pregón de su cabeza es el que al final ha terminado en el papel o difiere mucho?

-No lo he cambiado. Como nunca pensé en darlo, nunca me hice un esquema. Cuando el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio González, me lo propone y yo acepto el compromiso, cuando no se hablaba de pandemia, sí que dije ¿qué le quiero transmitir a Huelva? ¿Cuál es el estilo de pregón que a mí me gusta? ¿Cuál es la línea conductora que quiero seguir?. Eso lo tuve claro desde el minuto 1. ¿Qué ocurre? que al saltar la pandemia, un poco, te saltan los esquemas. Porque ya tienes que hablar, indudablemente de esa vuelta a esta nueva normalidad, como se le llama ahora. Y la verdad es que ha variado poco. Sí que tuve que cambiar ese primer formato que tenía en mente por darle en esa introducción a la vuelta a la normalidad. Pero el esquema, desde que acepté el reto, es el mismo.

-Dicen que el peor momento es cuando se pone uno delante del folio en blanco, ¿le ha pasado?

-Sí. Escribí las dos primeras líneas que se van a dictar el mismo día que Antonio González me anuncia en la parroquia de la Concepción. Y partir de ahí arranqué y, evidentemente, es mi vida y a través de mi vida cofrade y de mi vida y mis devociones, voy introduciendo esa vida que tiene que ir de la mano que es la vida de la Iglesia. 

-Las sensaciones para este domingo...vértigo, alegría, emoción...

-He vivido en las cofradías toda mi vida, por lo tanto, he conocido una Semana Santa en la que no había nadie, pasábamos por las calles prácticamente solos; he conocido pasos con ruedas, he visto flores de plástico en los pasos, he visto bombillas en los pasos; he visto una Semana Santa que languidecía, que prácticamente moría; y la he visto crecer de una manera como la ve ahora. El esplendor y la grandeza que tiene la Semana Santa de Huelva no tiene nada que envidiarle a nadie. Claro, todo eso no lo puedo plasmar en una hora, entonces he tenido que intentar resumirlo en determinados momentos de cada cofradía y de cada día. Emociones he vivido muchas, sobre todo debajo de los pasos se viven momentos inolvidables. Este -el del pregón- es especial, es enfrentarte a un escenario y al público. Tengo miedo, vértigo, emoción, incertidumbre... 

Jesús Flichi. Jesús Flichi.

Jesús Flichi. / Josué Correa

-¿Ha escuchado alguien el pregón?

-Sí. El primero que lo escuchó fue mi primo Manuel Jesús Rodríguez Redondo. Mi mujer lo fue viendo crecer día a día. Aunque el pregón está escrito por la noche. Mi mañana está llena de ruidos, me ponía a escribir y era un descontrol, el móvil vibrando... y entonces decidí escribir de madrugada. Me acostaba muy temprano y de levantaba a las 03:00 o así, me tomaba un cafelito, me ponía mi música de fondo, me concentraba y me ponía a escribir hasta que se levantaba mi mujer y le leía las partes que había escrito. Y ella, que es mi mayor crítica, si lloraba decía "no lo toques" y si le veía la cara rara pues no estaba muy bien (risas). Cuando lo confeccioné entero se lo quise leer a mi primo que tiene una trayectoria y cuál fue mi sorpresa, le puse dos rotuladores para que señalara lo que estaba fuera de contexto, pero cuando terminé y levante la cara me dijo "primo, no lo toques". Y ya después me reuní con mi mujer e hijos y se lo leí a parte de la familia. 

-Es un secreto a voces que la Borriquita va a tener un peso especial este domingo pero ¿algo más que se pueda adelantar del pregón?

-(Risas) Los periodistas sois muy dados. Evidentemente, el que me conoce bien sabe cuáles son mis dos devociones más grandes, que son la Borriquita y la Hermandad de la Esperanza. Pero es que yo soy de Huelva, me considero un onubense de pura cepa. Y es que el Nazareno es el Nazareno. Y como he dicho antes, yo a la Semana Santa la he visto crecer: he visto un Lunes Santo solo con las Tres Caídas, un Martes Santo solo con Pasión y Estudiantes, un Miércoles de Victoria y Esperanza, un Jueves Santo de Oración, Buena Muerte y Judíos; y Viernes Santo con Santo Entierro, Descendimiento y Soledad; es decir, yo al resto lo he visto crecer. Las devociones están marcadas a fuego en mi vida. No voy a desvelar, pero sí hay un peso específico de mis dos cofradías, una es mi cuna y otra mi madurez. 

-El presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva dijo en una entrevista a este periódico que "estamos en el mejor momento de la historia de la Semana Santa de Huelva", ¿piensa lo mismo?

-Sí, totalmente. Mi generación está encantada. Vamos a dejar a un lado los estrenos, la vida en sí de las hermandades en sus casas de hermandad, ese potencial humano que mueve las cofradías antes era impensable. Las hermandades están viviendo ahora su momento más grande en todos los sentidos. Y creo que todavía no hemos tocado techo.

-Cuatro cofradías por día, en un futuro habrá una quinta con la incorporación del Prado al Consejo, pero ¿Huelva puede acoger eso a nivel humano? ¿Habrá suficientes nazarenos? 

-Mira, a mí cuando me dice la gente que si una hermandad sí o no por problemas de costaleros...antes sí que había problemas. Le estoy hablando a finales de los 70. Yo he recogido a la Virgen de los Ángeles y he tenido que ir a meterme debajo de la Virgen del Rosario. Hoy para buscar un hueco en un paso tienes que llevarte en una lista de espera un tiempo. ¿Cuál es la asignatura pendiente de Huelva?, y desde aquí sí me gustaría hacer un llamamiento: vestir la túnica nazarena. Nos falta esa cultura, que en otros pueblos y en otros sitios, sobre todo en otras ciudades que somos muy dados a visitar, y lo voy a decir sin tapujos: vamos a Sevilla y vemos cortejos interminables porque allí parece que lo llevan en el ADN; y nosotros salimos de debajo de las trabajaderas y nos ponemos un traje negro porque "me gusta más verla por fuera". Yo me visto dos días, yo salgo en la Borriquita y en la Esperanza, y los dos días visto el hábito nazareno con 61 años y una espondilitis anquilosante. Las cofradías sin nazarenos deslucen mucho así que animo a todo el mundo que vista su túnica. Esa sí es la gran asignatura pendiente de la Semana Santa de Huelva.

-¿Cuándo y qué es lo que hizo en el momento que escribió "he dicho"?

-Soñar. Fue una mañana cuando ya Mari Carmen, mi mujer, se levantó y dije "terminé". A ella le noté una cara de satisfacción. El final es el que quería hacer. Me costó muchísimo. Quiere decir muchos cosas en un período de tiempo muy mínimo. Y ahora que me juzgue Huelva. Yo no sé hacer otra cosa. Le voy a entregar a Huelva mi alma y mi corazón. 

-Escucharemos un pregón clásico, moderno... habrá alguna innovación...

-Es clásico. Voy a hablar de Semana Santa, e implica hablar de la Iglesia y de Dios, evidentemente. Es un pregón que habla de sus cofradías de su día a día, de todo. Un pregón clásico, de los que nos gusta a los cofrades. Y de innovación... algo hay. Desde que fui a pregonar al Perdón he llevado un piano de fondo y unas piececitas.. ya este domingo saldrá de dudas.

-Pregonero de la Semana Santa de Huelva y de la Hermandad del Rocío de Huelva en 2022. Es como levantar la Liga y la Champions en un mismo año.

-(Risas) La verdad que no quería que coincidiera. Tenía que pregonar el Rocío en el 2020 y en el 2021 la Semana Santa. No es que no me atreva a escribir los dos, yo sé lo que le quiero decir a mi Hermandad del Rocío de Huelva, son 31 años caminando a su lado. Pero no quería que coincidieran por una simple razón, porque me veía yo que va a decir la gente "qué tío más pesado". Me hubiera gustado que hubiese sido en años distintos pero la Virgen ha querido que sea el mismo. 

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