Elogio poético de la devoción rociera
El compositor sevillano afincado en Lepe David Díaz anuncia la romería de Pentecostés con una alocución en prosa y verso cargada de vivencias, emociones y amor por la Blanca Paloma



Los sones de la flauta y el tamboril a las puertas de Gran Teatro auguraban una tarde muy rociera. Los hermanos de Emigrantes, medalla en el pecho, se disponían a celebrar en la tarde de ayer el pregón que cada año anticipa la esperada peregrinación a la Aldea. El encargado de anunciar la próxima romería de Pentecostés fue el compositor sevillano y afincado en Lepe David Díaz, quien en verso y en prosa escenificó su amor por la Blanca Paloma, su familia, su hermandad y su incertidumbre ante un futuro que, según explicó, se vislumbra (al menos de momento) en Alemania.
El acto, que fue presidido por el alcalde de la ciudad, Pedro Rodríguez; el subdelegado del Gobierno, Enrique Pérez Viguera; el delegado de la Junta, José Fiscal; el presidente de la Hermandad de Emigrantes, Fernando Rodríguez, y la hermana mayor, Rocío Méndez, fue introducido por José Acevedo, que se encargó de presentar a Díaz, que es su yerno.
Según relató, este trianero nacido en 1975 y rociero desde pequeño llegó a Lepe con 12 años, edad en la que ya destacaba como escritor de poesía. Colaborador de Lepe Urbana y La Voz de Lepe (también fue director de este último diario), Díaz fue pregonero de la Asociación Rociera de Cartagena, ponente y presentador del Congreso nacional flamenco celebrado en Santa Coloma de Gramenet en 1994 y autor y ponente del espectáculo Caminos de la Memoria celebrado en el Conservatorio de Córdoba.
"Yo pude parar el tiempo. Desanduve los pasos ya caminados, las puestas de sol sobre la cal de nuestra casa. Detuve cada segundo desafiando la eternidad con todas mis fuerzas. El tic-tac de mi reloj quedó en silencio, mudo, estupefacto. Ningún ser humano pudo efectuar tal gesta con garantías de éxito, mas para mí no fue tan complicado. Tan solo arrodillé mis piernas ante tu reja y miré tus ojos como quien mira una noche de luna recordando a su amante. Como quien mira a una madre pidiendo calladamente su consejo. Te miré y cada momento fue inolvidable, único", recitó el pregonero con sutileza y emoción.
Acompañado por el cante de su hermana Rocío y la guitarra de José María Rodríguez, Díaz abría con estos versos un pregón en el que el Simpecado de Emigrantes llenó el engalanado y florido escenario de un Gran Teatro que anticipó la salida hacia el Rocío, un camino que arrancará el 15 de mayo.
Porque para la hermandad de Emigrantes está en marcha la romería desde que el pasado 11 de abril se presentara el cartel anunciador, la pintura Sentimientos, emociones y lágrimas. de Horacio González, artista de Bollullos.
Entre los momentos más aplaudidos del pregón figura el dedicado a narrar el amor de Díaz por la Hermandad del Nazareno, ante cuyo padre aseguró que volverá a rezar "con un simpecado de plata" una vez que vuelva de Alemania, a donde se marcha para trabajar.
"Padre Jesús Nazareno, con tu corona de espinas y el dolor sobre tu pecho. Amargura que desgarra, con un dolor que estremece aunque su palio se mece con la más fina dulzura. Gracias por recibir como nadie a los hermanos romeros que llegamos con Emigrantes cuando vamos hacia el cielo, entre sones rocieros llevando en los carros los sueños de verdad de nuevo", rezó el pregonero.
Enlazando fe rociera y devoción por la hermandad de la Madrugá, Díaz pidió con fervor y brío refugio al Señor de Huelva: "Protégeme, padre bendito, me marcho porque tú lo quieres y así se hará. Caminaré por el mundo para llevar a mi casa el pan que nos de alimento (...). Más pesada fue tu cruz y la llevaste en silencio". Los aplausos colmaron el Gran Teatro.
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