Huelva

Coronavirus Huelva: Un grupo de onubenses vive “atrapado” en Estados Unidos

  • Los españoles piden un vuelo de repatriación para España

  • Miguel Ramallo y Jesús Molina critican que la embajada española les “ignore y no proponga soluciones reales”

Miguel Ramallo y Anna García posan en un cartel de la ciudad de Houston.

Miguel Ramallo y Anna García posan en un cartel de la ciudad de Houston. / M.G. (Houston)

Estados Unidos ha atrapado a un grupo de onubenses que ansían conseguir un vuelo de repatriación que les permita regresar a Huelva.

Miguel Ramallo, natural de Calañas, y su mujer, Anna García se desplazaron este año a Houston por motivos laborales. Anna, docente que participa en un programa internacional del Ministerio de Educación, finalizaba sus clases en mayo, fecha para la que tenían organizada la vuelta a España. Sin embargo, la crisis acontecida a raíz de la propagación del coronavirus les ha impedido subir al vuelo que tenían planeado tomar.

La cancelación del avión no se presumía como algo anecdótico, pues este matrimonio no estaba solo ante esta realidad. Rápidamente, Miguel y Anna comenzaron a escuchar versiones de españoles en diferentes situaciones –embarazadas, emprendedores o estudiantes– que aseguraban que sus vuelos también habían sido cancelados. De ahí que alrededor de 200 españoles creasen un grupo de Whatsapp al objeto de intercambiar información para poder salir del país.

La realidad, según apunta el matrimonio, es que ni los consulados ni la embajada “dan una solución”, pues sus únicas instrucciones contemplan “adquirir vuelos comerciales que, probablemente, se cancelen”. Además, la suspensión de los mismos no implica una devolución del dinero, sino que las aerolíneas “te dan un vale para adquirir otro vuelo, es un bucle”. Tal es el escenario que “hay compañeros que han cancelado cuatro vuelos ya , con un coste que varía entre los 700 y los 3.000 euros”.

Esta situación llevó a este grupo de españoles a contactar con los consulados para solicitar un vuelo de repatriación “a pagar por nosotros mismos, no pedimos que nos salga gratis”, recoge Miguel Ramallo. No obstante, desde estos organismos se les señala que tales aviones “no existen actualmente”.

La realidad dista de asemejarse “a la que cuentan los consulados y la embajada”, lamenta este onubense, en tanto que una chica encontró en Iberia un avión de repatriación desde Miami los días 18 y 19 de mayo. Tras hablar con la aerolínea, Miguel Ramallo cuenta a Huelva Información que “existen vuelos de repatriación, pero es el consulado el que tiene que proporcionarle a la aerolínea una serie de datos y un código de seguridad para realizar el viaje”.

El descubrimiento del citado vuelo llevó, nuevamente, al calañés a tratar con el consulado que le compete. “Aquí empieza la sucesión de mentiras”, critica Miguel. Por un lado, el consulado “continúa señalando que no hay vuelos de repatriación y le pasan la pelota a las aerolíneas”, y por otro, estas oficinas les recuerdan que recomendaron el regreso a España antes de la pandemia, algo que Miguel y sus compañeros catalogan de “mentira”. De hecho, este calañés asegura que desde el consulado se pidió que “nos quedásemos en Estados Unidos y acatáramos las normas de seguridad”.

Jesús Molina en su Universidad de Estados Unidos. Jesús Molina en su Universidad de Estados Unidos.

Jesús Molina en su Universidad de Estados Unidos. / M.G. (Estados Unidos)

En la misma situación se encuentra Jesús Molina, estudiante de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en Arkansas, quien hace referencia al “tour” que proponen los consulados. Esto se explica porque desde estos organismos se invita a “contratar vuelos, que no son seguros, y que van a otras zonas como Amsterdam o Frankfurt, con el consiguiente miedo a quedarnos en otras ciudades atrapados porque cancelen el resto de vuelos”.

Además, para acceder a estos aviones, Jesús debe pasar 9 horas en un coche para llegar al aeropuerto internacional más cercano, Dallas, “con el riesgo de que una vez allí se cancele mi vuelo”.

A esta problemática se le suma además la caducidad del visado, por lo que este estudiante onubense tiene hasta el 14 de junio para salir de Estados Unidos, pues sino “sería ciudadano ilegal”. De hecho, asegura conocer a españoles que están viviendo “de ilegales” porque, a día de hoy, “seguimos esperando una respuesta de nuestro país”.

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