Resumen del año | Política municipal

Un año de crisis, dudas y realidades

  • La ruptura del PP e IU favorecen un mandato socialista sin grandes sobresaltos aunque sin logros destacados. Los datos del 2-D y la cercanía de las municipales marcan la vida local

Más allá de los dos escollos de más peso –la situación del Recreativo y la aprobación de unos nuevos presupuestos en agosto–, la gestión municipal socialista no ha encontrado la oposición férrea que se esperaba en la Casa Consistorial durante este último año de mandato.

Sin embargo, en la antesala de las elecciones municipales, el resultado de las autonómicas del 2-D sacudió los cimientos de la política local, toda vez que el análisis de los datos cosechados desveló que en la capital onubense la sangría de votos sufrida por el PSOE (que perdió 5.624), el PP (4.820) y Adelante Andalucía (5.949 respecto a la suma de papeletas de Podemos e IU en 2015) se repartió y benefició a Ciudadanos y a Vox.

De este modo, la radiografía electoral de las autonómicas insufló un aire de esperanza en Cs y, a pesar de su honda crisis, también el PP, que aspira a unirse al grupo naranja para arrebatarle el bastón de mando al socialista Gabriel Cruz.

Porque, si se extrapolan los resultados de los comicios al ámbito local, el resultado es un Ayuntamiento muy fragmentado, multicolor (y en el que irrumpiría Vox). No obstante, en este tablero no se contempla a Mesa de la Ría ni a las nuevas formaciones que aspiran a presentarse a las municipales de mayo: Creo en Huelva, liderada por Ruperto Gallardo; y Huelva sí o sí, la candidatura de Ramón López.

Aún así, según la Ley D’Hont, el PSOE de Cruz tendría siete de los 27 concejales, mientras que ahora gobierna con un total de once. Empatarían con seis ediles Cs y PP, que ganaría al sexto representante, disputado en 20 votos con el PSOE y en 60 con la formación naranja.

Tras las últimas municipales el PP cuenta con ocho concejales (perdería dos) y el Cs con tres (ganaría otros tres) aunque dos de ellos son no adscritos tras su salida en el ecuador del mandato. Por su parte, Adelante Andalucía obtendría cinco, con lo que ganaría uno más si se suman los tres concejales de IU con el de Podemos; mientras que Vox entraría en el Consistorio con tres representantes.

Aunque nada tienen que ver los comicios autonómicos con los municipales, los partidos que en mayo se disputarán el gobierno del Ayuntamiento de Huelva a buen seguro han tomado nota de los resultados obtenidos.

Y con esta tensión electoral arrancará el año un equipo de Gobierno que no ha brillado por su gestión en el último ejercicio aunque sí ha cubierto el expediente con varias iniciativas. Los socialistas –a quienes la oposición han reprochado en numerosas ocasiones su "falta de transparencia y de información" y la "desatención a los barrios", presumen de gestión económica de la mano de la reducción del índice de endeudamiento en estos años y destacan el cambio de rumbo de Emtusa, por ejemplo.

Los socialistas han contado en buena parte de las ocasiones con el apoyo de los dos concejales no adscritos para sacar adelante sus iniciativas (lo que le ha valido las fuertes críticas del resto de grupos) y han tenido en frente a un PP que, a pesar de ser el principal frente de la oposición, se lo ha puesto más que fácil.

La ruptura del grupo popular, que en último año ha sido más evidente aún si cabe desde que la dirección del partido quiso tomar las riendas del equipo del Ayuntamiento (gestionando, por ejemplo, las intervenciones en los plenos) tuvo su punto de no retorno definitivo el pasado 27 de diciembre, cuando en el Pleno extraordinario al que el equipo de Gobierno llevó la modificación presupuestaria de 3,8 millones para pagar las deudas del Decano los ocho concejales populares adoptaron cuatro posturas diferentes.

Felipe Arias no asistió, Francisco Moro votó a favor; Manuel Remesal, Carmen Sacristán, Juana Carrillo y Saúl Fernández se abstuvieron; y la portavoz y la viceportavoz, Pilar Miranda y Berta Centeno votaron en contra (y en sintonía con el deseo de la candidata a la Alcaldía, Pilar Marín).

El último Pleno del Recre pone la puntilla al grupo popular y clarifica la lista de Pilar Marín

Ambas ediles tratan de llevar, sin éxito, la batuta de un equipo desintegrado, según las directrices de la dirección provincial, mientras que el resto de concejales o bien van por libre o bien se limitan a alzar la mano en los Plenos cuando toca. Eso sí, la mayor parte de ellos da buena cuenta en las redes sociales de sus reuniones y encuentros con colectivos sociales en una especie de "y yo más".

Ante este panorama, Marín ya ha dejado claro en varias ocasiones, que "el pasado no existe" y que el PP vivirá un nuevo tiempo con ella. Pero todo apunta a que la aspirante tendrá en su equipo tanto a Miranda como a Centeno. No estará en las filas municipales, sin embargo, Carmen Centeno, toda vez que vuelve a pisar la Cámara andaluza ( la dirección del partido quería en principio integrarla en el equipo de la candidata).

Aún sin candidato, Ciudadanos aspira a crecer tirando de siglas y del trabajo realizado por su portavoz, María Martín, sobre todo en el último año de mandato, en el que ha ganado confianza y seguridad y en el que ha quedado cerrado el episodio de disputas con los ahora ediles no adscritos Enrique Figueroa y Ruperto Gallardo.

Cs cierra la guerra con Gallardo y Figueroa y sale reforzado aún sin candidato a la Alcaldía

La concejala no ha desvelado aún si será la aspirante naranja, aunque ya ha dejado claro en varias ocasiones que si hay una persona más capacitada que ella para realizar esa labor, contará con su apoyo. Aunque Martín no fue la candidata en las anteriores municipales (lo fue Ruperto Gallardo), la edil ha conseguido resistir los embates de PP y de PSOE y ha ganado fuerza al defender mociones destinadas a bajar impuestos, mejorar el comercio o eliminar la zona ORA. Arduo trabajo le queda por delante hasta mayo.

Convulso ha sido el año en las filas de IU con la salida de Juan Manuel Arazola el 26 de septiembre, cuando pronunció sus últimas palabras en el Pleno municipal: "Hasta aquí he llegado. Creo que no tiene sentido prolongar mi permanencia como concejal y quiero confesar que ha sido un privilegio trabajar por los onubenses. Muchas gracias".

Arazola dejó su acta de concejal en septiembre tras ser revocado por la asamblea local

Renunció así a su acta de concejal después de que la asamblea local de la formación le pidiese que saliera del grupo municipal. Se fue (y en su lugar entró la responsable de Organización de IU, Silvia Zambrano) sin que hubiera intercambio alguno de palabras con sus compañeros de grupo y dejando claro que su renuncia era "política", por diferencias con el que hasta entonces fue su partido.

El detonante de su salida fue la votación en el Pleno sobre la venta del Recreativo en la que actuó, dijo, "según lo recogido en el programa y sin romper ningún acuerdo del grupo municipal". No obstante, sus discrepancias con IU se refieren al modelo organizativo y la política de confluencia con Podemos, a la que se opuso desde el principio.

El grupo mixto ha dado guerra en los Plenos, si bien buena parte de sus iniciativas no han salido adelante. Bien lo sabe el portavoz de Mesa de la Ría, Rafael Gavilán, que en la ZAL o los fosfoyesos ha tenido dos sus dos caballos de batalla. El portavoz de Participa, Jesús Amador, centró un año más sus intervenciones en la defensa de las políticas sociales y el patrimonio, con distinta suerte según el caso.

Por verse está cómo se construye la confluencia municipal entre Podemos (Participa es un partido instrumental de la formación morada) e IU, otras de las novedades de cara a las próximas municipales. Los procesos están en marcha en ambas formaciones y tanto Mónica Rossi (que ha asumido la portavocía del grupo municipal de IU en lugar de Pedro Jiménez, que en junio anunció que en un año dejará la política activa) como Jesús Amador quieren ser los candidatos a encabezar la confluencia desde sus formaciones.

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