Voces de Huelva

Ana Bejarano: "Estimamos que en Huelva quedan unas 700 personas con hepatitis C"

Ana Bejarano (centro) junto al resto del equipo de especialistas en Digestivo, Farmacia y Microbiología del Hospital Juan Ramón Jiménez implicados en este proyecto.

Ana Bejarano (centro) junto al resto del equipo de especialistas en Digestivo, Farmacia y Microbiología del Hospital Juan Ramón Jiménez implicados en este proyecto. / M. G.

Huelva aspira a erradicar la hepatitis C en esta década. Las estimaciones que maneja el servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez apuntan a que quedan unas 700 personas afectadas por esta infección y, con el objetivo de eliminarla de la provincia, el centro hospitalario impulsa un proyecto con varias líneas estratégicas que persiguen el cribado de toda la población, incluidos los colectivos más vulnerables sobre los que, precisamente, se trabaja ahora. La doctora Ana Bejarano, jefa del servicio e impulsora de esta iniciativa, irradia compromiso e ilusión y se muestra muy confiada en que la hepatitis C podría dejar de tener presencia en Huelva en 2030. 

Equipo que ha trabajado en los asentamientos de Huelva en el marco del programa de la hepatitis C. Equipo que ha trabajado en los asentamientos de Huelva en el marco del programa de la hepatitis C.

Equipo que ha trabajado en los asentamientos de Huelva en el marco del programa de la hepatitis C. / M. G.

- El innovador programa del hospital Juan Ramón Jiménez para el abordaje integral de la hepatitis C cumple dos años. ¿En qué se ha trabajado en este tiempo? 

- Hemos abordado ya varias líneas, véase la formación del personal sanitario encargado o la última que hemos llevado a cabo, la del acercamiento del diagnóstico y el tratamiento a los colectivos más vulnerables, como las personas inmigrantes, las que están sin hogar o las drogodependientes. Para ello, el servicio de Aparato Digestivo, en estrecha colaboración con los servicios de Microbiología y Farmacia del centro hospitalario, así como con Cruz Roja, se ha desplazado a los asentamientos, comedores sociales y barrios desfavorecidos para diagnosticar y tratar la infección.

- La infección sería desconocida para muchas de estas personas. ¿Cómo lo abordabais? 

- Este proyecto es muy bonito y motivador y nos ha permitido conocer de primera mano la realidad tan dura de estas personas, que muchas no saben nada de hepatitis, de prácticas de riesgo o de las probabilidades de estar infectadas. Igualmente, también los hay quienes son reacios al tratamiento actual -muy sencillo y con un 100% de efectividad- porque hasta hace no mucho eran muy agresivos, algo que aún puede generar desconfianza si no se conoce como tal. Es por ello que lo primero era dar formación, algo que ha sido posible gracias a la colaboración de Cruz Roja, un puente para facilitar todo lo que hemos hecho en estos espacios. Gracias a ellos hemos podido hacer 520 diagnósticos en asentamientos de inmigrantes, donde también hemos dispensado varios tratamientos.

- Pero el objetivo es que este programa incluya a toda la provincia onubense.

- Es nuestra meta y, por ello, hemos puesto también en marcha el diagnóstico automatizado en unidades de alta prevalencia hospitalaria, es decir, aquellas unidades donde hay más pacientes que puedan tenerlo y que no lo sepan, como Psiquiatría, Reumatología o Endocrinología. Además, ahora en octubre comenzamos un proyecto provincial que lidera el Juan Ramón Jiménez, en el que participan los hospitales de Riotinto e Infanta Elena, con el que descentralizaremos el diagnóstico y el tratamiento de la hepatitis C y lo acercaremos a Atención Primaria.

- Es ahí, en Primaria, donde se tratará con el grueso de la población.

- Sabemos que hay muchos pacientes que no acuden a los hospitales y sí a los centros de salud, donde tienen gran relación con los médicos de cabecera. El objetivo es sacar el diagnóstico de los hospitales y ponerlo en el sitio donde es más accesible, por lo que haremos una solicitud diagnóstica de hepatitis C a todos los pacientes de entre 40 y 70 años que se hagan una extracción de sangre. Es un proyecto que pilotaremos durante seis meses y con el que tenemos previsto llegar a 30.000 pacientes. Si sale positiva la infección, la valorará el mismo médico de Primaria -antes lo hacían los digestivos- y ellos nos pasarán la información por teleconsulta. El tratamiento se dispensará por telefarmacia y el seguimiento de la adherencia lo harán los enfermeros referentes en los centros de salud y los farmacéuticos hospitalarios. 

- ¿Cómo surgen todas estas iniciativas que lideráis y que os ponen como ejemplo para otros centros?

- La hepatitis C está muy de moda en la actualidad porque es un problema de salud pública global, pues se estima que, aproximadamente, el 1% la padece. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció como prioridad la eliminación de la infección en 2030 y dispuso una estrategia para ello, a partir de la cual han surgido otras como nuestras líneas de acción. Tenemos la suerte en Huelva de tener una magnífica relación con Microbiología y Farmacia, por lo que es sencillo impulsar este tipo de acciones. Estimamos que en Huelva pueden haber unas 700 personas con hepatitis C y estamos volcados con ello porque el hígado es un órgano sin el que no se puede vivir.

- ¿Hay un perfil concreto de personas con esta infección?

- Por edad, las de entre 40 y 70 años, pero también son más propensos los colectivos vulnerables, las personas que no se hacen analíticas, los que tienen prácticas de riesgo como el consumo de drogas -por vía intravenosa o inhalatoria-, aquellos que, tiempo atrás, se pudieron hacer transfusiones de sangre cuando no se conocía la hepatitis C, o personas con prácticas sexuales de riesgo. Igualmente, puede transmitirse por vía materno-fetal, de madre a hijo.

- ¿Considera que se habla poco o nada de esta infección?

- No se habla de ella y nos encontramos, tanto pacientes que no lo saben como los que no se acercan al sistema sanitario por miedo. De hecho, las personas tampoco conoce factores de riesgo y es importante reseñar que hay que hacerse cribados porque son infecciones asintomáticas que no se manifiestan hasta que la enfermedad está muy avanzada, cuando causa un daño hepático. De ahí la importancia de estos cribados, para un tratamiento temprano. Por desgracia, muchas veces la enfermedad da la curara cuando hay una hepatopatía crónica en fase cirrótica que, aunque la puedes tratar, no se cura.

- Y sin embargo, un diagnóstico precoz te permite curarte en muy poco tiempo.

- A los médicos nos parece mentira, pues hemos lidiado con tratamientos que eran una tortura y cuyo porcentaje de curación era del 50%. Ahora son pastillas que se toman durante 2-3 meses y el porcentaje es del 100% si se completa todo este proceso. Sí que es cierto que con la hepatitis B no se lleva a cabo este tipo de tratamiento, pues no es capaz de curarla, sino que la ralentiza.

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