Huelva

Agresiones en centros de salud de Huelva: Radiografía de todos los ataques sufridos por sanitarios en 2023

Concentración por la agresión a una trabajadora del centro de salud de El Torrejón el pasado enero.

Concentración por la agresión a una trabajadora del centro de salud de El Torrejón el pasado enero. / Alberto Domínguez (Huelva)

Cada cinco días agreden a algún profesional de la Atención Primaria de Huelva. Una lacra que persiste en la provincia y que, incluso, se ve agudizada en las últimas semanas en aquellos centros de salud más conflictivos. Es el caso de Almonte, que ha presenciado dos ataques a sanitarios en apenas 10 días, concentrándose la Junta de Personal en ambas ocasiones en repulsa de los mismos.

Hasta 18 ataques físicos y/o verbales se han notificado en los centros de salud de los distritos sanitarios Huelva-Costa y Condado-Campiña entre enero y marzo, según Prevención de Riesgos Laborales. El documento, al que ha tenido acceso este diario, refleja que 11 de esas agresiones se han cometido en Huelva-Costa, mientras que las restantes fueron en Condado-Campiña.

Condado-Campiña

La primera agresión de este 2023 se produjo en el centro de salud de Moguer. El pasado 2 de enero una enfermera sufrió un ataque físico y verbal y abrió una relación de agresiones que se elevaría a siete durante los tres primeros meses en el Condado-Campiña.

Febrero concentró el grueso de las agresiones con cinco. El día 9 un médico de familia del centro de salud de Rociana del Condado sufrió una agresión verbal. El día 21 el escenario cambiaba y era el centro de salud de Escacena el lugar en el que se produjeron ataques a una celadora y a una médico de familia, llegando este último a requerir de ayuda psicológica tras los hechos. El informe de Prevención de Riesgos Laborales refleja que ambos sufrieron agresión verbal, intento de agresión y amenazas contra a integridad.

Cinco días después, una médico de familia y una celadora del centro de salud de Almonte recibieron ataques verbales, según consta en el referido documento; sucediendo lo mismo el 13 de marzo, aunque en este caso el afectado era un médico de familia en San Bartolomé de la Torre.

Huelva-Costa

Una médico de familia de la Casa del Mar fue la primera profesional sanitaria que denunció un ataque en 2023 en Huelva. El pasado 10 de enero la profesional, mientras estaba en consulta médica, recibió un manotazo de una usuaria por "estar den desacuerdo con ella".

Dos días después una usuaria del centro de salud de El Torrejón agredió, de forma grave, a la trabajadora social del centro después haberle consultado unas cuestiones. "Sin atender respuestas de la profesional, la agrede físicamente de forma grave cuando esta intentaba salir del despacho", resume Prevención de Riesgos Laborales.

Ambos sucesos comparten el hecho de que no había vigilante de seguridad en aquel momento, un escenario que también se daba en la agresión del 24 de enero en el centro de salud de Adoratrices. Un usuario insultó y amenazó al enterarse de que su médico estaba en huelga. Su pretensión era, reza el informe, "demandar atención fuera de la cita programada".

La cuarta agresión del año aconteció el 30 de enero en el centro de salud de Lepe. Un paciente en consulta reclamó a la médica de familia una cita de especialista que se le había pasado y, tras indicarle la profesional que debía ir al mostrador para ello, el agresor le exigió una cita y comenzó a gritarle e insultarle. En este caso sí que había vigilancia de seguridad.

Ese mismo día se produjo otra en Alosno por vía telefónica. Un usuario solicitó a un celador un equipo de urgencias ante una situación de emergencias por intoxicación por combustión en su domicilio. El trabajador le trasladó una indicaciones de cómo solucionar el problema y le comunicó que, en el caso de que se encontrase mal, acudiese al centro de salud. Por estar en desacuerdo, dicho usuario comenzó a gritar y a amenazar al profesional. 

El 1 de febrero era el centro de salud de Villanueva de los Castillejos el punto donde se producían nuevos ataques al personal de Primaria. Un usuario llegó al centro reclamando que se le repitiese la llamada telefónica que no había podido atender. No estaba de acuerdo con el hecho de que no se le repitiese ese mismo día y, por ello, empezó a insultar a los profesionales del centro. Incluso entró en la sala de estar de personal, con especial hincapié en los insultos a la celadora que le había atendido en el mostrador. No había vigilancia de seguridad y tuvo que acudir la Guardia Civil.

Una semana después un usuario del centro de salud de Adoratrices de la capital acudió al mismo con fiebre y, tras ser atendido otro paciente antes que él, "alterado, comenzó a gritar e insultar, llegando a romper una mampara", refleja el citado documento.

El 10 de febrero se cometió una nueva agresión física en Los Rosales, la tercera del año en la capital tras las de Casa del Mar y El Torrejón. Una usuaria, en desacuerdo con el pediatra asignado, inició gritos e insultos, "así como maltrato a las instalaciones". Al intentar calmarla un celador, éste fue agredido al propinarle la usuaria un golpe. Tampoco había vigilancia de seguridad en esta ocasión.

Ayamonte fue objeto de otro ataque el 2 de marzo, cuando un usuario que acudió al servicio de urgencias para solicitar gestión administrativa, comenzó a insultar y a amenazar a la celadora cuando la profesional le comunicó que tales gestiones se hacían en horario de mañana y no de tarde, cuando se sucedieron los hechos.

Cierra el capítulo de ataques en los tres primeros meses del año una agresión verbal nuevamente en el centro de salud de Adoratrices. La misma la protagonizó un usuario, que al no estar conforme con el proceso para solicitar la renovación de la medicación, insultó a la celadora conductora y pidió poner una hoja de reclamaciones. 

El balance de agresiones entre ambos distritos sanitarios es de 18 profesionales agredidos, de los que cuatro sufrieron ataque físico. Además, dos de ellos recibieron intentos de agresión física, además de amenaza a la integridad. Cifras muy elevadas que vienen a confirmar que las agresiones a los profesionales que son la puerta de entrada a la sanidad se disparan. Se ha pasado de los aplausos a los ataques. 

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