El PSOE usó la ventaja que le otorga el barómetro del CIS para presionar al resto de partidos con el fin de que apoyen la investidura de Pedro Sánchez y eviten unas elecciones en la que los españoles le podrían otorgar una "amplísima confianza".

"No hay derecho a que Casado, Rivera e Iglesias sigan bloqueando la formación del único gobierno posible", se quejó en el Congreso el secretario general del grupo socialista, Rafael Simancas, tras conocer que el CIS sitúa al PSOE casi en la mayoría absoluta.

No hizo distinción Simancas entre Podemos, que al menos hasta la pasada semana era su socio prioritario, y PP y Cs: los citó según su número de escaños, de mayor a menor, cada vez que apeló a su responsabilidad para desbloquear el país.

"El PSOE quiere un gobierno ya, eso es lo que quiere la inmensa mayoría de los españoles", ha asegurado Simancas. Porque al margen de los intereses de su partido, según ha dicho, trabajarán "con dedicación y con plena intensidad" para evitar una repetición electoral, para lo que Pedro Sánchez llamará a los tres dirigentes.

Cinco días después de fracasar el intento de coalición con Podemos, Simancas se agarró a las voces que en el seno del grupo de Pablo Iglesias -como IU y Anticapitalistas- piden explorar un acuerdo programático con el PSOE.

Hizo lo propio en RNE la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, quien desdeñó la posibilidad de concretar un Gobierno de coalición con la formación morada. Esa vía, dijo, "está cegada" y el PSOE, para tener "estabilidad" parlamentaria, deberá hablar "con partidos que están muy lejos" de Podemos. "Estamos abiertos a negociar un programa", recalcó Calvo.

Una negativa con la que previsiblemente se toparán los socialistas si llaman de nuevo a la puerta de Iglesias para pedirle que facilite una investidura sin ceder a cambio ministerios.

"El pacto programático con el PSOE ya se probó y fracasó", respondió el secretario de Acción de Gobierno y de Acción Institucional de Podemos, Pablo Echenique, en referencia al apoyo prestado por la formación morada a Sánchez en la moción de censura.

Sobre las divergencias internas en el seno del grupo, parte del cual presionó para votar sí a la investidura del socialista la pasada semana, Echenique mostró su "máximo respeto" pero dijo que en una reunión del grupo parlamentario "todo el mundo" dijo estar de acuerdo con la apuesta por la coalición.

Ni las presiones socialistas ni el CIS han movido al PP de su línea. Pablo Casado insistió en que su partido no se abstendrá en una posible nueva investidura de Sánchez ni siente "presión" para hacerlo. Tampoco de momento Ciudadanos deja resquicio alguno a abrir la puerta a una abstención. Su portavoz adjunta en el Congreso, Melisa Rodríguez, urgió a Sánchez "a trabajar un poquito" este verano para lograr los apoyos necesarios en lugar de presionar con la repetición electoral.