Eva León Jiménez. Infectóloga y cofundadora de la ONG Ibermed

"En Medicina, sólo unas pocas palabras sirven de gran ayuda"

La infectóloga del Hospital de Valme, Eva León Jiménez.

La infectóloga del Hospital de Valme, Eva León Jiménez. / M. G.

La infectóloga del Hospital de Valme, Eva León Jiménez, participa desde hace 26 años solidariamente en un programa quirúrgico en Guatemala, vinculado a la ONG Ibermed, de la que es cofundadora junto a su marido, el cirujano Fernando de la Portilla. Todo empezó en 1997, cuando, movidos por sus ganas de ayudar les llevaron a emprender el primero de sus 26 viajes al país Iberoamericano para colaborar con unas religiosas de Sevilla, conocidas en su etapa escolar. Desde entonces, cada año, durante 15 días, y junto a un grupo de profesionales de este hospital sevillano se dirige a este país a contribuir a su aportación sanitaria atendiendo pacientes en un hospital perteneciente a las Obras Sociales del Hermano Pedro que vive de la caridad.

- Como médica cooperante con 26 años de experiencia en Guatemala junto a la ONG andaluza Médicos con Iberoamérica (Ibermed), de la que es cofundadora, ¿cómo definiría la labor de un médico en cooperación?

- La labor de un médico de cooperación la definiría como el hecho de ofrecer las capacidades que te ha aportado tu profesión altruistamente.

-¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta?

- El mayor reto de un médico en la cooperación es la incertidumbre al salir de su área de confort, de su campo y el ambiente que domina.

- ¿Qué llevó a una infectóloga del Hospital de Valme a iniciarse en este proyecto internacional?

- Realmente mi inicio en este proyecto es el inicio de éste mismo y de la propia ONG. Siempre he tenido la imagen idealista de ayudar y trabajar por la justicia social como médico en los países menos desarrollados. Y en un momento de mi vida, tras casarme y disponer de un mes de vacaciones con mi marido, Fernando de la Portilla, ambos médicos residentes (él de cirugía), nos fuimos a ayudar a unas religiosas de Sevilla, conocidas por nosotros en la etapa escolar, y que se habían trasladado a Guatemala. Allí fuimos descubriendo a su gente, sus carencias sanitarias y sus necesidades. E, imaginando cómo podíamos aportar nosotros alguna mejora, fuimos conociendo a las personas y entidades que nos podrían apoyar. En concreto, pudimos conocer la Obra Social del Hermano Pedro, de Antigua Guatemala, llevada por padres franciscanos, con los que comenzamos a compartir ideas, pensamientos. Y a la vuelta del ese viaje (1996) , transmitimos a nuestros compañeros esas ideas, y formamos nuestra ONG, Ibermed. Desde entonces, todo se ha ido desarrollando progresivamente, poco a poco, sin prisa, pero sin pausa, hasta lo que es en la actualidad.

- ¿Qué clase de trabajos ha desempeñado en todos estos años?

- En estos años, he desarrollado diferentes actividades y trabajos, en función de las necesidades, tanto médicos, en el Hospital de la Obra Social del Hermano Pedro, como jornadas de atención médica directamente en las aldeas, del tipo consultas montadas en la escuela o en un descampado. Y en las jornadas quirúrgicas que organizamos cada año en la Obra Social, en la evaluación pre y post-quirúrgica. Además hay que desarrollar otras labores, más burocráticas, organizativas, de búsqueda de colaboradores, solicitud de subvenciones, actividades para conseguir recursos económicos, recopilación de material necesario... y un largo etcétera, que ocupan los 365 días del año al margen de nuestros desplazamientos allí.

- ¿Qué se trae de cada uno de esos viajes?

- De cada viaje vuelvo con la sensación que te deja el hecho de aportar tu pequeño granito de arena para hacer este mundo un poco mejor. Además de las maravillosas vivencias compartidas con los pacientes y con el equipo. Hace que me traiga las pilas cargadas, la ilusión y las ganas para seguir adelante el resto del año.

- ¿Qué apoyo recibe el profesional médico que decide hacer cooperación o un voluntariado?

- Los profesionales médicos reciben el apoyo de sus instituciones, de nuestros hospitales, para concederles permisos de cooperación que les facilite la asistencia al terreno, si bien en ocasiones han requerido emplear sus días de vacaciones. También la posibilidad de dar visibilidad y difusión de los proyectos entre el resto de profesionales y de la población en general.

- ¿Qué es lo que más demandan los profesionales que deciden trabajar en cooperación internacional?

- Pues precisamente que el apoyo del que hemos hablado anteriormente sea más amplio, ágil y generalizado.

- ¿Qué dificultad encuentra en trabajar en países tan distintos socioculturalmente?

- La barrera fundamental es el idioma, que se hace muy patente en los proyectos de cooperación en África o Asia. Por suerte, es mucho más sencillo en Latinoamérica, pues en Medicina, sólo unas pocas palabras sirven de gran ayuda. También hay que adaptarse en el propio trabajo del hospital a diferentes formas de trabajar, priorizando siempre las locales.

- ¿Qué consejos le daría a los médicos que van por primera vez como voluntarios?

- Poner mucha ilusión y todo el corazón, paciencia y reflexión. Para el primer proyecto y para siempre, pues la cooperación implica un continuo, incorporarlo a tu vida diaria, aunque tarde o no vuelva a desplazarse al terreno.

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