Alaska y Nacho Canut | Miembros de Fangoria

“La Movida está idealizada y tampoco fue para tanto”

Alaska y Nacho Canut, en una imagen promocional.

Alaska y Nacho Canut, en una imagen promocional. / M. G.

Hace 30 años que Alaska y Nacho Canut componen Fangoria. Tres décadas precedidas de otros tantos años en los que el trabajo conjunto los convirtió en un tándem indisoluble en el que la música ejerce como el mejor de los pegamentos. Con la conexión de una pareja que lleva media vida de la mano, Canut y Alaska presentan Extrapolaciones y dos preguntas, la primera parte de un disco de colaboraciones con temas que llevan por bandera el espíritu Fangoria. Aparentemente inconexas, en su universo estas canciones conviven como si hubieran nacido para ello.

Extrapolaciones y dos preguntas, ¿un paraíso en el que convive lo aparentemente inconectable?

–Alaska (A): Entre ellos igual sí, pero en nuestro mundo está todo conectado.

–Nacho Canut (N): Los Planetas y Ku Minerva no tienen mucha conexión. Seguramente, no tocarían en el mismo festival, pero en nuestro festival imaginario sí.

–El título del disco recuerda a Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Neruda.

–A: Nos gustan los nombres muy largos, pero también los de una sola palabra. Vamos equilibrando.

–N: También suelen ser muy abstractos, como Absolutamente o Cuatricomía. No queremos que lo que digamos defina el disco, sino que cada persona busque su propia definición.

–Es un trabajo que aglutina temas de otros artistas. ¿Cómo se eligen canciones entre dos sin pelearse?

–A: Estábamos casi completamente de acuerdo. Antes de ponernos con el disco cada uno hizo su lista y cuando la pusimos en común era prácticamente igual. No nos vamos a hacer los raros el uno con el otro después de tanto tiempo. Es más complicado el segundo volumen, porque éste llega hasta el 2000, el siguiente va del 2001 al presente y todo el rato llegan canciones nuevas.

–¿El primer volumen es para el fan de siempre y el segundo para las nuevas incorporaciones?

–N: Por edad igual sí, pero no porque hayamos hecho distinción. No hacemos un trabajo para un fan sí y para otro no. El público más joven se sentirá identificado con los temas del segundo volumen porque les son conocidos.

–A: Hay gente de más edad que no conoce la mayoría de las canciones de este disco; a lo mejor, con los jóvenes y el segundo tomo ocurre igual.

–En tiempos de trap ustedes siguen con la electrónica y no sucumben a lo urbano. ¿Un estilo con el que no es fácil coquetear?

–N: Hemos colaborado con King Jedet y Ms. Nina en la segunda parte, que son artistas de reggaeton directamente. Es una música que nos gusta.

–A: Lo que no vamos a hacer es una canción de trap que suene a Juan Magán porque no somos Juan Magán. No tendría sentido. Lo que hacemos es incorporar elementos de ese estilo, igual que hacemos con otros.

–N: Estamos conectados con esos estilos, pero no los forzamos. Ni si quiera somos puristas haciendo tecno.

–Su relación (30 años) dura más que muchos matrimonios. ¿Discuten menos o lo hacen mejor que ellos?

–N: Al ser dos, hablas, no discutes. Nosotros dialogamos.

–A: A veces te das cuenta de que el otro está empeñado en algo y cedes, qué remedio. Saber ceder es importante. En nada en la vida estás solo. Siempre hay que negociar, con todo. Depende de lo importante que sean para ti cada uno de los puntos. Nos cuenta de cuando tenemos que ceder.

–Lo vuestro siempre ha sido muy underground. ¿Existe ahora ese concepto o sólo es un producto edulcorado?

–A: Donde hay de todo es en el underground. Hablamos de trap o electrolatino y parece que eso es lo único que hay y no es verdad. Ahora hay gente haciendo de todo: rock, pop, electrotravesti... Eso está en el underground. A veces hay cosas que se quedan en el underground y otras que trascienden. El underground es una fuente inagotable de movimiento a todos los niveles.

–¿Sería posible un fenómeno similar a La Movida?

–No ha dejado de ocurrir lo que ocurría entonces, lo que pasa es que ya no es noticia, por suerte. Que haya gente que toque en grupos, que haga moda, cine, teatro... Eso pasa todo el rato, es el undergraund. Entiendo que los que no la vivieron la tenga idealizada, pero no es para tanto.

–N: Está muy idealizada. No por los que la vivimos, que sentimos que es como ahora. En aquel momento hubo un boom de creación española, ahora lo hay todo el rato.

Mi gran noche, de Raphael, y Mil campanas, dos canciones que levanta la fiesta más aburrida. ¿También lo dan todo cuando suenan?

–A: Con la de Raphael sí, pero si ponen la nuestra me meto debajo de la mesa. ¡Qué vergüenza! Muchas de las canciones que hemos grabado en este disco me producen esa sensación de euforia.

A quién le importa, ¿un himno que las nuevas generaciones, con las redes sociales, escuchan y no oyen?

–A: Es el signo de los tiempos. Creo que es porque no toca escuchar esas cosas en estos momentos. Ahora toca preocuparte por lo que muestras y con lo que te dicen por lo que muestras. Algo absurdo. Si quieres mostrar, que me parece totalmente lícito, hazlo pero no te agobies luego con lo que te dicen. La gente se preocupa porque todos vean que la han llamado fea, no por el hecho de que la llamen fea.

–El maquillaje pin up es una de las señas de identidad de Alaska ¿.Volverá al pelo naranja alguna vez?

–A: Lo que quería era llenarme de canas, dejarme el pelo blanco y teñírmelo. Pero sólo tengo tres canas tontas. Cuando se me llene toda la cabeza me encantaría llevarlo blanco, amarillo, naranja...

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