El Rocío

Los romeros esperan ya el encuentro con la Virgen

  • Hermandades y casas particulares viven con intensidad los momentos previos a la procesión de la Blanca Paloma. La romería de Pentecostés entra en su punto álgido.

La romería está en su punto álgido y eso se nota en el ambiente. Casas de hermandad y particulares se afanaban ayer en los preparativos para recibir el Lunes de Pentescostés a la Virgen del Rocío en su recorrido por la aldea almonteña.

A media mañana, la aldea era un bullicio alrededor de la ermita y de la plaza de Doñana, donde confluían carretas, carros, caballistas y romeros a pie para rendir honores a la Hermandad Matriz de Almonte. Miles de personas se apiñaban en torno al santuario para poder disfrutar de la cercanía de la Virgen del Rocío.

Mientras las filiales hacían su presentación, en algunas casas de hermandad reinaba la calma pero el trasiego de personas era patente en otras, como lo era en toda la aldea, donde cohetes, tambores, flautas y cantes señalan que ya se disfruta plenamente del Rocío, cargado de nuevas experiencias y emociones. Las vivencias del camino dejaron paso a la exaltación, y la devoción se dejaba notar en todos los rincones. Los jinetes se trasladaban en sus caballos a ver a la Virgen y las mujeres lucían sus mejores trajes de flamenca.

En la casa hermandad de Palos de la Frontera todos esperan el momento de la procesión acompañados de familiares y amigos. Para el joven hermano mayor, Javier Hernández, este Rocío aún es más especial para él y muy diferentes a otros por la responsabilidad que entraña conducir a su hermandad hasta la Blanca Paloma. Un momento muy emotivo fue la presentación ante la patrona de Almonte por todo el significado de "llevar el Simpecado de tu pueblo hasta la Señora".

Un ir y venir de personas registraba ayer la Hermandad de Valverde del Camino. Su hermana mayor, Lola Delgado, recordaba ayer momentos vividos en el camino y el estreno de la carreta restaurada y los arreos. "Han sido momentos inolvidables, un lujo que ya no se volverá a repetir", apuntó. Aún tiene en mente la entrada de la hermandad en la aldea, arropada de familiares y amigos y cargada de emociones, porque, según Lola, "se nota cuando Valverde entra en el Rocío".

En la casa hermandad de Emigrantes, el ambiente está en su culmen. Su hermana mayor, María del Mar Terrada, espera con impaciencia la llegada de la Virgen hasta el Simpecado el lunes por la mañana, la culminación de todo un año de trabajo. Para ella, además de las vivencias del camino que todavía perduran en su mente, sin duda lo más especial ha sido la presentación por la satisfacción personal que implica conducir la carreta del Simpecado hasta el dintel de la basílica.

Tampoco se libra del trajín la casa hermandad de Huelva, a rebosar de hermanos, familiares y amigos de visita en las horas previas al salto.

Tras la presentación, el júbilo se repitió por cada uno de los rincones de la aldea. Los romeros se acercaban a la ermita en un ir y venir de gente para presentarse ante la Blanca Paloma, que todavía aguarda en su ermita. Los fieles rocieros no quisieron dejar pasar la oportunidad de rezarle.

Desde la hora del almuerzo, los cantes y los bailes no cesaron en casas y hermandades donde los romeros expresaron toda su devoción en las sevillanas rocieras dedicadas a la Virgen, que caracterizan esta celebración mariana. La unidad y la hermandad se dejó notar en el ambiente, aprovechando las últimas horas antes de ir a la ermita para el inicio de la procesión de la Virgen del Rocío. Cada patio de las casas de hermandad y los porches de las casas particulares se convirtieron en lugares idóneos, a la espera del salto.

Las escasas horas de descanso después del caminar por las arenas parecen no haber hecho mella en los peregrinos, sostenidos en su afán por encontrarse con la patrona de Almonte.

En su peregrinar, todos los romeros dan lo mejor de sí mismos y eso se nota en la atmósfera. En la aldea almonteña la unión prima sobre todo lo demás: las hermandades son su máxima expresión; todos se unen en la admiración y pasión que sienten por la Señora.

El tamboril marca el compás de las sevillanas, las guitarras y los palillos acompañan a las voces que se alzan con sus cantes honrando a la Reina de las Marismas. Todo el mundo está expectante. El Rocío espera postrarse ante Ella. Pero aún quedan otras citas hasta que la Virgen del Rocío se asome a las marismas.

Tras el rosario en la noche de ayer, que reza el pueblo de Almonte para invitar a las hermandades filiales a congregarse en la aldea, hoy se celebra la misa pontifical del Domingo de Pentecostés, que constituye el acto central de la romería y que está presidida por el obispo de Huelva, José Vilaplana, y concelebrada por los capellanes de las hermandades filiales, ante el inmenso retablo que forman los simpecados de las mismas

Tras el largo camino, lo que queda ahora es esperar el momento en el que la Virgen salga en procesión el lunes de madrugada, momento en que sus fieles la alcen hasta el cielo. Previamente, en la noche del domingo la aldea se ilumina por las luz de las velas y antorchas en el rosario anunciando que la salida de la Virgen esta cerca.

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