Antes de cualquier tipo de preparativo de índole material, el peregrino debe "tener fe y saber que va a realizar un acto de promesa o agradecimiento a la Virgen del Rocío". Es la primera consigna para peregrinar a la aldea, tal y como lo concibe la Peña Siempre Andando, en la que alrededor de 25 onubenses hacen el camino hacia El Rocío junto a la rueda derecha del Simpecado de la Hermandad de Huelva.

Una vez hecho este ejercicio espiritual, toca preparar la mochila. El camino, de 70 kilómetros, es "duro", exponen desde la Peña. Por ello, se recomienda un calzado cómodo y empleado con anterioridad para evitar la aparición de ampollas; pantalones cómodos; ropa interior que se adhiera bien al cuerpo y una gorra o sombrero para no estar expuestos directamente al sol.

Para la peregrinación es también necesaria la protección solar, la cual debe aplicarse varias veces a lo largo del camino. Igualmente, es preciso llevar una mascarilla, preferiblemente FFP2, un pañuelo para la protección del rostro debajo de la nariz; y aerosoles en caso de ser alérgico. Tampoco puede faltar la bebida para una correcta hidratación y algún tipo de sudadera "porque suele refrescar en La Matilla por la noche".

Aquellos objetos que incomoden el camino pueden ir en una mochila que se puede alojar en un carro que las hermandades disponen para ello.

Los momentos más duros del recorrido son el tránsito por el asfalto, en el primer día, y por Gato en el segundo, donde el polvo y la arena hacen mella. Aun así, desde la citada Peña recuerdan a todos los peregrinos que "todos somos hermanos y nos ayudamos entre nosotros para cualquier cosa".

Por último, se pide a los peregrinos colaboración en todo momento, sobre todo, con la entrada del Simpecado en la aldea, al objeto de evitar las aglomeraciones.