El Rocío

Y Huelva se hizo Rocío

Simpecado de Huelva a su paso hacia El Rocío.

Simpecado de Huelva a su paso hacia El Rocío. / Alberto Domínguez (El Rocío)

El camino es cante, alegría y baile, pero sobre todo es devoción intensa, pasión y sentimiento. Hacer el camino, para los peregrinos no es una expresión tópica, encierra mucho más. Es una forma de vivir el acercamiento en cada paso que se da, ya sea a pie, a caballo, en carretas o en cualquier otro vehículo, hacia el Santuario de la Virgen del Rocío acompañando al Simpecado.

Miles de onubenses salieron de la capital onubense y pasaron la noche en el camino, el viernes La Matilla permanece casi vacía a falta de un par de rezagados que terminan de recoger sus última pertenencias antes de comenzar el recorrido de nuevo. Los peregrinos avanzan por el camino con la certeza del que tiene claro hacia dónde le llevan sus pasos, hacia la Blanca Paloma.

Caballos, mulos, carros, flores, trajes... Todos esos elementos son los que rodean y adornan el momento del camino, pero cuyo centro y protagonista es el Simpecado arropado por los romeros que esperaban con ilusión este reencuentro en las arenas. Y es que, aunque visiblemente cansados, en sus rostros podía verse claramente una sonrisa de ilusión.

El Simpecado en Gato rodeado de peregrinos. El Simpecado en Gato rodeado de peregrinos.

El Simpecado en Gato rodeado de peregrinos. / Alberto Domínguez (Huelva)

Gato es la antesala que da comienzo a uno de los parajes más bonitas del camino. Es en esta entrada cuand el Simpecado se encuentra arropado por miles de peregrinos que reflejan en sus caras, sonrojadas por el esfuerzo, la emoción de un momento esperado durante todo un año. La entrada en Gato junto a la nube de polvo que se levanta a su paso es de las estampas más icónicas del recorrido, la mayoría de los peregrinos ya han estado en múltiples ocasiones anteriores, pero esto no hace que el momento sea menos emotivo para ellos ya que los rocieros en este punto descansan antes de encarar la recta final hacia la aldea de la Blanca Paloma.

Este enclave es un lugar de convivencia donde los peregrinos paran para comer y refrescarse mientras entonan sevillanas alrededor del Simpecado creando un ambiente de hermandad único y puro. Un entorno de hospitalidad que se ve reflejada en peñas como la bautizada bajo el nombre de Huelva Este, un grupo de sevillanos y onubenses que se unen para vivir este momento único de convivencia hacia El Rocío siguiendo el camino de Huelva ya que, según señalan, es totalmente diferente al de Sevilla. En este grupo no dicen que no a nadie e incluyen a personas de todas partes, entre sus filas camina un bilbaíno y un asturiano que también se han enamorado del sendero de Huelva.

Peregrinos descansando en Gato antes de volver a emprender el camino. Peregrinos descansando en Gato antes de volver a emprender el camino.

Peregrinos descansando en Gato antes de volver a emprender el camino. / Alberto Domínguez (El Rocío)

Este grupo de personas fue creado, entre otros, por Enrique, que ya realizaba el camino hace años en tractor, hasta más de 130 tractores se aglutinaban para realizar el camino de Huelva hacia la aldea almonteña. Actualmente los tractores los han cambiado por ir a pie, como muchas otras personas, que han descubierto que el camino se disfruta verdaderamente cuando se hace andando.

Pero si hay un momento único durante el recorrido es la llegada a La Charca. Todos los peregrinos se aglutinan entorno a ella para vivir este momento que no se puede describir si no se ha vivido. Los cantes y los vivas se entremezclan con las lágrimas de los peregrinos cansados pero emocionados de ver el Simpecado aparecer y detenerse en el agua. Las voces de todos los presentes se hacen una cuando comienzan a cantar sevillanas, es en este momento donde el sentimiento de las miles de personas reunidas se materializa y se puede respirar en el ambiente.

Algunos rocieros, durante la espera, se acercan a bautizarse con la ilusión propia del que sabe que el año que viene volverá a caminar esas arenas. Pero cuando el Simpecado aparece todos callan a la espera de la Hermana Mayor que entona los vivas coreados a gritos entre todos los onubenses y peregrinos de todas partes. La Hermana Mayor, Carmen Gazapo, terminó su último viva hacia el Simpecado rompiendo en llanto ante la emoción contenida en el momento.

Llegada del Simpecado a la charca. Llegada del Simpecado a la charca.

Llegada del Simpecado a la charca. / Alberto Domínguez (El Rocío)

Como ya es tradición los Hermanos Manguara pusieron su nota musical al momento con un cante lleno de pasión y sentimiento que, además, será el último. Anunciaron, para sorpresa de todos, que ya no cantarían en La Charca por varios motivos personales, por eso este año quisieron regalarle al Simpecado y a todos los peregrinos su voz y música en este enclave natural.

Y ese es el mejor ejemplo de los altibajos que se viven en el camino de El Rocío: la emoción propia de los peregrinos por acompañar al Simpecado hacia la aldea almonteña y el cansancio físico y mental que se arrastra durante todo el recorrido. Pero todo ello se recompensa cuando se hace la entrada a El Rocío.

Porque El Rocío solo se puede explicar cuando se vive.

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