Jaime García y Enrique Martín, Family Bankers de Banco Mediolanum.

La labor del asesor financiero es ayudar a las personas a conseguir el equilibrio entre sus recursos y sus necesidades a través del tiempo, para que su vida financiera sea lo menos accidentada posible. Poder planificar el futuro de sus finanzas permite dar respuesta a sus objetivos a corto, medio y largo plazo, incluyendo la jubilación. Lo más importante para conseguir tranquilidad es blindar el principal recurso del que disponemos nosotros mismos, a lo que llamamos capital humano.

¿Qué aporto yo? ¿Cuánto vale mi vida? ¿Qué importancia tiene mantener mi nivel de vida, que mis hijos puedan ir a ese colegio que elegí tan cuidadosamente para su educación y desarrollo, o no dejar ninguna carga financiera a mi familia? En definitiva, lo más determinante que puede hacer un asesor por un cliente es valorar cuánto vale su tranquilidad y la de su familia y protegerla como primer paso de una planificación financiera correcta.

Sabemos que partimos de la premisa de que las cosas fluirán sin grandes sobresaltos, pero está demostrado que no siempre ocurre así. Todos estamos expuestos a eventualidades, como, por ejemplo, enfermedades o accidentes que podrían impedirnos seguir con nuestra actividad profesional durante un tiempo o incluso para siempre, y si nuestra fuente de ingresos proviene fundamentalmente de nuestra capacidad para trabajar, es clave cubrir ese riesgo con un seguro de vida.

Estamos más o menos acostumbrados a los seguros de hogar o automóvil y, afortunadamente, cada vez hablamos más de los de vida o salud. A nadie se le ocurriría conducir su coche si no está asegurado, ¿verdad? Deberíamos actuar de la misma forma con nuestra familia y nuestra salud. Proteger a las personas que dependen económicamente de nosotros y a nosotros mismos es algo que cada vez más personas se plantean. En esto ha tenido un especial impacto la pandemia, que nos hizo sentir lo muy vulnerables que podemos llegar a ser. Sin embargo, los andaluces estamos entre los españoles que menos invierten en prevención, pues el gasto medio por persona en seguros es un 12,6% inferior a la media nacional, según la encuesta de presupuestos familiares del INE, que coloca a Andalucía entre las siete comunidades del pelotón de cola.

Por lo tanto, es fundamental asegurar que en nuestras estrategias financieras se incluyan también los seguros como instrumentos necesarios para afrontar de la mejor forma posible determinadas situaciones imprevistas que, si se produjeran, provocarían un daño económico grave para una familia. Porque, sin la protección, no hay planificación financiera.