Parecen tan sabrosas y tienen tan buena pinta que, en muchas ocasiones, nos lo preguntamos: ¿Podríamos comernos una naranja de los árboles que hay repartidos por las calles de Huelva? El consistorio onubense las está recogiendo estos días para destinarlas a un fin concreto
El Ayuntamiento de Huelva se encuentra en plena recogida de naranjas de toda la ciudad. Este lunes comenzaron con los trabajos de recolección por el Paseo Santa Fe, Pablo Rada y la plaza Arqueológica. Y hoy martes continuarán en la avenida Federico Mayo.
Los naranjos, con sus flores de azahar o sus naranjas, perfuman las calles y plazas y estas piezas frutales se convierten en irremediable deseo de todos los escolares que vuelven a su casa tras el colegio con el riesgo de llegar con los zapatos manchados.
Huelva cuenta con casi 320.000 kilos de naranjas repartidos en más de 5.300 naranjos amargos distribuidos por toda la ciudad, casi nada. Pero, ¿por qué no se pueden comer las naranjas de las calles de Huelva? Aquí os lo explicamos.
Da igual que sea en Huelva, Sevilla, Málaga o Valencia. Las naranjas de los árboles que decoran las calles y plazas de cualquier localidad no son aptas para el consumo humano. El motivo principal es que puede resultar contraproducente para la salud, ya que al estar expuestas en entornos que no debe, su piel absorbe todos los gases y productos tóxicos derivados de la polución que le rodea.
Usos que se le da a las naranjas amargas
Aunque los expertos recomiendan tomarse la fruta entera en lugar de en zumo, un simple mordisco a este tipo de naranja serviría para dejarnos claro que estamos ante una naranja amarga, muy amarga, que se suele emplear en vertederos autorizados y de gestión controlada para la fabricación de compost y cosméticos, en explotaciones ganaderas, en el abono que sirve para la alimentación de ganado caprino.