Luis Cuervas del Real. Delegado UEFA

"Por todo lo que implica, la UEFA es otro planeta"

  • Siempre llevó el fútbol en el apellido y ahora lo lleva en las credenciales 'full access' que se cuelga en los partidos. Hijo de presidente, consejero que vio a su equipo ganar títulos y, ahora, la máxima autoridad en un duelo UEFA.

En el amplio piso en el que se cocieron muchos de los fichajes de aquel Sevilla de la ilusión de la era Cuervas y casi preparando las maletas para uno de tantos viajes, esta vez a Bruselas, un delegado UEFA es el atento anfitrión que no olvida ninguna cortesía para con el periodista. Quizá acostumbrado a los agasajos que le dedican, el hijo de aquel presidente tan recordado disfruta recibiendo.

Luis Cuervas del Real (Sevilla, 15-05-75) es una de las dos únicas personas -"José Luis López Serrano, un hombre increíble vinculado al Real Madrid desde la época de Bernabéu, se jubila este año"- que forman parte en España del cuerpo diplomático de la UEFA, la máxima autoridad en un partido de fútbol, ya sea de Champions, Europa Laegue, clasificación de selecciones absolutas, sub 21, sub 19, sub 17 o femenino. Israel, Alemania, Malta, Armenia, Eslovenia, Bosnia, Croacia... han sido algunos de sus destinos. "Ha habido partidos de los que he llegado, he deshecho la maleta y me he tenido que ir al mismo sitio", explica.

-¿Cómo decide hacerse delegado UEFA y, sobre todo, cómo lo consigue?

-En los años en los que en el Sevilla disfrutamos de las competiciones europeas, yo era la persona que estaba más en contacto con ellos. Tenía contacto directo con todas las personas que venían de la UEFA y conocía el trabajo que desempeñaban. Salió un poco de mí el interesarme. Le pasé una propuesta a José María Cruz (ex director general del Sevilla y ex vicepresidente de la LFP) con mi intención de formar parte del cuerpo diplomático de la UEFA y él fue quien empezó a mover los hilos.

-¿Él le dio el empujón?

-Sí. Él tuvo muchísimo que ver. Es la persona que llevó la gestión directa con la UEFA, aunque con el respaldo de José María del Nido y Ángel María Villar.

-Lleva toda la vida ligado al fútbol. Lo ha visto desde chico en su casa, desde dentro en el Sevilla y ahora en el máximo organismo europeo. ¿Es un privilegiado?

-Está claro. He disfrutado muchísimo como hijo de presidente, más aún como consejero ganando títulos y ahora mismo formando parte de la élite del fútbol dentro de la UEFA. No puedo decir con qué lo puedo comparar, pero es para mí un privilegio cada vez que salgo a hacer un partido por el trato que recibo, lo que se aprende y lo que significa cuando llegas a un estadio a hacer tu trabajo.

-Todo el que ha tocado de refilón algo relacionado con la UEFA dice que es otro mundo. ¿Es cierto?

-Así es, por todo lo que implica, la UEFA no es otro mundo, es otro planeta (sonríe). Tras la UEFA hay muchas cosas que la gente no ve y mucho trabajo invisible que permite que día a día y competición a competición salgan las cosas.

-¿Qué es lo primero que se encuentra un delegado UEFA?

-Bueno, primero te reciben en el aeropuerto. En eso las atenciones son máximas. Tienes a una o dos personas responsables y gestionando todo lo que necesites mientras dure tu estancia, algunos son más light que otros, porque hay algunos clubes que casi te lo meten en la habitación... Lo primero que debes hacer es ir al entrenamiento del equipo visitante y allí compruebas que ha llegado bien, también que los árbitros no tengan problemas ni el obvservador de árbitros y haces un primer chequeo de todo, de instalaciones, control antidoping, vestuarios, césped... También vigilas que los aficionados visitantes han llegado sin incidentes y después normalmente sueles cenar con los árbitros para preparar el partido. Al día siguiente atiendes en el almuerzo oficial o cena a los presidentes de los clubes y personalidades locales. Es curioso que en mi época de consejero he sido muy vehemente con algún árbitro y ahora me dedico a protegerlos. A un árbitro español me lo encontré en un aeropuerto y no me quiso saludar.

-¿Mucho respeto a un delegado?

-Mucho. Mucho porque tenemos la potestad hasta de parar un partido. Estamos obligados en determinadas circunstancias a suspenderlo e incluso a designarlo como abandono en situaciones de alto riesgo o comportamiento racista.

-¿Se ha encontrado con algo así?

-No, ha habido circunstancias y han tenido su consecuente sanción. Ha habido cierres parciales de campo, multas, sanción por bengalas, alguna que otra pancarta que ha habido que sancionar, incluso amenazas por césped que no ha estado en condiciones y no se ha querido cortar para reducir la velocidad del juego. Te encuentras con riegos de campo a destiempo. En eso ambos equipos deben estar de acuerdo y debe hacerse 60 minutos antes del partido y no 15.

-¿Aquí debemos aprender de eso?

-En la UEFA está todo regulado. Desde las personas que se deben sentar en un banquillo hasta la medida de la publicidad en las camisetas. Siendo la matriz, todos los demás torneos deberían aplicarlas. Ahora está vigilando muchísimo el tema médico, con unas exigencias muy grandes en partidos y también entrenamientos.

-¿Tenemos mala fama de algo?

-No, en absoluto. El fútbol español está muy considerado, aunque es cierto que en Europa se es consciente del problema que tenemos con el desequilibrio económico que genera el reparto televisivo.

-¿Cuál es su ubicación?

-Estoy por todos lados. Hay libre acceso a todo y te mueves por todo el estadio. Estoy a pie de campo hasta que empieza el partido y subo al palco para bajar luego antes de que acabe la primera parte. Si hay que hacer control antidoping el sorteo se hace en el descanso. Pero la figura del delegado UEFA es muy parecida a la del árbitro, tiene que pasar desapercibida.

-¿Qué situaciones ha vivido?

-Me he encontrado con gente que no esperaba encontrarme, con amigos... En Luxemburgo me vino el director general del equipo visitante, el KF Tirana de Albania y me dijo: "Nosotros tenemos un entrenador español". Me dijo el nombre pero no lo entendí. Y vi entonces a un señor con los pelos largos dando zancadas por el césped midiendo el campo y de repente lo vi venir saltando hacia mí. Era Julián Rubio. Luego, he coincidido con Arrigo Sacchi, Van Basten, Pierluigi Colina, Suker, Stoichkov... Casualmente en Malta me vino también el director general del Khazar azerbayano y me dijo que su entrenador quería hablar conmigo. Era Toshack. Lo primero que piensas es que necesita algo y cuando fui me dijo que había visto mi nombre en la ficha y quería saber si era familia del presidente del Sevilla que conoció, que era amigo suyo.

-¿Muy estricto o deja pasar alguna?

-Yo no, la UEFA es muy estricta en todo. Para equipaciones... para todo. En un partido sub 21 los colores del portero de Dinamarca coincidían con los del árbitro y el rival y no traían la tercera equipación. Les propuse que se pusieran la del otro equipo con el escudo tapado y se negaron. Al final, tuvieron que ir a 700 kilómetros, de Aalborg a la capital, a por la tercera camiseta.

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