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Utrera-Cartaya: El partido exige valentía a los rojinegros ante un rival considerablemente goleador

Un momento del último encuentro entre el Cartaya y el Conil.

Un momento del último encuentro entre el Cartaya y el Conil. / Manolo Camacho (Lepe)

Cada jornada se dan resultados que causan sorpresa y esa es una de las grandezas del fútbol. Nada es previsible. Piensas una cosa que das por hecha de antemano y luego vienen las alegrías o los disgustos. Tercera División no está exenta de esa incertidumbre. Por eso, entre otras razones, nunca hay que perder la fe ni la esperanza, por muy oscuro que se ponga el horizonte.

Es el caso del Cartaya, que metió un importante gatillazo ante el Conil, un rival directísimo por la permanencia y se presenta ante el Utrera con la esperanza de recomponer de nuevo el camino. Apuntar que este será, salvo sorpresa, el sino del equipo de Limón. Ahora entro y ahora salgo. Todo ello relacionado con los puestos de peligro. La derrota ante el conjunto gaditano ha tenido un efecto colateral importante. Primero porque se ha quedado emparejado a puntos con los puestos de descenso, aunque no entra directamente en ellos y segundo porque devolvió a la vida a un Conil que llegó a Cartaya muerto de frío.

Hay una cuestión que no escapa a ojo humano. El equipo no genera fútbol salvo que Ulloa y Lolo se pongan flamenco. Depender de solo dos futbolistas para la generación de juego es altamente peligroso. O suma más jugadores o pintarán bastos. Esa escasez que genera no le permite llegar con claridad a posiciones de remate. Y claro, o cierras fronteras atrás o un solo gol del contrario te condena. Eso pasó ante el Conil y en algún partido más en lo que va de Liga.

Del rival, apuntar que es otro de los gallos, a pesar de venir de perder ante el Cabecense. Recién descendido de Segunda Federación, los sevillanos tienen un potencial fuera de toda duda y se fijan como objetivo recuperar la categoría perdida. No tienen término medio. Anotan casi exactamente igual que encaja, luego tienen desequilibrio. Esa circunstancia es la que quiere aprovechar el Cartaya para hincarle el diente. Para eso tiene que romper aguas. No le valdrá un partido aseado ni encorsetado. Tiene que descamisarse y que reine la locura si quiera sacar tajada.

Es posible que Limón haga alguna variante respecto a Conil. El equipo no se encontró en ningún momento y eso debe provocar cambios. Pero claro, la platilla sigue cogida con alfileres. Manuel, Novoa, Asuero y Adri siguen en el dique seco y eso resta bastante. Por cierto, los rojinegros han firmado al portero argentino Maidana, de 23 años y que llevaba en el club desde julio, luego Ángel ya tiene competencia.

El partido es una incógnita por el rival es indescifrable y el Cartaya es agua dulce y salada de un momento para otro. Atrevimiento y desmelene. Eso exige la cita. Veremos.

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