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El Recre gana con maña

El Recre gana y suma, que es de lo que se trata. El Decano tiene la maña suficiente para derrotar a un Zaragoza también en dificultades, en un partido en el que tuvo que remontar ya en el primer tiempo y luego en el segundo sobrevivió con muchos esfuerzos demasiado atrincherado atrás y sufriendo los avatares del acoso del Zaragoza en forma de multitud de balones al área.

Partido con dos caras. A un primer tiempo movido, con tres goles, siguió un segundo más espeso y con el sufrimiento albiazul como denominador común.

El Recre remontó en el primer tiempo. Que no es poco. Tal y como se las gasta el Recre este año a la hora de ver puerta contraria, pintaban bastos para los albiazules cuando Diego Milito, en la primera -y única ocasión- del Zaragoza puso a los suyos por delante.

Curioso lo de este Recre. El que vea un partido del Decano comprueba que sus rivales no le pasa por encima, aguanta el tipo con el digno decoro de un equipo de Primera División, y hasta se deja caer de vez en cuando con acciones en principio vedadas para conjuntos con tantos problemas clasificatorios.

Pero al mismo tiempo, ese que vea un partido del Recre también llega a la conclusión de que casi siempre juega sobre el alambre, que pese a dar la impresión de tener el partido controlado, tarde o temprano sabe que llegará una jugada crucial en la que, si el rival acierta, y ayer el Zaragoza acertó, le coloca el partido cuesta arriba.

Todo eso ocurrió ayer. Menos mal que Carlos Martins estaba en el campo para revertir una situación que, a los 22 minutos, era preocupante para los intereses recreativistas.

Vaya por delante que el Recre comenzó controlando el juego, llevando la iniciativa, llegando con más sentido a la puerta rival y sintiéndose cómodo atrás ante la nula réplica atacante de los aragoneses. Bastó un pase clarividente de Aimar para dejar a Diego Milito solo ante Sorrentino. La ecuación se resolvió con el 0-1.

Al Recre le tocó, de nuevo, nadar contracorriente. Menos mal que encontró pronto la solución al problema. Apenas tres minutos después del mazazo zaragocista, Carlos Martins se acomodó la pelota por lo que los clásicos llamaban el carril del '10', y le pegó con toda su alma, colocando el esférico pegado al poste derecho del sorprendido César. Lo más difícil estaba hecho.

El Recre continuó insistiendo, porque era él quien más intención tenía, el que demostraba más ganas y el que llegaba con mayor frecuencia al área rival. Sinama Pongolle, al que se le vio con poca confianza para rematar, tuvo el 2-1, pero su centro-chut acabó en nada; varias veces la pelota rondó la parcela de César hasta que a cuatro minutos del intermedio, una buena acción del francés la acabó cortando con la mano Juanfran dentro del área. Undiano Mallenco no vio la acción, pero a instancia de su asistente decretó el penalti. Cuya resolución tuvo su historia.

Está claro que el aficionado del Recre tiene que acostumbrarse a convivir con la zozobra, que fue lo que sintió cuando Carlos Martins lanzó el penalti y César lo rechazó. Para bien del Recre la pelota llegó a Camuñas que centró para que, esta vez sí, el luso la empujara a la red. 2-1. El más difícil todavía se había conseguido, incluso antes del descanso. Más de uno pensó en la grada que se debía acabar el partido en ese instante. Pero quedaba toda una segunda parte.

Y en la segunda parte tocó sufrir de lo lindo. Porque desde el arranque de este periodo el Recre dio un paso atrás -no se sabe si por propia voluntad, o porque el Zaragoza lo metió ahí-, lo que provocó que la pelota tuviera un solo dueño: el equipo aragonés. Así las cosas, el cuadro de Víctor Fernández se adueñó del cotarro, dominó ampliamente a un Recre atrincherado atrás y que sobrevivió a los acosos rivales -más con el corazón que con la cabeza-, eso sí- con estoica actitud.

Cierto es que el Recre no pasó por excesivos agobios, pero la pelota rondaba con demasiada frecuencia las inmediaciones de Sorrentino... hasta que la salida de Congo sirvió para dar un golpe de mano al partido.

Soberbio el colombiano. Todo lo hizo bien, estando muy cerca de certificar el tercer tanto con un gran remate que repelió el poste. Sin esa acción ya Congo se había llevado los aplausos del respestable.

El partido, con Congo convertido en estrella, se fue muriendo. El Recre ya no pasó tantos agobios y el Zaragoza ni inquietó. En el partido de los 'Víctor', oxígeno para Muñoz. ¿Fernández?

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