Los trece puntos que a este punto de la Liga suma el Cartaya no le ofrece garantía alguna de salvación. Según las cuentas, al finalizar la primera parte de la Liga debería tener al menos entre 16 y 18 puntos, por aquello de ir consiguiendo objetivos a corto plazo para llegar al tramo final sin agobios, sin necesidades imperiosas, que luego la pelota y las piernas pesan más de lo conveniente. Pues bien. A falta de una jornada para fechar la primera parte del campeonato, el Cartaya se coloca ante la imperiosa necesidad de sumar un triunfo para ir acercándose al objetivo. Tiene como visitante al Ciudad de Lucena (Luis Rodríguez Salvador, sábado 18:30), quinto clasificado y amenazante en grado extremo para el reto local, aunque nada es imposible.

Eso sí, para llegar a la victoria sería pertinente cambiar hábitos y predisposiciones. Hasta ahora ha sido como predicar en el desierto con respecto a dibujos y pizarra. Amparado en la defensa de cinco, al Cartaya no le ha dado para generar el fútbol suficiente como para pensar en un triunfo en las últimas semanas. Además, esa apuesta inicial siempre ha sido interrumpida porque al ir siempre por detrás en el marcador, se ha visto en la obligación de cambiar estrategia. Todo eso quiere decir que sale siempre a contener sin lograrlo del todo y luego cambia el paso a la desesperada buscando como mucho un empate. Por ese camino, imposible. La salvación hasta ahora del conjunto onubense se focaliza más en los deméritos de los rivales de abajo de la tabla que en las virtudes propias.

Wocjik es una isla sin agua ni alimento arriba y los últimos goles han llegado de jugadores de segunda línea, lo que está muy bien pero al mismo tiempo determina que el delantero se choca contra su propia impotencia por la falta de balones para sacar sus virtudes a pasear. El Cartaya se junta más aculándose que desplegándose. Y esa carencia es la que tiene al equipo donde lo tiene.

En resumidas cuentas, para pensar en una victoria este sábado ante el Lucena, será preciso cambiar el guión de  la película. La famosa manta no le está alcanzando para librarse del frío. Pero en esta ocasión, que tira más para los pies o la defensa, que viene a ser lo mismo, no le está impidiendo encajar y le está condicionando para irse arriba como requiere la situación. Ni los pies ni la cabeza.

Una victoria cotizaría al alza y una derrota dejaría mucho tiempo por delante para pensar detenidamente en una situación que se antojaría preocupante. Nada es dramático a estas alturas porque dos victorias despejarían las nubes, porque abriría 2022 con la visita del Rota, al que el Cartaya le ganó en la primera jornada de la Liga, a la postre, único triunfo como visitante. El tiempo y los resultados lo dirán.

Respecto a la alineación, serán los mismos de siempre aunque resta por saber en qué disposición. Si el técnico opta por reforzar el centro del campo, entonces prescindirá de un central y todos los números apuntan a Víctor Sánchez, con la inclusión de Tavira en el centro del campo. Así que el once no diferirá mucho del formado por Parra en portería, con Manuel, Novoa, Franci Ruiz y Joao Lobo en defensa, con Cerpa, Lolo, Miguel Fernández, José Díaz y Tavira en el centro del campo y Wocjik en la punta del ataque.

Resolución de 2021 en el Luis Rodríguez Salvador. Partido importante para el Cartaya, no solo para el presente sino para el futuro. Porque un triunfo dejaría unas fiestas en paz y una derrota que se atragante el turrón y las uvas. De momento nadie habla de cambios. Pero perder podría comenzar a agitar considerablemente el ambiente. Esperemos que salga cara.