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La Palma se fija como objetivo sumar la cuarta victoria seguida ante un Gerena que aún no ha encontrado su norte

Un momento del último partido de La Palma.

Un momento del último partido de La Palma. / Manolo Camacho

Generalmente, a los entrenadores no les gusta que los rivales que van a tener enfrente no sean definidos. Para ellos, es complicado centrarse en las virtudes del oponente cuando esos equipos no acaban de definirse por diferentes motivos. Es el caso del Gerena, que vivió convulsiones varias hasta la mismísima primera jornada de la liga y a estas alturas lo están pagando. Es la incertidumbre que le acompañó. Por eso, son capaces de una cosa y la contraria de un domingo para otro. Tal es así que están a estas alturas con solo 8 puntos cuando apuntaban, por potencial, a otras posiciones más glamurosas.

Vamos con La Palma, digna de estudio por sus particulares levantamientos. Ganó en la primera jornada, perdió en las cuatro siguientes y lleva ahora tres triunfos seguidos. La importancia del psicólogo en el deporte. No hay nada más apasionante que la mente. Luego se le pueden añadir los apéndices. Que si el físico, que si la pizarra, la estrategia, el sistema. Pero si la mente no responde, entonces se apagan todas las luces.

Y ahora La Palma es una feria en pleno mes de noviembre. A los futbolistas, hasta hace nada apagados, se les ha puesto incluso los ojos azules color del cielo. El triunfo ante el Ciudad de Lucena corroboró su estado de ánimo, en el infinito y más allá.

Nacho Molina, el hombre que vino del hielo porque no se la adivina si está feliz o cabreado, no quiere oír la palabra favoritismo porque eso acaba confundiendo y se carga de razón. El Gerena, por presupuesto y potencial, aunque no halle el camino, es uno de los gallos y eso no lo discute nadie. Por eso, el mensaje del técnico sevillano se ha basado en limpiar la euforia de la cabeza de sus muchachos. “Somos los mismos que cuando perdimos cuatro partidos seguidos”. Imaginamos esa frase para que la tropa ponga los pies en el suelo.

Ganar sería la releche. No solo por la victoria en sí sino por lo que significaría. Ya saben que en esto del fútbol, las victorias es lo que llama la atención. Y eso da respeto y hasta encoge a los rivales porque saben que se la puedes liar en cualquier momento. Además, cuatro triunfos seguidos no está al alcance de cualquiera.

Por lo que respecta a la tropa, no hay novedad en el frente y se espera que estén todos disponibles. La llegada de Benítez y Alex le ha dado a la plantilla un plus, no solo en calidad sino en el aspecto numérico. Y así es más fácil encontrar competitividad, que es justo lo que le faltó a La Palma, aparte de otras cuestiones, en su paso por el infierno.

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