Los dos próximos partidos van a marcar considerablemente las aspiraciones de La Palma en Tercera. Hay algunas voces autorizadas que no quieren pensar más allá del próximo partido, que se las trae, llega el Xerez DFC, palabras mayores, así que los pensamientos a corta distancia están en la consideración más elevada, porque el fútbol y así y los pájaros volando por el cielo en el cielo están. El asunto es que el pensamiento es libre y soñar cuesta muy poco, más bien nada. De ahí las elevaciones futuristas por lo que pueda venir.

Los dos últimos resultados son los culpables de todo. La Palma descosió al Puente Genil (4-1) y profanó el templo del Bollullos (1-3). Como entenderán, y con 27 puntos en su casillero, cualquier pensamiento es válido, incluso de grandeza histórica. Pero volvemos al fútbol, esa palabra que engloba tantas cosas al mismo tiempo y que igual sale cara que cruz.

En resumidas cuentas, el conjunto de Nacho Molina, probablemente, esté en el mejor momento de la temporada y son varias las razones que sí lo determinan. Ahora tiene plantilla, el equipo juega de memoria, es capaz de adaptarse a cualquier campo, es solidario y su once comienza a recitarse de memoria. Da la impresión de que todos los fichajes en el marcado invernal, cinco, han venido para sumar y eso mete competencia en todos los órdenes, con lo importante que es eso. Es un asunto de entrenador, saber dosificar y mantener a todos enchufados. Pero para eso cobra.

El Xerez DFC es quinto clasificado, metido ya en puestos que dan derecho a jugar por el ascenso y, al igual que La Palma, anda en luna creciente, luego para que doble la rodilla, los condales tendrán que hacer un partido perfecto. Llegan con algunas bajas, pero eso, teniendo en cuenta que la vida y la Liga pasa factura a todos con el paso de las semanas, no se tiene en cuenta en el seno del vestuario palmerino. Pintan al Xerez DFC como un lobo de colmillos afilados que no tendrá consideración con nada ni con nadie. Luego cualquier error penalizará lo máximo.

El club ha vuelto a hacer una llamada a la asistencia. A Bollullos se desplazaron masivamente y eso es lo que desea la junta directiva, que la respuesta en casa sea exactamente la misma.

La Palma tendrá la ausencia de Juan Becken por acumulación de amonestaciones y por lo tanto, Nacho Molina, tendrá que alterar la defensa, que le había cogido al hilo al equilibrio. Piter jugará de lateral derecho casi con toda seguridad. A no ser que Carlos Martínez, renqueante desde hace tiempo, esté recuperado y vuelque a la derecha a Navarro, que se ha convertido en el comodín del entrenador.

Todo lo demás será lo mismo porque lo que funciona (a las mil maravillas) no se toca. La Palma tendrá que hacer un partido perfecto. Pero el Xerez DFC está en el mismo pensamiento, sabiendo el potencial palmerino y su estado de forma. Y por ahí se cuela que es posible que cualquier detalle decida una cita de las mejores que se pueden ver en estos momentos en la categoría.